Día 23 de agosto. Imposible no sentir nostalgia, la luz apagada por la ausencia de una estrella literalmente fugaz, pero que se coronó rey indestronable y precursor de su folclor, más allá del tiempo y el lugar donde se encuentre: Kaleth Miguel Morales Troya.
Este joven, era el hijo mayor del cantante Miguel Morales, estudiante de Medicina, de 20 años de edad, y conquistó en 2004 las emisoras y la mente de propios y ajenos revolucionando el género vallenato con su éxito “Vivo en el limbo”, una fusión de ritmos conocida como La Nueva Ola del Vallenato. Su carisma y su talento, lo ubicaron con velocidad exponencial en los primeros lugares de popularidad a nivel nacional, pero más allá de las cifras, positivas, significativas e increíbles, se convirtió para los jóvenes de aquel tiempo en el ídolo, sus canciones eran el himno de muchas relaciones, pues sus letras estaban llenas de sentimiento y realidades cotidianas; su música fue la banda sonora de la época.
Kaleth era dueño de una creatividad que desbordaba, pero sobretodo de mucha energía y pasión por lo que hacía. Aunque inicialmente sus canciones fueron grabadas por otros artistas como su padre, Miguel, su compadre Silvestre Dangond, Luifer Cuello, entre otros, decidió luego interpretar él mismo sus composiciones, en las cuales transmitía entusiasmo y la emoción propia de su personalidad arrolladora y de conquistador. Sin duda, nos cambió la vida, la forma de pensar, sentir, decir las cosas a través de su música
El tiempo no es corto ni largo, simplemente es suficiente. Esta estrella que vivió durante 21 años, 2 meses y 15 días logró en 8 meses de vida artística lo que muchos consiguen en al menos 10 años, no necesitó de un año para demostrar que era inigualable y construir una sólida y prometedora carrera musical; y por otra parte, durante su vida, cumplió el deseo de su padre de convertirse en medico (obtuvo título póstumo) y ser padre de dos hijos.
Kaleth rompió esquemas y paradigmas. Según él, su movimiento se llamaba Kalethismo 906 porque sus seguidores nacieron el 9 de junio, desde el mismo momento en que él llegó al mundo, sin embargo, hoy, desde el Cielo, tiene la plena seguridad de que su fanaticada vive y será inmortal, como su recuerdo, porque su música transformó nuestro mundo .
Fueron muchas horas aferrados a la esperanza de un milagro que le devolviera la salud, hasta que la mañana del 24 de agosto de 2005 partió de este mundo El Rey de la Nueva Ola, dejando a sus seres queridos y fanáticos en el limbo, en un mundo a blanco y negro. En nuestras almas está como en un cassette grabado el eco de sus canciones. Con sus algunas de sus propias palabras, escribo este sentido homenaje. Kaleth vive en nuestros corazones, y eso es lo más importante.
