Cuando el pueblo se decidió por Manolo como alcalde de Cartagena, el paso a seguir era rodearlo en su administración para que le fuera bien a la ciudad.
Es una persona sin mucho conocimiento de la administración pública. Aunque hay un dicho muy cierto: “el que sabe más como que se las ingenia para aprovecharse del erario público, que el que no sabe” Próximamente, va a cumplir su primer año de gobierno. Muchos lo critican, pero es muy poco tiempo para que un gobernante pueda mostrar resultados de su gestión. Las obras que ha podido inaugurar deben ser del gobierno anterior, y eso es normal en lo público. El primer año se pasa arreglando la casa.
Sin embargo, existen acciones que ameritan soluciones urgente, como son el traslado del mercado de bazurto, el plan de drenajes pluviales, la atención inmediata al cerro de la popa, la inseguridad reinante, los altos niveles de desempleo y por supuesto el fenómeno del mototaxismo.
Y precisamente, a esto me voy a referir. Presentar propuesta a Manolo para tratar de dar una solución al mototaxismo. Es una realidad de la ciudad; la proliferación de motos como medio de transporte alternativo de los ciudadanos ya se volvió costumbre. Es bueno decir que este servicio surgió en Europa, y es la visibilidad del desempleo en todo el mundo.
Cartagena es una ciudad pequeña. Cabe aproximadamente 10 veces en Barranquilla y casi 80 veces en Bogotá. Por esta condición, no es lógico aplicar políticas de restricción de motos igual allá que aquí. En estas urbes existen más barrios, mas calles, más población y por supuesto más usuarios.
Inicialmente hay que dialogar con todas las organizaciones que existen. Censar cada moto, verificar el estado de sus documentos, mirar los antecedentes de los dueños y conductores, establecer direcciones residenciales, solicitar dos teléfonos de contacto y que dé un nombre de familiar o amigo como referencia. No es fácil esta tarea, cuando se dice que en Cartagena ruedan más de 60 mil motos, y algunos aseguran que son como 100 mil. -La verdad, nadie sabe-
Por algo hay que comenzar. Está demostrado que las motos tienen relación directa con todas las acciones criminales y de accidentabilidad que suceden a diario. El paso siguiente sería instalarle un chip, sentar a los vendedores y fabricantes para que las motos vengan con esa aplicación. Tampoco es fácil.
Presentar un proyecto de ley para que el servicio sea reglamentado por el Ministerio del Transporte. Vincularlos al sistema de seguridad social y ofrecerles cursos de capacitación permanente. Esto es factible.
Y por último, cada organización de moto taxistas se le asigna un uniforme y se le delimita los barrios en que pueden trabajar. Todos van a ganar, todos van a tener clientes, las ganancias pueden disminuir, pero sus ingresos van a ser permanente y en condiciones más dignas. -El traslado del mercado puede coadyuvar a que todo pueda ser posible-
