Hasta hace unas décadas, el concepto de belleza física era diferente de una cultura a otra; sin embargo con la globalización y el acceso a los medios masivos de comunicación prácticamente se ha estandarizado la belleza del ser humano, encasillándolo en un cuerpo delgado, tonificado, un rostro de proporciones armónicas (no siempre), una determinada forma de vestir, maquillarse o de actuar y en algunas veces una posición de poder de cualquier tipo.
Todos los estereotipos impuestos, siguen diluyendo la premisa de la belleza variable de una cultura a otra, esto hoy lo observamos solo, en muy pocas sociedades. Afortunadamente el amor, la solidaridad y otras cualidades, se han incluido en el concepto de belleza espiritual, concepto que para algunos no tiene importancia, pero sigue siendo valorado por muchas personas. En poco tiempo va a ser historia la bella mujer nada delgada, pero de cintura estrecha, tipo avispa, o la mujer china valorada por sus pies pequeños. Cada vez nos alejamos más del concepto griego de belleza, donde ésta no significaba no solo armonía, sino también cualidades morales.
La belleza no solo se ha convertido en un ideal personal, es desafortunado que laboralmente, en algunas ocasiones se prefiera vincular a personas atractivas físicamente, rechazando las menos. En este sentido no se debe olvidar que no necesariamente belleza, aunque sea estereotipada, es sinónimo de falta de capacidad en el trabajo. Pocas mujeres de manera natural y aun llevando un estilo de visa sana, logran los anhelados 90/60/90 y la altura y forma de pierna que tienen algunos íconos de belleza, especialmente tratándose de la mujer latina. En lo referente medidas, muchas acuden a procedimientos quirúrgicos, que no siempre producen los resultados deseados o una apariencia natural.
Para conciliar entre el concepto actual de la belleza ideal y lo que realmente se tiene, es importante tener en cuenta que la belleza no necesariamente se consigue con cirugías ni siendo esclava de la moda. Estrategias de vida saludable que incluya alimentación balanceada, la práctica regular de una actividad física, el cuidado de la piel, el cabello y las uñas, y sobre todo actitud, actitud, son suficientes en la mayoría de los casos para consguir una apariencia agradable y armónica. Alcanzar el ideal de belleza, no es anhelo exclusivo de las mujeres, hoy los hombres aunque con parámetros diferentes pero igualmente abstractos intentan acercarse al ideal del hombre hermoso, que también está sujeto a meteóricos cambios
