Hace pocos días se realizó en Cartagena una marcha invitando a los hombres y mujeres a decir Ni Una Más. La campaña, adelantada por la Gobernación de Bolívar, tenía la firme intención de sensibilizar a la ciudadanía en contra de la violencia de género, invitando y motivando a las mujeres a denunciar y a no quedarse calladas frente a este flagelo, que tantas víctimas ha cobrado a nivel mundial, desde tiempos inmemoriales.
Y qué pasa con la ruta?
Las mujeres podemos obtener acceso a la justicia siguiendo una ruta de atención, que permite acogernos a la ley para que nuestros derechos, sean restituidos. Una ruta de atención que supuestamente es “fácil y ágil”: cosa que permitiría que una mujer maltratada pueda ser atendida y reciba protección de manera pronta y eficaz.
Misterios dolorosos: El vía-crucis
*María Rodríguez madre de 4 hijos, fue víctima de maltrato por parte de su marido y padre, respectivamente.
Eran las 11:00 de la noche del miércoles 3 de diciembre. María, luego de una extenuante jornada laborar, llega a su casa y encuentra una escena dantesca. Su marido, quien de ahora en adelante denominaremos como el agresor, se encuentra golpeando fuertemente a su hija de 15 años e intentando ahorcarla. En una segunda escena, su otro hijo, de 14 años, luchaba en medio de los dos, para terminar la pelea. La mujer, desesperada, al percatarse de la situación, interviene para socorrer a su hija y separarlos. Sin embargo, la mujer, falla en su intento, porque queda en la mitad de la pelea y recibe por parte de su marido quien iba a golpear a la menor, un fuerte golpe con un palo en la cabeza, propinándole una profunda herida.
La Policía: el brazo tonto de la Ley
Al llamar a la policía, la afectada narra los hechos, esperando que como fuerza pública, encargada de la seguridad de colombianos y colombianas, ayudara a resolver la situación, prestando su apoyo o tendiendo los puentes necesarios para restablecer el orden, y ayudar a que esta familia, pueda tener acceso a la justicia; sin embargo, cuando la afectada le cuenta lo sucedido a los agentes, la respuesta de estos fue: simplemente “ah es que fue sin culpa, él le iba a pegar era la niña no a usted”, entonces, proceden a irse y dejan allí a la mujer herida, en estado de indefensión, con sus 4 hijos, que son además menores de edad, y de los cuales, dos, también fueron agredidos por su padre.
Bordeando las 12 de la noche, los dos hijos mayores, procedieron a llevar a su madre para que recibiera atención médica, y tuvieron que dejar a sus otros dos hermanitos, de 4 y 6 años, solos a merced de que el agresor, quien se había marchado, regresara, porque según los policías, al mejor estilo del Presidente Santos - en el paro de los paperos- "allí no pasaba nada".
Me pregunto, el maltrato hacia una menor, no es agresión?, porque los policías no llamaron al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) o a la policía de infancia y adolescencia o llevaron a la mujer hacia un centro asistencial?, si según la ruta de atención que me facilitó la Gobernación de Bolívar, la misión de la policía en estos casos es: “Conducir a la víctima a un centro asistencial, acompañar y proteger a la víctima. Asesorar a la víctima en la preservación de las pruebas y suministrar información, realizar un informe de policía para entregar a la autoridad competente”.
El paseo de la denuncia en Cartagena
Al día siguiente, se acercó donde los agentes de Policía quienes le indicaron a la mujer maltratada que debía recurrir a la Fiscalía en Crespo (ni siquiera saben que la rama judicial está en paro y no están atendiendo), no haciendo caso a estos, preguntó a otro agente, quien le dice que se debe ir a la estación de Policía Caribe Norte, en Chambacú a colocar la denuncia.
María, con 7 puntos en la cabeza debido al descalabro ocasionado por su marido, decide trasladarse hasta Chambacú con sus hijos a interponer la denuncia. Al llegar, uno de los agentes que se encontraba en la estación, le dijo que debido a que diariamente reparten 40 fichos para atención, y ya se habían repartido todos, debía acercarse el día siguiente.
Derrotada y convencida de que la justicia colombiana no sirve, se devuelve con sus hijos hasta su lugar de residencia, sin más que hacer, sino resignarse a esperar a ser atendida por un sistema que parece, poco le importa la seguridad de sus ciudadanos y a merced del regreso del agresor.
Para una mujer que vive al otro lado de la ciudad, que pese a las circunstancias se arma de valor y decide denunciar, que a duras penas tiene para alimentarse, trasladarse hasta a Chambacú con sus dos hijos, con la cabeza partida no es nada fácil, y que el sistema le diga que debe regresar al día siguiente! Me parece el colmo! Por eso es que no hay denuncia, si a las que se deciden hacerlo no se le brindan las garantías.
La indiferencia y falta de capacitación de los policías, sumado a la ineficiencia de muchas instituciones en Cartagena, hacen que casos como este queden en la impunidad.
Los policías desconocen la ruta de atención, no saben siquiera cómo guiar a las mujeres, sobre qué deben hacer, entonces me surge la pregunta... De qué sirven marchas y campañas, si no se están tomando medidas de fondo con respecto al tema y haciendo una sensibilización profunda, sobretodo con las instituciones que se encargan de proteger y velar por los derechos y la seguridad de los ciudadanos?
Aprovecho y comparto la ruta de atención en caso de agresión física contra la mujer, ojalá en la policía se pellizquen, capaciten a sus agentes y casos como el narrado aquí no se vuelvan a repetir, la culpa del maltrato indudablemente es del agresor, sin embargo, la falta de diligencia de la policía, ocasiona que se pierda la denuncia y no se brinde la asesoría y protección que necesita la víctima. Yo grité hace unos días Ni Un Más! Hoy tristemente tengo decir que hubo Una Más!