¿Qué es la vaina? Es decir, qué significa aquello que llamamos vaina. Queremos que se acabe la vaina, a diario nos pasan vainas, algo es una vaina loca, que la vaina es difícil, que hacer algo nos da vaina, pero en si el significado está en vaina.
Tratando de responder a mi interrogante, hallé múltiples significados para definir esta corta pero sustanciosa palabra, cuya funcionalidad y capacidad de significar en múltiples contextos va desde la botánica hasta la mamadera de gallo, y que además de sustantivo, está haciendo méritos para verbo, más de una vez la he escuchado conjugada como “envainar”.
Vaina aparece como la palabra salvavidas en un momento dado de olvido o de desconocimiento de algo y nos descomplica para hablar. La vaina puede sustituir un elemento del mensaje sin transformarlo, resumir una opinión sin ofender, generalizar sin comprometerse y a todos nos queda claro. Como si fuera el sinónimo perfecto, encaja sin lugar a confusión en la frase que se le adjudique. Más aún, tiene la propiedad grandiosa de ser entendida por su interlocutor sin que se salga de contexto por su amplitud de significados. Casos de la vida real: “pásame esa vaina”, “ni estoy para esa vaina”, “hay mucha vaina por hacer”, “cuál es tu vaina conmigo”.
Tanta vaina para explicar una palabrita. Sí, porque la vaina es todo y nada, es el alfa y el omega de las explicaciones y en sus 5 letras parece esconder todos los diccionarios del mundo. La vaina es ergonómica y económica, pues cabe en todas las frases y ahorra palabras innecesarias, es omnipresente y multifuncional, pues a lo largo y ancho de nuestro país y nuestra región estamos facultados para entender lo que sea que digan cuando de vainas se trata.
La palabra vaina es la que simplifica las demás vainas sin tanta vaina, la que lo ayuda a uno a explicarse cuando está envainao, la que ofrece de vaina en vaina una solución o una palabra correcta. Es sencillo y a la vez complejo explicar su significado, a la larga todos lo sabemos, así que dejémonos de vainas.