¿Cuándo es el día del padre?
Es una pregunta ofensiva en sí misma porque demostrar confusión o duda al respecto ya es restarle importancia, aún más cuando lo comparamos con la rimbombante antesala, festejo y recordación del día de la madre, que más que celebrarse en 24 horas se destina todo un semestre a nivel de publicidad y mercadeo al respecto.
Sin entrar a discutir sobre la historia patria podemos afirmar que de unos 50 años para acá, con la liberación de la mujer, el nuevo concepto de familia, qué sé yo, es una minoría la que goza de tener papá en casa. Los divorcios están a la orden del día, la conformación de "unión libre" con su folclórica manera de disolverse y el fenómeno de las madres solteras son los modelos de hogar que habitan nuestra sociedad, de ahí que no sea casual el desapego de padres a hijos y viceversa.
Siempre he dicho que generalizar es tan pecado como delito, porque excepciones a la regla es lo que hay, pero matemáticamente en el caso de la paternidad es difícil salir en su defensa: estamos atestados de malos papás. Hombres que niegan a sus hijos desde la concepción y saltan a la huida, novios que sugieren abortos por "no estar preparados para la responsabilidad", infieles que ocultan la existencia de sus hijos, esposos que enfurecen porque fue niña en lugar de niño y marcan diferencias, padres que no hacen valer a sus hijos frente al qué dirán y no los imponen ante su nueva pareja, y una cantidad de comportamientos que existen hasta en las mejores familias.
Las madrastras de Blanca Nieves y de Cenicienta no eran las malas de los cuentos, toda la culpa recae sobre sus padres por no haber asegurado a sus hijas ni haberles demostrado a sus nuevas esposas su importancia y valor, las dejaron tomar el control y en su ausencia las perjudicadas eran las verdaderas herederas. Es fácil juzgar al otro por las cosas que dejamos de hacer y esta no es una analogía descabellada. Parece que el hecho de no llevarnos en el vientre (cosas de la naturaleza) hiciera que los padres sintieran menos compromiso hacia sus hijos, como si el amor paternal fuera en razón a la relación que se tenga con la madre y se vuelve un sentimiento condicional y limitado, basado en las satisfacciones recibidas de parte de ellos, disminuido en el tiempo, si son mayores de edad, si tienen hijos, si son adultos (parecen quererlos menos) y no del amor genuino profesado por el sólo hecho de darles la vida.
Razón tenía Gabo al afirmar que "los hijos no se quieren por ser hijos sino por la amistad de la crianza" porque no hay duda que el instinto paternal se desarrolla con el calor de la convivencia y que a los padres que nunca lo llegan a sentir les importa poco o nada la distancia; tienen la osadía de celebrar un día como hoy solo por haber engendrado, registrado con un apellido y pagar con dinero una responsabilidad moral de "sostener" a los hijos, cuando el dinero a la larga es una obligación legal (que deben cumplir quieran o no) y su único y más importante deber como padre es el de dar amor y brindar consejo y compañía. Se hacen llamar "papá" porque el idioma es benévolo con ellos y es la primera palabra que pronuncian los bebés, pero en términos reales ni estudian bien esa carrera ni merecen obtener el título .
Encima de todo, el mercadeo sigue premiando su acción de poblar el mundo regalándoles un día como hoy. Ojalá hubiera manera de hacer un censo y sólo premiar a esos pocos padres maravillosos y abnegados que hay y enseñarles a sus colegas progenitores que el amor es un sentimiento que se construye día a día, los hijos son la prolongación de la existencia y merecen recibir de vuelta el amor que dan, sin tener que rendir pleitesía, como si tuvieran el deber de justificarse con sus padres para que los quieran.
Hombre, si usted no tuvo un ejemplo de padre, lo lógico es que redima en sus hijos la falta y les de en afecto lo que usted nunca tuvo, pero si perfila su comportamiento a una dinastía de patanes le digo como consejo protéjase y olvídese de "creced y multiplicaos" porque no va a servir para eso. No nos digamos mentiras y acepte que para usted la tarea es fácil: no va a parir, no dará pecho, no cocinará, ni madrugará, ni limpiará secreciones, no se "ensuciará las manos" criando, sólo se le pide eso que a nosotras encima de todo nos sobra y es el de educar en el amor, por eso cada vez más las mujeres hacen mejor el papel que a ustedes les corresponde, lástima que la naturaleza los beneficia con el amor auténtico y puro de sus hijos, un sentimiento que aunque reciban poco de ustedes y mucho de los demás será irremplazable e insustituible.
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