Cuidados básicos para los diferentes tipos de piel


Antes de elegir los productos que se adapten a las necesidades de la piel de cada persona es fundamental conocer previamente su tipo de piel. En algunos casos no es posible determinarlo con certeza, entonces la característica que predomine es la que se utiliza para hacer una determinación aproximada, aunque algunas veces deban probarse varios productos hasta encontrar el óptimo.

La piel normal, una piel sin alteraciones, con brillo moderado, aspecto firme, suave al tacto, elástica, de color uniforme, poros poco visibles y con un equilibrio entre humedad y grasa. Este tipo de piel no existe en el adulto, pero si en la mayoría de los niños, aunque algunas personas adultas poseen una o varias de estas características. Para su cuidado pueden usarse cremas limpiadoras normales y si se desea, se le puede adicionar un tónico libre de alcohol. Esta piel tolera el uso de jabones, aunque al igual que en otros tipos de piel lo ideal es usar sindets, sustitutos del jabón con las mismas propiedades limpiadoras. La protección solar puede hacerse con protectores solares en cualquiera de sus presentaciones, pero lucen mejor con presentaciones en emulsión o gel acuoso.

La piel seca tiene menos cantidad de grasa que la piel normal, por lo tanto es más vulnerable a los agentes externos. Sus secreciones se evaporan con más facilidad, es una piel con poco brillo, de aspecto ligeramente mate, pliegue fino y áspera al tacto. Es muy sensible en los climas y ambientes donde hay temperaturas bajas y poca humedad. Puede irritarse con limpiadores, por lo que deben usarse lo menos posible, idealmente estos productos deben contener agentes hidratantes y calmantes y un Ph ácido, cercano al de la piel. Los tónicos no son indispensables en su cuidado y si se elige uno debe contener extractos calmantes tipo manzanilla y caléndula. Es necesario el uso de cremas hidratantes, las cuales existen para todas las edades, y protectores solares con base cremosa o emulsión.

La piel grasa es de aspecto brillante, especialmente en el centro del rostro y áreas laterales de la nariz. Sus poros están dilatados, su pliegue es grueso y es propensa al acné. Este tipo de piel soporta las variaciones climáticas pero debe limpiarse al menos dos veces al día. Pueden adicionarse en su cuidado tónicos de base ligeramente alcohólica, tolera bien los jabones incluso algunos que contienen agentes antiacné o exfoliantes como peróxido de benzoilo o ácido salicílico. La protección solar debe hacerse con productos en presentación gel, loción o en algunos casos con protectores solares en polvo suelto si la actividad de la persona se desarrolla en ambientes cerrados.

La piel mixta tiene características de piel seca y grasa. Muchos dermatólogos piensan que no existe, pues lo normal es que haya más grasitud en las áreas faciales donde hay mayor cantidad de glándulas sebáceas como frente, mejilla y barbilla. Puede limpiarse suavemente dos veces al día con limpiadores tipo syndet. Esta piel tolera el uso de astringentes y su protección solar debe hacerse con emulsiones, geles acuosos y aún protectores solares en presentación de polvos sueltos o compactos.

Independiente del tipo de piel que se tenga, y si se trata de hombres o mujeres, lo correcto es hacer una limpieza de la piel en la mañana y antes de dormir. Cuando se usa maquillaje es indispensable removerlo en las noches. Hoy además de aceites, cremas o leches desmaquillantes, existen productos llamados aguas micelares que remueven completamente el maquillaje sin necesidad de otros productos. Las aguas micelares también eliminan los restos de grasa y contaminantes que se adhieren a la piel durante el día, de allí que también pueden usarse por hombres o mujeres que no se maquillan.


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