De Messenger a Whatsapp


La herramienta que hoy nos tiene interconectados y comunicados 24/7 fue un boom para muchos que lo creían inaccesible y relegado al sector corporativo. Cuando la internet se masificó y llegó a los hogares algunos no teníamos la madurez ni la visión para crear nuestros usuarios de correo electrónico y Messenger (para los que no lo conocen, es un abuelo de Whatsapp, pues podíamos chatear, enviar emoticones, fotos, hasta zumbidos desde nuestro computador con una o más personas). Yo era marifer03061812, más números que nombre, parecía más un código de barras que un correo electrónico, pero fue hasta grado 11 que decidí cambiarlo por mi nombre y mi apellido ya que para trámites de universidad me parecía cursi y quería algo más sobrio y sencillo. Así como yo a los 10 años me registré de esta chistosa manera más de uno lo hizo, incluso ha llegado a la edad adulta con su viejo correo de infancia.

Dentro de mis contactos de Messenger estaba mi amiga “nena_colombia18”, “pelusita168”, “superladykiut”, “gatita361”, "elsilvestrista70" y “linda” con cualquier cantidad de combinaciones numéricas. No se con qué objetivo escondíamos nuestros nombres y los sustituíamos por sustantivos, adjetivos y números, sin embargo, en ese momento creíamos que vivíamos encerrados entre la multitud, no visionamos la trascendencia y el valor de las redes, no tuvimos en cuenta creceríamos y cambiarían nuestras perspectivas, gustos y perfiles.

El filtro de estos ilustres correos llega para muchos al momento de elaborar la hoja de vida, cuando se dan cuenta que la organización prefiere contratar a “juanperez1” o a “martinezjose” y no a “elchechoflow1677” o a “chepeelpapichulo55”. El usuario es en cierta medida una extensión de nuestra personalidad, que se ve limitada en algunos casos para obedecer paradigmas de formalidad. Bien podría usarse uno personal y uno corporativo, por aquello de mantener la esencia y separar los escenarios.

A algunos se nos ha pasado por la mente o hemos exclamado “no sé en qué estaba pensando cuando inventé este correo”, muchos por otra parte han coleccionado correos, porque no encuentran el usuario indicado para su gusto. Si comparamos con los usuarios de redes, ahora son más letras que números, más nombres que adjetivos, más cortos y sonoros, un poco más aterrizados. Son etapas, facetas, obedecemos al impulso de expresarnos como nos sentimos, lo importante es entender que como todo cambia, vamos de la mano a esa evolución tecnológica y comunicativa y reírnos de cómo era todo al principio de los tiempos.

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