Cuidados de la piel en la menopausia


 

Cuidados de la piel en la menopausia

 Con algunas variaciones, la edad promedio de inicio de la menopausia se ubica entre los 45 y 53 años. El  proceso de reducción de la producción de estrógenos en los ovarios, inicia en realidad unos años antes del cese definitivo de la menstruación, período conocido como climaterio, aunque muchas veces se habla de los dos procesos como si fueran lo mismo. Los primeros signos visibles incluyen, acentuación de las arrugas en rostro  y escote, tendencia al aumento de peso, caída del cabello, sequedad cutánea, aunque en algunos casos por razones sin explicación hasta el momento, la piel del rostro se torna grasa. Al tiempo que puede haber caída del cabello, en algunos casos se presenta aumento o engrosamiento del mismo en áreas como barbilla y labio superior.

 Entre otras manifestaciones puede evidenciarse laxitud de la piel en los párpados, sequedad de las mucosas genitales y trastornos circulatorios. La causa de la pérdida de la turgencia y elasticidad de la piel, se debe a la disminución de producción de fibras de colágeno y elastina, y al enlentecimiento del recambio celular que da como resultado, una textura áspera. En algunas mujeres se presenta también  cambios de tonalidad en la piel, con áreas de hiperpigmentación en rostro, cuello y escote, aumento del tamaño de los poros y engrosamiento de palmas y plantas, esto último con mayor frecuencia en mujeres obesas. Estos cambios no necesariamente se presentan con la misma intensidad en todas las mujeres. Los cuidados previos, la alimentación y el ejercicio hacen que sean menos dramáticos.

 Al considerar tratamientos para los cambios en la piel y en otros órganos que se producen durante la menopausia, en lo primero que se piensa es en la terapia de reemplazo hormonal, para suplir la drástica disminución de los niveles de estrógenos. Esto es competencia del ginecólogo, y aunque puede observarse mejoría en el grosor y elasticidad de la piel por neoformación de colágeno y mejoría en otras manifestaciones no cutáneas, aún no existe  certeza acerca del tiempo razonable para administrar esta terapia, ya que hay la duda si a largo plazo puede asociarse con el riesgo de desarrollar cáncer endometrial; además produce efectos secundarios que no ameritan su uso para mejorar los cambios en la piel, aunque sí en otros órganos. Los llamados fitoestrógenos; compuestos similares a los estrógenos, encontrados en algunos vegetales, principalmente en la soya y que actúan de manera similar a los estrógenos,  aunque faltan estudios para documentar su verdadera eficacia en revertir o mejorar las consecuencias de la falta de estrógenos en el organismo, incluyendo la piel.

 Los cuidados cosméticos de la piel deben iniciarse con una adecuada protección solar, aunque en realidad no son cuidados cosméticos, sino preventivos. Si la piel se ha tornado seca, es recomendable usar protector solar en base cremosa. En la higiene diaria es conveniente evitar el uso de jabones alcalinos, prefiriendo los syndets en barra o líquidos.  La hidratación tanto facial como corporal es la clave de los cuidados en este momento de la vida. Hay una gran oferta al respecto, cremas, emulsiones, serums. Estos productos pueden estar enriquecidos con antioxidantes y vitaminas. La hidratación cutánea se obtiene principalmente con la adecuada ingestión de agua. Los alimentos ricos en antioxidantes, al igual que los antioxidantes tomados aportan beneficio adicional por su capacidad de barrer radicales libres que agravan el deterioro celular. Otras medidas incluyen exfoliaciones con productos naturales, o realizadas en cabinas de estética, siempre con precaución porque en la menopausia la piel se torna más sensible. Otra recomendación de utilidad es la  práctica regular de ejercicio para mejorar la circulación y evitar fumar y el consumo excesivo de alcohol.

 Tan importante como los cuidados, es entender que la menopausia es una etapa más en la vida de la mujer, en la cual no hay impedimento para seguir cumpliendo eficazmente su rol social y laboral, de hecho la OMS, desde el 2002 promueve el llamado “envejecimiento activo”, donde incentiva a las mujeres a buscar o reafirmar su bienestar físico, psíquico y social aún en etapas avanzadas de la vida.

 

 


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