¿Qué le vamos a regalar a Cartagena en su cumpleaños 482? En estos días en que la cartagenidad está a flor de piel, muchos nos hacemos esta pregunta.
Los regalos frecuentes: Izar la bandera, no tirar papeles al piso, firmar pactos por la ciudad, calles pavimentadas, parques remodelados, promesas de ser mejores ciudadanos en las redes sociales, conciertos abiertos a la ciudadanía, actos solemnes, entre muchos otros.
Y bien, ahora que pase la Cartagenamanía propia de estos días de celebración, ¿seguirán en pie las buenas intenciones y promesas por la ciudad que nos vio nacer? O volveremos a ser los mismos de siempre, cayendo en ese círculo vicioso que ha cobrado tanta fuerza últimamente, en el cual se ha vuelto una constante quejarnos y quejarnos de Cartagena (me incluyo), del tráfico, los malos olores, la intolerancia, sin darnos cuenta que detrás del dedo que señala a La Heroica, está el artífice de grandes cambios, que serían posibles si criticáramos menos, y actuáramos más.
Más allá de lo acostumbrado cada primero de junio, este año hay un gran regalo que le podemos dar a Cartagena, uno de esos contundentes, que se agradecen toda la vida. Lo mejor es que es gratis, tampoco va a requerir el mayor esfuerzo, pero sí de toda nuestra voluntad y conciencia.
En cuatro meses se decide el futuro político de nuestra ciudad con la elección de Alcalde Mayor, concejales, ediles, y es esta la oportunidad de lucirnos con un gran regalo. De nuestro voto libre y a conciencia, dependerá tener para los cartageneros un mejor lugar para vivir y ver crecer a nuestros hijos.
Son muchas las opciones, tenemos la particularidad en esta contienda electoral de tener de sobra de donde escoger, pues candidatos a la Alcaldía es lo que hay esta vez. Pero no se trata de cantidad, cuando lo que nos urge es calidad.
Escojamos a conciencia, veámoslo como un mejor regalo para Cartagena, más duradero y trascendental que izar la bandera, firmar pactos que generalmente se quedan en el papel, o asistir a actos efímeros que nos hacen sentirnos orgullosos de ser cartageneros en lo que dura la emoción del momento.
No quiere decir que estas manifestaciones no sean importantes, al contrario, hagámoslo con todo el amor y el sentido de pertenencia, pero sin olvidar que viene en camino la oportunidad de oro para lucirnos con La Heroica.
Y no es solo nuestro voto, es también saber elegir, “si vas a regalar, regala algo bueno”, se suele decir. Que sea un voto a conciencia, con previo conocimiento y análisis de los candidatos y sus perfiles. Recordemos, no es cualquier cosa, es decidir sobre el futuro de la ciudad, y por ende, el de nosotros, sus habitantes.
Si usted es de los que cree que el candidato con la mejor hoja de vida va a ser el mejor mandatario, recuerde que uno puede estar muy bien preparado, pero ¿preparado para qué? ¿Para llevar las riendas de una ciudad como Cartagena, con todos sus pergaminos y cualidades, pero también con todas sus históricas problemáticas? No es fácil, no es para cualquiera, por eso insisto, demos un regalo digno de nuestra ínclita ciudad. Tengamos en cuenta actitudes como liderazgo, empatía, compromiso, capacidad innovadora.
Cierro deseándole un feliz cumpleaños a mi bella ciudad. Me declaro enamorada de ti Cartagena, y aunque a veces caigo en el círculo vicioso de la queja y del aburrimiento por tantas cosas que pasan en ti, no se puede negar que tienes una magia, una calidez y un embrujo que nos hace privilegiados por nacer en tus tierras. Te mereces un gran regalo, y es ser gobernada con la altura y la capacidad que una ciudad como tú amerita. Entre todos podemos lucirnos con Cartagena, desde ya preparemos nuestro voto, no un voto precipitado, ni manipulado sino con la mejor intención, tener la ciudad que soñamos.