Mujeres Soneras en el Bembé de su Salsa: Parte Final.
Luego de un mediano receso sobre los temas musicales, debido a las reflexiones sobre el crucial tema de la paz y la justicia social en nuestro país, la revitalización de las Fiestas de Independencia con la propuesta del Carnaval del Gran Caribe, y las 12 lecciones elementales de Filosofía, ahora retorno a las canciones de las soneras de ayer y hoy, resaltando aquellas que causaron mayor impacto positivo en mi alma de “melómano empedernido” nombre con el cual deseo me reconozcan mis lectores y lectoras, sin confundirme con los expertos musicólogos a quienes presento mi respeto y reconocimiento.
Jamás podré olvidar la noche… -al igual que en la canción de Leo Dan- cuando escuché por vez primera en persona a la corista de la orquesta de Richie Ray & Bobby Cruz: Miki Vimari; fue el año 1990 o 1991 cuando se presentó en la plaza de toros de Cartagena, durante un espectáculo que jamás se ha repetido en la historia cultural de nuestra ciudad.
En el escenario Miki lucía imperturbable, concentrada en sus cantos, cubriéndose con un largo vestido negro que le hacía ver muy señorial, contrastando con la alegría e informalidad que transmitía la música de uno de los más grandes pioneros de la salsa en el mundo.
Hoy después de 25 años, recuerdo , no con dificultad aquella velada, o mejor aquel inolvidable concierto donde las notas que me quedaron grabadas fueron las de Sonido Bestial, (creo – creer que fue esta), sin duda alguna, una de las mejores Canciones de Richie y Bobby, al igual-creo también- que las de “La Vimari” o mejor : Richie Ray Presenta La Vimari.
Sin embargo, mis mejores recuerdos de la Vimari son aquellos que evocan la época de Navidad y para ello nada mejor que recordar “Aguinaldo Navideño” en la cual Miki es la voz líder y “Bomba en Navidad”, donde hace coro con Richie, a la voz de Bobby Cruz.
Por eso, desde ya, hay que empezar a gozarlas, tal como lo hacen los curramberos en esta época, sin olvidar dar prioridad a la ahora llamada “música de Noviembre”-que antes era de todo el año-, con los inigualables, Pedro Laza, Clímaco Sarmiento, Los Gaiteros de San Jacinto y las bandas papayeras de las sabanas, identificadas con este nombre cariñoso, cuyo origen se dio en la Vieja Barranquilla de Esthercita Forero.
Ahora, cuando sintonizo un canal barranquillero de YouTube, las notas de Miki, me trasladan a los diciembres aquellos del quinquenio70-75, en Barranquilla, cuando toda la orquesta de Ricardo Ray interpretaba:
Los que no venían han llegado ya,
y los que venían se han quedado atrás…
Y …Luego sonaba la otra canción:
Bomba en las navidades,
Pa que gocen bomba
en las navidades, “ahí na´ má”…
Inolvidable, es también Arabella, la primera cachaca que se atrevió a cantar salsa, de acuerdo con los expertos, y aunque fue poco reconocida en nuestro país, se hizo grande en Perú, otro fortín suramericano de la salsa; Venezuela la acogió con el mismo cariño que al Gran Nelson Pinedo “El Almirante del Ritmo” quien el pasado 27 de octubre nos dejó su legado inmortal de canciones terrenales, para ir a cantar por siempre más cerca de Dios.
En honor a la verdad, he de confesar, que sólo hasta ahora en el pasado mes de septiembre fue cuando empecé a escuchar las salsas de Arabella, llenas de muy buena calidad interpretativa tal como se aprecia en la adaptación a ritmo Caribe que hizo del célebre “San Juanero” de Garzón Y Collazos, entre otros, inmensos también en su arte y “Bomba Para Colombia”, una hermosa canción a nuestro país con ritmo musical de Puerto Rico.
Sin embargo, desde hace 42 años aprendí a valorar el arte de Arabella cuando en 1974 interpretó Callecitas de Cartagena, hermosa composición de la cartagenera Evelia Porto de Mejía, que batió los registros de sintonía radial y nos puso a cantar paseando por esos espacios mágicos conocidos con el nombre de calles.
Hoy, en este noviembre de lluvias y fiestas, cuando el tiempo transcurre inexorable, mi mente sólo conserva fragmentos de este poema musicalizado:
Callecitas de Cartagena,
llenas de Gloria,
pregonando con sus balcones,
toda su historia.
Las Carretas, San Agustín,
El Tablón, La Factoría.
Callecitas de Cartagena...
En otro espacio de este “mundo historial”-la frase inmortal del juglar Juancho Polo Valencia- tuve el placer de encontrarme con las canciones de otra bella caribeña: La India.
Con sus cantos amorosos de ritmo caliente, entendí de mejor manera la salsa romántica de viejo cuño interpretada por otra mujer bonita, al igual que identifiqué una nueva dimensión de “Vivir Lo Nuestro” cuando lo interpretó con Marc Anthony en 1994:
…Y volar, volar tan lejos,
Donde nadie nos obstruya el pensamiento,
Volar, volar sin miedo, como palomas libres,
Tan libres como el viento.
Y vivir, vivir lo nuestro.
Y amar hasta quedarnos sin aliento,
Soñar, soñar despiertos…
Seis años después, en mis primeros 50 junio, mis sueños continuaban intactos: nada obstruía mi pensamiento y podía amar muchas veces hasta quedarme sin aliento; sin embargo no fui capaz de aceptar la invitación de la canción a “volar muy lejos”; hoy, ahora en la soledad de la madrugada me lo recuerda La India con Marc.
De igual forma, tomado de la mano con La India, en 1997 recordé una amarga verdad cuando escuché:
“Es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor”.
Era la versión de “Costumbres” la canción que convirtió en éxito mundial Rocío Durcal; ahora en una fusión de pop y salsa, “La Princesa de La Salsa”, con voz tenue me recordaba, el poema musicalizado que a un viejo amor, en un lejano tiempo un día le dediqué:
Sé que tú no puedes,
aunque intentes olvidarme,
siempre volverás una y otra vez…
Una y otra vez, siempre volverás.
Ya cuando el amanecer recoge su claro oscuro manto mojado por la lluvia que pretende convertirse en un diluvio tropical, aparece de nuevo la voz de La India, con ritmo de salsa, acompañada de uno de los más grandes poetas populares del mundo: Juan Gabriel comprometiéndome, a imitar la actitud de un hombre enamorado y resignado, sin ninguna clase de egoísmo:
… Me voy a acostumbrar,
que cuando mire tu retrato,
desearé que en otros brazos,
tú encuentres la felicidad…
Entonces, entre canciones y los rayos del sol que evadieron las alturas de La Popa y penetraron por los vidrios de mi ventana, observo que ya a amaneció un nuevo día, con sus nuevos afanes, triunfos que me esperan y sueños por hacer realidad; entonces me doy cuenta que se terminó el tiempo de los recuerdos y es hora de vivir el presente.
Así de esta manera podría continuar escribiendo notas más extensas, evocando las canciones de las soneras de ayer y de hoy, sin olvidar que sin ser una de estas, pero con muchos valiosos aportes a la música tropical, está Gloria Stefan, cuya música brillante y de mensajes muy positivos para el amor y la convivencia, empieza a sonar de nuevo en las emisoras locales, anunciando la llegada de diciembre, el mes dedicado a revivir la fiesta de “la luz” o de la Inmaculada Concepción y del nacimiento de Jesús El Mesías.
De igual forma es imposible olvidar el talento y la belleza de una serie de grupos de soneras que en el ayer (y tal vez hasta hoy en persona) dieron lo mejor de sí interpretando siempre y para siempre la salsa: La orquesta De Caché, Orquesta Canela, Orquesta Caña Brava y Son de Azúcar.
Sus éxitos perduran grabados en el acetato, el acrílico y en la web, junto con las presentaciones que en nuestros días en todo el territorio colombiano hacen los más de 100 grupos femeninos intérpretes de la salsa de ayer, hoy y de siempre, destacándose los de nuestras bellas cartageneras con su gracia y talento musical.
Por ello, hoy nada mejor que pedir a Dios que continúe bendiciendo a todas aquellas que nos acompañan en esta vida terrenal y sigan cosechando los éxitos que merecen.
¡Las desaparecidas continúan con su música cerca de Dios y viven por siempre en la gratitud de nuestras almas, en nuestras memorias, en nuestras fiestas y bailes gracias a la tecnología y nuestros compromisos con la identidad cultural del gran Caribe, este inmenso mar que nos hermana!