La televisión colombiana, hace rato viene con un libreto de competencia, entre RCN y Caracol al que presente más casos de muertes, atracos, fleteos, extorciones, violaciones, etc., etc., que tienen a la audiencia en una encrucijada sicológica, por estar reproduciendo sistemáticamente noticias que dan por cierto los ciudadanos, dibujando un país que anda mal, inseguro, muy frágil para los delincuentes.- Nos sentimos en guaridas ante tanta vulnerabilidad-
Los niños, jóvenes, mujeres y hombres de todas las edades nos quedamos paralizados todas las mañanas, al medio día y en la noche con tanta información barata. ¿Será que estas noticias venden más? Yo no creo. Es necesario cambiar el libreto. La conducción masiva de la siquis de los televidentes está alterada, muy alterada con tantas primicias que inundan el conocimiento humano.-Hoy lo que vemos es el traslado de la antigua sensacionalista Revista Vea a la pantalla chica-
La esencia de la televisión es informar, de eso no hay dudas, pero una cosa es que informen y otra que traumaticen, que adormezcan al televidente con noticias que la gente no quiere ver. Colombia es un país maravilloso, tantos lugares que hay para mostrar, muchas buenas historias que hay para contar y cuando lo hacen el tiempo es demasiado corto.-Añoramos programas de historia-
Sin lugar a equivocarme, el pueblo de Colombia está hastiado de tantas noticias malas en la televisión. Entramos en un proceso de paz que es irreversible. Debemos comenzar a experimentar otras escenas que construyan al ciudadano y no aumentar la escalada de violencia en todas sus manifestaciones.- Existe una sensación de desconfianza generalizada-
Ejemplos hay muchos. El patrón del mal, sin tetas no hay paraíso, academia de sicarios, etc., etc. Y como para rematar la faena, los noticieros le hacen apología al delito, presentando precisamente lo más llamativo de estas novelas ridículas y lo asocian con las noticias del presente. Tanta ignorancia, tanta irresponsabilidad de los directores de novelas y noticieros.
El mundo puede estar muy globalizado. Los mercados están a la orden del día, la tecnología penetró en la intimidad de las personas, todo eso es real, pero no se puede perder de vista el daño enorme que le están ocasionando a las futuras generaciones. Es normal escuchar, “este país está invivible”, “aquí pasa de todo”, “yo no veo noticieros”. Y algo lapidario en los comentarios familiares, “el gobierno y sus dirigentes no hacen nada por mejorar el país”, “este país no lo compone nadie”, “este país se lo llevó el diablo”. Afortunadamente Dios está con nosotros, sino pasaran cosas peores.