"Te dejaron como a concierto en Cartagena"


El pasado sábado nuestro amigo Juan fue víctima de los conciertos “bombas” en Cartagena (http://www.eluniversal.com.co/blogs/en-un-2x3/juan-es-victima-de-los-conciertos-bombas-en-cartagena) y como él cientos de salseros se quedaron con las ganas de cantar y bailar la música de sus artistas preferidos. Pero parece que el problema no es de Juan, ni de María (yo), sino de Julio, porque se repite exactamente esta penosa situación cuando le celebramos el cumpleaños al frustrado concierto del guatemalteco Ricardo Arjona, quien se presentó con éxito en su gira “Viaje” en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali (las de siempre) y Pereira (sorpresivamente pero con excelentes resultados) y a Cartagena la dejó con los “crespos hechos” o como diría él mismo: sin decir nada, sin decir por qué, sin una coartada, ni una explicación, sin una mentira escrita en un papel, sin las cursilerías típicas del caso (Leer Arjona: El problema es que te espero http://www.eluniversal.com.co/blogs/lo-que-esta-bienesta-mal/arjona-el-problema-es-que-te-espero)

Luego del suceso de Arjona, vinieron los conciertos de Franco De Vita y Luis Miguel a quienes la ciudad acogió con cierto reparo y escepticismo, heridos por el chasco anterior, y pese a que faltaba vivir la gran estafa del concierto de Romeo, vinieron los “pañitos de agua tibia” con el Metro Concierto. Cartagena, heroica, olvidó los agravios y creyó que así como hace 205 años siendo fiera destrozó y destruyó las cadenas del yugo, jamás volvería a ser burlada en su buena fe.

Pero no. Cartagena se ha convertido en la vergüenza de los espectáculos musicales, bien merecido tendría que sustituyan el popular dicho guajiro “quedaste como la novia de Barrancas” por “te dejaron como a concierto en Cartagena” porque es comparable la burla de la honra de aquella señorita cuyo amado huyó dejándola en el altar con tremenda celebración armada a la ilusión de miles de fans que esperan disfrutar de sus músicos preferidos e invierten su dinero (quien sabe con cuanto esfuerzo) e ilusiones en un elefante blanco. Y eso sin mencionar la pésima imagen que se llevan los artistas de nuestra ciudad...

Vamos a tener que negociar el título de “Distrito Turístico y Cultural” con el de Valledupar de “Capital del Vallenato”, porque los únicos eventos que se realizan aquí contra viento y marea son los llamados “tsunamis vallenatos” o conciertos de este género de cualquiera de sus representantes, mientras que el Valle del Cacique Upar cada año tiene una envidiable e inmejorable nómina que va desde Marc Anthony, Ricardo Arjona, Franco De Vita y este año ni más ni menos que Maná. Mi gran pregunta es ¿A qué debemos que la sexta ciudad más importante del país se “deje ganar” de otras en cuanto a conciertos y artistas de talla internacional? ¿Es por mercadeo? ¿Es por infraestructura? Parece no importarle a nadie y los años siguen pasando y nosotros conformándonos con que nos visiten los mismos con las mismas. Andrés Calamaro va en noviembre para Bucaramanga, ciudad pequeña como la nuestra pero aventajada porque cada vez más está incluida en la agenda de los artistas, y nos enfrenta al miedo y la disyuntiva de que anuncie viaje a Cartagena y al final no se presente o ir a la fija y viajar a verlo. (Sólo es un ejemplo, él no ha anunciado ni remotamente asomarse por aquí).

Con el bochornoso episodio del Parque de La Marina demostramos que vivimos en la “Ciudad de la Furia” en el sentido irónico, ante un público que reacciona por sentirse defraudado y asaltado a mano armada a su buena fe… Pero como aquí tenemos amnesia selectiva, pasada la devolución del dinero (si es que la hay) volveremos a ser “la Patria Boba”, a conformarnos con lo poco que ofrece la agenda musical de la ciudad, claro, como está diseñada para el deleite de los turistas quienes en sus propias ciudades pueden apreciar todo tipo de espectáculos, la Cartagena de los Cartageneros continuará literalmente desconcertada, vestida y alborotada.

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