Obesidad y piel


La obesidad se ha convertido en un problema de salud pública en muchos países, especialmente en las zonas urbanas, debido a disminución de la actividad física y aumento del consumo de carbohidratos y grasas. La obesidad consiste en un exceso de grasa corporal que puede estar acompañada en muchos casos del llamado síndrome metabólico, condición en la cual además de obesidad puede presentarse hipertensión arterial, colesterol y triglicéridos altos, diabetes, acumulación de grasa en las paredes de venas y arterias (arteriosclerosis), aumento de riesgo cardiovascular y riesgo de muerte en quienes la padecen. El síndrome metabólico, es uno de los principales mecanismos que explica los trastornos en la piel de personas obesas.

Las personas con síndrome metabólico presentan la llamada resistencia a la insulina, en la cual la insulina pierde su eficiencia para disminuir los niveles de azúcares y carbohidratos ingeridos con la alimentación. En algunos casos hay tendencia familiar. La obesidad produce cambios en la fisiología de la piel, que consisten principalmente en la pérdida de su función de barrera contra las agresiones externas, predisponiendo a infecciones cutáneas, especialmente por hongos en pliegues y espacios interdigitales. También se afecta el funcionamiento de las glándulas sebáceas, con mayor producción de sebo y por lo tanto predisposición al acné y en glándulas sudoríparas, con aumento de la sudoración. Adicionalmente puede presentarse trastornos circulatorios, dificultad para deambular por deformidad de huesos de los pies, várices y disminución en el tiempo de cicatrización de heridas, entre otras.

La obesidad está relacionada con otras condiciones, que si bien no representan riesgos para la salud, se constituyen en afecciones estéticas tales como la acantosis nigricans caracterizada por engrosamiento y pigmentación en axilas, ingles, codos y rodillas, aparición de tumoraciones benignas en cuello y axilas conocidas como acrocordones o fibromas laxos, estrías por distención y ruptura de las capas internas de la piel y callosidades por fricción repetitiva y muchas otras alteraciones.

El tratamiento de la obesidad amerita intervención de varias especialidades médicas, a fin de detectar y tratar afecciones que son consecuencia del sobrepeso. Como medidas generales se recomienda el ejercicio físico y cambios supervisados en los hábitos alimenticios. La mayoría de los problemas cutáneos relacionados con el sobrepeso, disminuyen o mejoran notablemente con la disminución del peso corporal.


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