Vasos sanguíneos de la corrupción


Los vasos sanguíneos son los conductos por los que se transporta la sangre que bombean el corazón a los diferentes órganos. La corrupción tiene similitudes con el sistema sanguíneo, por la manera cómo se desenvuelve para oxigenar adecuadamente el corazón de la corruptela, su jefe inmediato o su superior jerárquico.

A manera se sátiras. Llega el abogado litigante a un juzgado. Por favor señor secretario necesito saber del expediente número tal de fulano de tal. No doctor, ese expediente está muy atrás, refundido, vengase la otra semana y se lo busco, “pero puede aparecer hoy mismo”. Llega el policía de tránsito, aquí esto es para comparendo, “pero se puede evitar”. Le falta el polarizado afirma el oficial de tránsito……, “te vas a dejar inmovilizar el vehículo”. Cosas y más cosas salen de la imaginación de los que deben impartir autoridad. Cada uno de esos vasos sanguíneos va alimentando la gran corrupción.

Continúa la sátira. La vuelta es esta. “No hay cupos en las cárceles, detención domiciliaria”. Roben, sigan robando, sigan atracando, justifica el autor intelectual. Picúas, picúas es algo normal para el que ostenta alguna autoridad. Son tan normales que los ciudadanos saben qué deben pagar coimas para que las cosas caminen. Y esto pasa inadvertido, la gente quiere solucionar rápido el asunto que paga sin chistar.

Otra sátira. El espacio, público, los cobradores de impuestos, y ahora los constructores de edificios habitacionales actúan fuera de la ley. “Sino lo haces tú lo hace otro”, dice el particular al funcionario público. Orden de corte, “tome este dulce mi vale, hoy pago”. Dice el auditor, alcalde aquí encontramos un problema fiscal…….., “no se preocupe nosotros se lo arreglamos”. El fiscal dilata, dilata, dilata, y deja vencer los términos. El entramado funciona como el sistema sanguíneo.

Y la última sátira. Dicen algunos jefes a sus subalternos, “toda la semana se rebuscaron ustedes”. “Hoy el sábado es mío,…..”. No se tranzan con nada, mano dura, el billete sale porque sale, el jefe no los exige. -Al estilo de la Oficina de Envigado- Ya se convierten en venas o arterias. Entonces, los vasos sanguíneos de la corrupción cumplen unas funciones microscópicas que son imperceptibles, pero que todo el mundo sabe y las siente. -Hoy las redes sociales son los jueces sin ley que tratan de hacer justicia- Los infartos repentinos son frecuentes por las denuncias ciudadanas de estos actos de corrupción.


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