Cuidados de los pies


El cuidado de los pies, no debe ser diferente al cuidado que se le da al rostro y otras partes del cuerpo. Los pies cumplen la importante función de permitir desplazarnos, ejercitarnos y divertirnos, entre otras. Con frecuencia, especialmente en hombres ocurre descuido en el cuidado y vigilancia de la apariencia y salud de los pies. Hoy se dice que aproximadamente un 80% de la población, padece de alguna afección en la piel de los pies, las cuales pueden ser leves y no causar problemas mayores, o progresar causando verdadero malestar y aún incapacidad para deambular.

Los cuidados de la piel de los pies están encaminados a disminuir, eliminar o controlar afecciones que si bien no son verdaderas enfermedades, su progreso puede conducir a estas. Una condición bastante frecuente, es la resequedad tanto en el dorso como en la plantas, que en ocasiones puede causar agrietamiento de los talones, y en casos avanzados puede producir dolor al deambular, e incluso sangrado al afirmar el pie. Esta situación puede ser más grave en personas con diabetes, sobrepeso y en la menopausia. Existen varias alternativas para tratar esta condición, algunas agresivas como raspar con cuchillas la piel comprometida, con el riesgo de producir cortaduras, y otras menos agresivas que usan limas especiales para las plantas de los pies, o exfoliaciones frecuentes con piedra pómez, la cual produce mejores resultados si se hace con la piel húmeda.

Una vez realizada cualquiera de las opciones elegidas, es importante tratar los pies con cremas o ungüentos a base de ácido salicílico para desprender la piel desvitalizada, acompañado con productos con urea, que permite además la retención de agua en esas zonas. En los casos no muy severos, puede aplicarse la misma crema que se usa en el resto del cuerpo.

La sudoración excesiva de los pies, conocida como hiperhidrosis, puede producir además de mal olor, grietas en las plantas, especialmente entre los dedos. En esta situación, lo primero que hay que hacer es una cuidadosa higiene diaria de los pies. El uso de talcos está cuestionado, ya que se dice puede ser caldo de cultivo para el crecimiento de hongos. Se recomienda el uso de antisudorales para pies en spray, así como los mismos desodorantes usados en axilas. Las plantillas con recubrimiento de algodón también son útiles, absorbiendo parte del sudor. En algunas ocasiones la hipersudoración no es posible combatirla con las medidas usuales, entonces es necesario recurrir a otras medidas como la aplicación de toxina botulínica que reduce considerablemente la sudoración, con la desventaja que es un tratamiento costoso, que requiere nueva aplicación entre 4 y 6 meses después.

Los callos ocurren por engrosamiento de la capa más superficial de la piel, como consecuencia del roce constante de los pies con un calzado inadecuado, pero también pueden ser consecuencia de malformaciones de los huesos del pie, que igualmente predisponen a roces continuos. En ocasiones los callos se acompañan los llamados clavos, que son lesiones virales y pueden llegar a ser extremadamente dolorosas. El tratamiento de los callos es bastante similar al de la resequedad plantar, con la diferencia que en estos casos se utilizan los productos en una concentración mayor. Cuando hay clavos plantares, hay que rebanar el área comprometida y aplicar nitrógeno líquido o cauterizar. Es importante tener en cuenta que no siempre hay que eliminar completamente los callos, ya que en ocasiones se han formado para compensar alteraciones de los huesos de los pies.

El dolor en áreas de callos, puede aliviarse con el uso de plantillas, en algunos casos con forma de dona, para impedir que entren en contacto con la suela plana del calzado y así evitar el dolor. Cuando las personas son diabéticas deben evitar manipular las callosidades, lo indicado es acudir a consulta con el podólogo. Los juanetes son consecuencia de la deformidad de la base del dedo gordo. No son directamente afecciones de la piel, pero secundariamente pueden formar callos. El cuidado de las uñas con un adecuado recorte hace parte del cuidado integral de los pies. Los cuidados deben ser más estrictos cuando hay problemas de mala circulación, diabetes, artritis y enfermedades que afectan el sistema inmunológico. El uso de calzado adecuado previene la aparición de lesiones o enfermedades en la piel de los pies.

La afección de las uñas por hongos, es un trastorno bastante frecuente, que se presenta en un 2 al 15 % de la población mundial, siendo más frecuente en mujeres y en personas que por su actividad laboral deben usar calzado cerrado y ajustado. en la mayoría de los casos es fácil hacer el diagnóstico clínico, en algunas ocasiones es necesario tomar muestras para estudios de laboratorio que nos confirmen ese diagnóstico. Algunas medidas ayudan a prevenir esta frecuente afección, entre otras el uso de chancletas en baños compartidos, calcetines de algodón para una mayor absorción del sudor, evitar el calzado cerrado y muy ajustado, una adecuada higiene de los pies y tener precauciones al realizarse pedicure, el cual no debe ser agresivo al tratar de eliminar la cutícula, que cumple una función protectora impidiendo el ingreso de gérmenes a la matriz de la uña.

La tiña pedis o pie de atleta, es una infección en los pies causada a por hongos. Se presenta con mayor frecuencia en el espacio interdigital, aunque también puede extenderse a la planta del pie. Con frecuencia tiene una buena respuesta con tratamientos tópicos y las recomendaciones para su prevención son en esencia igual a la infección que afecta a las uñas.

En la mayoría de los casos basta con brindar los cuidados mínimos de higiene de los pies para evitar enfermedades. En aquellos casos en que hay otras afecciones o enfermedades que afecten la salud de los pies, es necesario acudir a evaluación médica para minimizar y aún evitar complicaciones.


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