Los abogados que nos gastamos: a propósito de su oficio y de la defensa de los Derechos


Estos son los comentarios, por decirlo. Así, "misóginos" que uno se encuentra en la web.

"Tú estás comía por media ciudad y todavía te siguen comiendo, y nadie dice nada".  Esto fue lo que un estudiante de Derecho,  dio como respuesta a una señorita, en una red social, por dar una opinión quizá errada y emocional sobre Falcao Garcia, al manifestar que debía recogerse porque pasaba más lesionado que en la cancha, y no jugando y ni metiendo goles.

El personaje, según su perfil de facebook, asegura trabajar en una entidad del estado.  

Su comentario, además de grotesco y ofensivo, viola el derecho a la intimidad personal y al buen nombre de una persona, consagrado en la Constitución Política en el artículo 15 del título II, en donde se describen los Derechos, las Garantías y los Deberes.

Mi s preguntas a raíz de esta situación son:: ¿Estos son o serán nuestros futuros funcionarios?, ¿estos son los abogados y/o prospectos de defensores de Derechos que nos gastamos en la ciudad y en el país?, ¿abogados o futuros jurisconsultos que con sus conductas, vulneran la naturaleza misma del Derecho?, ¿cuántos juristas hay por allí, vulnerando, mancillando y maltratando mujeres? Sé que hay muchos, conozco sobre ellos y su "modus operandi", pero lo que más me indigna, es que nuestros funcionarios y servidores públicos, (como lo dice su perfil, al colocar esta entidad como su sitio de trabajo) se presten para este tipo de conductas y que al parecer, no haya nadie que las sancione.

Mi intención, no es encasillar a nadie por la profesión, porque sé que hay tanto hombres como mujeres en otros campos, que usan su lenguaje para destruir, dañar la imagen y atentar contra la integridad y buen nombre de una persona.  

Hoy, me trae aquí la indignación, de ver cómo ante nuestras propias narices, las mujeres somos maltratadas y a pesar de que se hayan dado algunos pasos en temas de género, situaciones como esta, son una muestra de que aún falta mucha tela por cortar.

Qué ¿cuál es la relación?, me han preguntado.  Me han dicho también que es intrascendente; pero hay que leer más allá de la ramplona opinión de que no tiene nada que ver el hecho de de que este joven, que esté a punto de ser abogado,  haya hecho un tipo de comentario como el que hizo.

A mi juicio es totalmente contradictorio pensar que continuemos aceptando que personas que sean las encargadas de velar, defender y resguardar nuestros derechos, puedan manejar este doble discurso que favorece a la violencia de género.  Y que al parecer, la información que se está impartiendo desde los claustros, no está siendo interiorizada por quienes reciben la cátedra y que luego, van afuera con título a ejercer su profesión.

Hoy, más que nunca, me declaro en contra de todo aquel hombre que maltrate a una mujer, con cualquier tipo de violencia.  Y más declaro mi repudio hacia los abogados que refuerzan estas conductas que constituyen la violencia de género, porque aunque el comentario parezca a ojos de algunas o algunos insignificante, es perentorio, urgente y apremiante comenzar a hacer ejercicios de sensibilización así como tomar medidas de prevención y protección integral que vayan en contra de la violencia hacia la mujer.

Esa violencia que puede ser psico-emocial y que tiene que ver con la burla, la ironía, la ridiculización, el  menoscavo, el chantaje, la manipulación, las ofensas, comentarios hirientes y amenazas; celos excesivos y obsesivos. La violencia física, que es el tipo de violencia más notoria: deja cicatrices en el cuerpo y en el alma e incluyen los golpes en cualquier parte de la humanidad de una mujer, como senos, boca, vientre, brazos, cabeza etc; la violencia sexual: que constituye  el acoso, el uso de material fotográfico o audiovisual que denigre la imagen de la mujer, así como el acceso carnal violento y su explotación sexual comercial.

También abarca aquí, la violencia económica comprendida por todas aquellas acciones o negligencias que afecten la economía de la mujer, que vayan desde su pareja, jefe o compañeros de trabajo, así como la recepción de un salario mucho menor en caso de realizar igual trabajo a sus compañeros de labores; la restricción o limitación para que la mujer consiga recursos, entre otras.

Esta entrada, es una invitación a las mujeres para que comencemos a hacer un trabajo desde casa y desde cada uno de nuestros espacios vitales para recuperar nuestro lugar y respeto.  Es una reflexión, a propósito del mes en el que se conmemora la no violencia hacia la mujer.

Ni una más!

 

 


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