Fruko, el personaje de moda


En los buses, en las esquinas, en los colegios, en las empresas, en fin, en muchos rincones de Colombia el tema de moda es la telenovela “El Joe, la leyenda”.
Es la conversación obligada entre chicos y grandes. Los últimos capítulos han sido de mucho interés, porque han seducido al televidente al punto de tenerlo pegado al televisor durante más de una hora.
Ya se oye en las calles: “yo soy Wilson Manyoma, de los Manyoma de Cali oís, puro sabor y dinastía”, o “qué nota”, dichos que hicieron populares Wilson Saoko y Joe Arroyo.
Pero en medio de la gran historia en torno a nuestro gran Joe Arroyo hay otros personajes que se han robado el corazón de los colombianos. Lo digo porque a diario converso con mucha gente, lo que me permite sacar estas conclusiones.
Uno de los personajes que más han gustado a los televidentes es el de Julio Ernesto Estrada, más conocido en el mundo de la farándula como “Fruko”.
El actor Diego Vásquez, a quien lo vimos en la telenovela “Los Protegidos” en el papel de “El cara ‘e niña”, se está llevando los aplausos del público por la forma como ha venido encarnando a Fruko.
El temperamento de Fruko, su disciplina y la forma de ver la vida han causado mucha admiración entre el público que ve la telenovela.

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El actor Diego Vásquez personifica a Fruko en la telenovela.

“Ese Fruko sí es bravo, ¡ah!”, me preguntó una compañera de trabajo al ver los primeros capítulos. “¿Ese señor en la vida real es así?” preguntó. Y le respondí: “No sé. Sólo conozco su vida musical. Me imagino que sí. No creo que los directores de la novela vayan a inventar algo semejante”.
Hace días me topé en Internet con un artículo que publicó el diario El Tiempo en marzo 1996, escrito por Juan Carlos Insignares, donde hace una reseña de la vida de Julio Ernesto Estrada.
En algunos apartes de la publicación habla sobre este caso en particular. Fruko era peleonero, lo que le llamamos nosotros en la Costa Caribe “un fosforito”. Ante cualquier inconveniente le metía la mano a cualquiera; y en el barrio se fue convirtiendo en toda una celebridad por sus peleas callejeras.
“Eran tantas las peleas y tan seguidas que Absalón Vargas, un inspector del barrio El Bosque de Medellín, me multó las manos, una noche de 1968”, le dijo Fruko al periodista.
Pero la gente, con el paso de los capítulos, ha visto la otra cara de Fruko: la persona integral, con valores y capacidad de trabajo. Es el prototipo del paisa emprendedor, con visión empresarial. Ante sus subordinados, muestra un carácter que da miedo, pero, paradójicamente, en su hogar, ante su esposa, doña Aura de Estrada, es un manso cordero.
Es el show de la novela, es el personaje que se destaca de ese buen elenco de actores. Es quien pone el sabor.
Aunque dentro de la trama hay algunas cosas de ficción, la verdad es que estamos complacidos por la for-ma como se ha desenvuelto la trama de la novela. Es lo que este país necesita. No queremos más “narcos”, ni la niña pobre que se vuelve rica, ¡no!. Queremos historias refrescantes, que nos hagan reír, que sean del vivir diario de los colombianos, que nos enseñen el valor de la amistad y la lealtad, que aprendamos a querer a nuestros ídolos, a verlos como son: seres humanos con virtudes y defectos, como cualquiera de nosotros. Fruko es el personaje de moda.
Sé que muchos jóvenes no conocían a Fruko, pues todavía no habían nacido en la época dorada de Los Tesos, década de los setenta. Sólo han digerido la segunda etapa del Joe Arroyo cuando armó su propia orquesta (La Verdad) en los 80. Es por eso que en las conversaciones sobre la novela tienen muchas inquietudes.
Pero lo más importante es que les está gustando la música de Fruko y sus Tesos. Los temas “Tú sufrirás”, “El ausente”, “El preso”, “Manyoma”, “Tania”, “El negro Chombo”, entre otros, se están volviendo a escuchar con muchas fuerza en las estaciones de radio; y a los adolescentes les está gustando. Eso es fundamental para que sepan sobre la historia de la salsa colombiana.

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LP Fruko y sus Tesos El Caminante (1973).

A los chicos que quieren saber más sobre Fruko les cuento que su apodo se lo puso Lisandro Meza cuando hacían parte de los Corraleros de Majagual.
Resulta que una tarde en la Plazoleta Nutibara de Medellín, Lisandro Meza miró una valla de salsa de tomate Fruko en la que aparecía la tradicional muñeca que identificaba al producto y le dijo a Julio, ante los compañeros de la agrupación, que se parecía a la muñequita. Ellos soltaron una carcajada y desde ese día quedó “bautizado” como Fruko.
Fruko llegó a discos Fuentes porque allí laboraban dos de sus tíos y lo “empiñaron” para que tra-bajara como utilero, y así se alejó del mundo aquel de las peleas a mano limpia en el barrio.
Allí aprendió técnicas de grabación, y a los 16 años se convirtió en el flamante ingeniero de discos Fuentes. Pero no se quedó quieto. Gracias a su “necedad”, comenzó a tocar los instrumentos que estaban en el estudio y fue como, por casualidad, se hizo timbalero de los Corraleros de Majagual. Después aprendió a tocar bajo y otros instrumentos. El resto lo sabremos cuando se desarrolle la trama de la telenovela.
Armó a la orquesta Los Tesos y otras más como Latin Brother, Afrosound y Wanda Kenya. Por eso le decimos desde esta columna, “gracias, maestro, gracias por ser el pionero de la salsa co-lombiana, gracias por lanzar a la fama al Joe Arroyo, nuestro estandarte de la música tropical para el mundo”.

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LP Fruko y sus Tesos Ayunando (1973)

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LP Fruko y sus Tesos El Grande (1975)