Fernando Almanza, luchador insigne de la música folclórica de las Fiestas de Cartagena

 

La conservación de estas fiestas, más allá de ser una celebración, son la instalación del rito y la memoria histórica de la ciudad, que las hace importantes. Pero, para hacer posible dicha conservación se necesitan personas con gran espíritu de ciudad y sentido de pertenencia por sus raíces. 

 

Ahí encontramos a Fernando Antonio Almanza Castillo. Un cartagenero de 67 años, amante de la música y férreo defensor de la cultura que se imparte cada noviembre en la ciudad. 

 

Su amor por las músicas del Caribe; tan grandes e históricas como el porro, la cumbia, el bullerengue, el chandé, entre otras; lo impulsaron a rescatar las costumbres, referentes y cultura folclórica propia de este territorio.

 

Su vínculo oficial a las fiestas de noviembre se dio hace ocho años,  al ser nombrado  Consejero Distrital de Cultura en el año 2006. 

 

Tras conocer la existencia de un grupo de gestores culturales comandado por  el escritor Jorge García Usta, que realizaban proyectos para rescatar las Fiestas de la Independencia;  entendió que otras personas sentían la misma necesidad de ofrecer bastiones populares para la reivindicación y el crecimiento de las fiestas su ciudad. 

 

En ese sentido, su principal aporte ha sido insistir en el avivamiento de la cultura cartagenera,  ya que la considera invaluable desde todas las aristas de las  manifestaciones humanas y artísticas. 

 

Con la leyenda “si no sabemos de dónde venimos, no sabremos dónde estamos ni a dónde vamos a llegar”, Fernando fortalece el discurso y el argumento de luchar por la cultura y la historia de las Fiestas de Independencia. 

 

Con la misma búsqueda se convirtió en el presidente del Sindicato de Músicos de Cartagena y desde entonces ha presentado proyectos para rescatar los referentes culturales.

 

Una de las propuestas fue la creación de la Orquesta Típica de Cartagena, que actuaba para el pueblo cartagenero. Allí tocaban la música autóctona, aquella fue desapareciendo con el tiempo, que ya casi no se oye en los barrios y que era propia de las fiestas novembrinas.

 

Rescatar las llamadas “Las Retretas”, un espacio cultural, localizado en el parque Centenario, donde se hacían eventos y conciertos de música cartagenera, es el principal objetivo de Almanza al crear la Orquesta. 

 

En este espacio las personas tenían la oportunidad de pasar un rato agradable en compañía de su familia, deleitándose con los sonidos musicales propios de esta ciudad.

Defender causas culturales en Colombia no es fácil, y más en Cartagena, una de sus ciudades más excluyentes; así lo corrobora Fernando Almanza cuando refiere un comentario recibido por su labor de preservar e impulsar las fiestas de independencia: “tienes un solo discurso, ya que únicamente hablas de la música cartagenera”.  

 

Fernando desde muy joven sintió gran afinidad por la música. El colegio Liceo de Bolívar fue su gran plataforma para incursionar en el mundo del ritmo y armonía. 

 

El colegio contaba con un salón cultural en el que se hacían eventos los sábados y domingos, teniendo así la oportunidad  de mostrar a la comunidad escolar su capacidad de canto y composición. 

 

Al  terminar el bachillerato viajó a Cali.  Allá, con ayuda  de su hermana entró a estudiar trompeta y gramática en el Conservatorio Antonio María Valencia.

 

Un tiempo después, con la intención de seguir sus estudios en la Escuela Superior de Música de Cartagena, regresó a la ciudad, pero no contó con el apoyo  de sus padres; así que optó por estudiar Licenciatura en Español en la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla.

 

“Me  siento muy orgulloso de ser una de las personas que más ha trabajado por  rescatar la música folclórica, especialmente en el marco de las Fiestas de Independencia, y reconozco que el trabajo no ha sido fácil, pero  mientras pueda seguiré  en la lucha”, afirma Almanza con voz fuerte y convencida. 

 

Pretende que las nuevas generaciones conozcan de esa cultura y la quieran tanto como él.  Con una genuina sonrisa y la lentitud propia y medida de una persona mayor dice: esa música se deja querer.