Camilo Peralta Olivera, ¡Resiste!


[Inline:10676289_10153176169903987_1675797562735740197_n.jpg] 

Camilo Peralta y su cónyugue Maylin. 

Recuerdo cuando era estudiante de Filosofía en la Universidad de Cartagena, el pregrado fue un gran proceso en mi vida, me enfrenté a una serie de dudas, angustias y situaciones que fui abordando en la medida que alimentaba mi intelecto. De todos los compañeros que tuve, una de las pocas personas que puedo llamar sin ningún esfuerzo y duda “amigo”, es Camilo Peralta Olivera. Hablábamos sobre películas de todo tipo, discutíamos sobre el pensamiento de Schopenhauer, autor que él leía con profundo interés; nos gastamos muchas horas tratando de comprender la hermenéutica de Gadamer, Ricoeur, Dilthey y otros pensadores. Recuerdo la irreverencia de Camilo en las clases donde los temas ya eran conocidos por él y, sin creerse superior a ninguno, prefería ir a hacer otras cosas, como practicar canto.

Saber que Camilo, el estudiante de Filosofía, el amigo, el profesor de colegio, está enfrentándose a una situación de vida y muerte donde su rostro se va desfigurando cada día, causándole innumerables molestias y dolores, es algo que me provoca una inevitable impotencia. Pero mayor impotencia y frustración me causa el saber que ninguna clínica ha estado dispuesta a atenderlo por culpa de la mediocridad de Saludcoop. El famoso paseo de la muerte una vez más se aplica en la realidad.

No se trata únicamente de un ser humano, con familiares y amigos, de un paciente que sufre una enfermedad… se trata de una mente que debemos esforzarnos por rescatar, porque tiene muchas cosas interesantes por decir. Ojalá el Ministerio de Salud aplique una pronta solución al caso, porque todo esto es cuestión de tiempo y mientras las EPS y las Clínicas van a un ritmo de papel, el cáncer se le está comiendo la cara a Camilo a una velocidad que no espera Autorizaciones, Permisos y Contratos.

Hoy día, Camilo y sus familiares están librando una lucha contra el tiempo para conseguir que Cafesalud autorice lo más pronto posible el tratamiento necesario. Pues, una vez se haga tarde, ya no habrá Autorización y Contrato que valga, y mientras los funcionarios de Cafesalud verán un número de registro más, los familiares, amigos y colegas de Camilo, veremos a un ser querido, a una voz silenciada por la injusticia y los absurdos de nuestra sociedad, pero sobre todo por las políticas neoliberales, privatizadoras e inservibles que, en vez de beneficiar al pueblo, sirven para el lucro de intereses privados. A Camilo le están negando su derecho constitucional a la salud precisamente porque la salud en Colombia es un negocio donde no importa cuántas vidas se pueden salvar, sino cómo pueden mantener las cifras, gastos, egresos e ingresos de manera estable, tratando de aumentar los ingresos… aunque esto implique “dejar morir” a la gente.

Camilo, ¡resiste! A pesar de que cada uno de nosotros (tus compañeros y colegas) tenga ocupaciones y responsabilidades por cumplir, estás en nuestros pensamientos y plegarias. Espero que nos volvamos a encontrar para hablar sobre las mujeres lindas de nuestra ciudad, sobre nuestras preocupaciones filosóficas y, sobre todo, que puedas transmitir tus experiencias de vida después de haber superado este tumor. 


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR