Una de las afecciones más frecuentes en la consulta dermatológica, son las estrías, que preocupan y hasta afectan psicológicamente a las mujeres, principalmente jóvenes, aunque también puede afectar hombres. Son áreas de atrofia cutánea que se presentan como consecuencia de la ruptura de las fibras elásticas y colágenas ubicadas en la segunda capa de la piel. La piel en condiciones normales tiene la capacidad de estirar de acuerdo circunstancias fisiológicas y algunas enfermedades. Esta capacidad de estiramiento no es infinita y al ser persistente, inevitablemente se rompen las fibras elásticas y colágenas. Las áreas corporales donde se presentan con mayor frecuencia son: abdomen inferior, glúteos, mamas, muslos, parte inferior de la espalda, alrededor de las axilas, entre otras.
Las causas de aparición de estrías son múltiples, entre las más comunes tenemos los cambios y a veces trastornos hormonales que sufren las mujeres al llegar a la adolescencia, aumento o cambios drásticos en el peso, embarazo, aumento rápido de masa muscular como sucede en fisicoculturistas, deporte que requieren mucho estiramiento muscular, prótesis mamarias para aumento, uso de corticoides tanto tópicos como sistémicos. También se han implicado factores genéticos. Son menos frecuentes en la raza negra. Existen dos clases de estrías de acuerdo a la fase en que se encuentren. En la etapa inicial, la fase inflamatoria y presentan un color rojo violáceo. Las estrías de larga data, son de color blanco nacarado.
El tratamiento de las estrías varía de acuerdo a la fase en que se encuentren, aunque la hidratación de la piel es mandatoria en todos los casos. En realidad no exíste un único tratamiento, es la combinación de terapias lo que puede conducir a mejorar la apariencia de la piel, entendiendo que el proceso de atrofia es irreversible. Los mejores resultados se observan cuando se inicia el tratamiento en la fase de la estría roja. Ácido retinóico, vitamina C tópica o en mesoterapia, silicio intradérmico, bioestimulación con plasma rico en plaquetas, peeligs químicos, microdermabrasión, láser fraccional o de Co2, son los procedimientos usuales. Cuando se utiliza láser u otro tipo de abrasión, existe la posibilidad de pigmentación del área tratada y la piel alrededor, por lo cual estos procedimientos deben ser practicados por médicos con conocimiento y experiencia.
Más importante que tratarlas, es prevenirlas. La hidratación es la clave y debe enfatizarse antes del inicio de la pubertad, durante el embarazo y en personas que realizan ejercicios, levantan pesas, o practican deportes que implican estiramiento. Cuando inevitablemente se presentan, el pronto tratamiento mejora el pronóstico a largo plazo.
