Los costeños somos fuera de serie. No me canso de halagar nuestras originalidades ni de asombrarme con lo singulares que somos. El clima tropical condiciona de manera dominante nuestra idiosincrasia alegre y espontánea, la forma como tratamos al prójimo es diferencial con respecto a las demás regiones por nuestra calidez, y por razones del idioma que nunca he entendido y que a la larga son irrelevantes, nos hemos apropiado del pronombre “tú” hasta abusar de él “tuteando” para saludarnos y relacionarnos en general.
Fuera de contextos formales y de etiqueta, usar “usted” representa para nosotros un signo de interrogación y preocupación, pues lo asociamos a un llamado de atención, es síntoma de una molestia o disgusto y denota total indiferencia o distancia entre interlocutores, como decimos popularmente “es pa’ pelea”. Para quienes siempre se tratan de “tu” permanentemente, un llamado por “usted” es trágico y peligroso, como cuando el papá regaña al hijo, o la novia reclama algo al novio.
Nuestras costumbres tradicionales, aparte de sugestionarnos a tratarnos con familiaridad y cercanía han creado que en muchos subgrupos se inventen sustantivos exclusivos para tratarse entre amigos, familiares o parejas. Lo curioso es que utilizamos palabas que en otros contextos tienen otro significado, palabras homónimas que se convierten en cariños, patrones de comparación y que entre nosotros entendemos.
Las mujeres somos "bollos", no se si limpios, de coco o de batata, los recipientes son "tartanas", "porcelanas" o "totumas", independiente de su material de fabricación, la moneda pasa de pesos a "lucas" o "barras", irse de un lugar es “puyar el burro” y aplica para cualquier vehículo o manera de desplazarse… y de esta manera se apodera el sentido figurado de nuestra cotidianidad al punto de que en una misma oración decimos tantas frases homónimas o ambiguas que muchos no logran entender.
A lo largo y ancho de nuestra región, aunque entre departamentos y ciudades también haya culturas diferentes porque somos sabana, valle, isla, sierra, desierto, rio y mar nos alumbra el mismo sol y calienta nuestro corazón para tratarnos con cariño y creatividad, para inventar frases exclusivas o reformarles el significado y expresarnos de manera original.