Rufo Garrido (2): La Música con Sonido Cartagenero, y Sabor Carnavalero y Novembrino.
Colocado en  el sendero de la historia musical de Rufo Garrido por un designio de Dios, tal como expliqué en la primera entrega  del tema que referencio, no  tuve más opción que seguir las huellas de sus creaciones magistrales, que aún después de medio siglo, continúan alegrándonos el alma y haciéndonos valorar de mejor manera nuestro patrimonio humano y cultural.
Con el entusiasmo a flor de piel, hoy recuerdo aquel año 56 del siglo pasado cuando  en cualquier  mes, y de manera especial en noviembre y diciembre, sonaban las notas del Cebú que compuso Rufo desde 1947 y que  en aquella  fecha  ejecutaba Pedro Laza y Sus Pelayeros acompañado del saxo tenor de Rufo Garrido, la trompeta  de Edrulfo Polo, el piano de Lalo Orozco, a  la par de Manuel Villanueva y Nicolás de Ávila.
Son personajes de grata recordación para quienes disfrutamos de nuestra música tropical de antaño, que lleva en sus entrañas el murmullo de las olas del Mar Caribe y el susurro de los árboles de los Montes de María portando consigo la identidad  sonora de nuestra región, tal como afirman algunos musicólogos de nuestra tierra.
Decidido a  escribir sobre algunos hitos importantes de la historia musical de Rufo, seguí, en primer lugar la importante impronta de sus composiciones, marcada con Pedro Laza y Sus Pelayeros  a través de La Ñeca, El Teto, Sin Breque, El Zorro, Cara e Piedra, El Mochilero, El Cariseco (1957), las cuales  encarnan  con El Cebù, ocho de las mejores  interpretaciones del gran Maestro  Laza.
Son canciones,  que a  riesgo de ser repetitivo, reafirmo que se escuchaban por la radio y los picós de los años 50 y 60, amenizando las fiestas familiares, en cualquier mes del año  hasta cuando la evolución negativa de la cultura las redujo a ser música del Carnaval y de las fiestas   de noviembre.
Más aún así, esta última afirmación no es del todo cierta, pues estoy convencido que conmigo hay miles de caribeños y colombianos que disfrutamos de   las creaciones referenciadas  en  cada momento agradable de nuestras vidas,  que son muchos, gozos que se magnifican  al bailar con la mujer que adoras  y disfrutas en  el romántico ritual de cóncavo y convexo.
Después de valorar el talento   de compositor de Rufo, busqué en mis lejanos recuerdos las mejores interpretaciones del músico cartagenero, es decir su ejecución orquestal, para encontrarme con aquellas que a mi gusto, acorde con mis vivencias personales son sus mejores “notas”; escribo: sus mejores e inolvidables canciones, tales como:
“Que toque Rufo” en ritmo de parranda, es su mejor canción con la cual el músico costeño demuestra su maestría  con el saxo, acompañado de las voces líderes del Pibe Velasco y Crescencio  Camacho, dos vocalistas legendarios, hoy en el cielo de los artistas y de los hombres buenos.
La canción, es uno de los éxitos que consagró al Maestro en Mi kiosquito, acompañado de “Vuélvelo a Poné”, un mapalé, que hizo furor en las fiestas novembrinas durante más de dos años continuos, un instrumental que hace bailar hasta un árbol, canción que revive mis recuerdos familiares cuando muchos años atrás, mi mamá Rosa Isabel era una consumada bailadora  y una hermosa cantante de rancheras a la par de su tocaya la actriz mejicana Rosita Quintana.
 Hoy pienso, en mamadera de gallo, que la teoría del filósofo griego Platón sobre la transmigración de las almas  es válida, pues la Rosita Quintana de Turbaco nada tenía que envidiar  a la Rosita mejicana  en belleza femenina y mucho menos en canto;  pero… que vá  nada de transmigración ; todo se redujo a las oportunidades  que  les brindó la vida  a este par de flores: a la de allá, la gloria y la fama; a la de aquí cuatro hijos quienes continuamos adorándola en sus primeros 96 años.
El porro “La Vaca  Vieja”:
 Arriba Vaca Vieja que me voy,
 Ay¡ la vaca vieja,
 de la controvertida  autoría del Maestro Clímaco Sarmiento hace  años, no sólo es una de las mejores interpretaciones de Rufo y su orquesta, sino que también es una de las canciones más sonadas y con más versiones nacionales y extranjeras  de nuestra música tropical; desde niño, al igual que muchos de ustedes amigos lectores, le cogí el gusto a La Vaca , cuyo sabor pone a gozar a cualquiera, cuando la escucha mugir.
 A cerca de la autoría de La Vaca Vieja La controversia es grande al punto que  el versado musicólogo José Portacio afirma que:
 Hace 80 años fue grabada la primera versión del porro “La Vaca Vieja” del trompetista Joaquín Marrugo por la Orquesta A” No.1. Director Luis  Eduardo Bermúdez A, tal como lo presenta el disco Fuentes  No, 2001 A DE 78rpm… No se sabe a ciencia cierta en qué momento  comenzó a figurar en los discos el saxofonista-clarinetista Clímaco Sarmiento, como su autor.(EL Universal.com.Abril 8. 2014).
Respetando las diferentes opiniones, que no ponen en duda los méritos del gran Maestro, La Vaca Vieja, sigue alegrando miles de corazones después de 83 años, acompañada de La Vaca Nueva, del hijo del Maestro: Michi Sarmiento.
Más, volviendo con el Maestro Rufo, debo escribir  que La Palenquerita, a ritmo de parranda  con la voz líder del gran Tony Zúñiga, es otro de sus grandes éxitos  que disfruto desde  mu -chacho, por su son alegre y su letra ingenua, elementos que pusieron a bailar a millones de colombianos desde finales de los años 50 del siglo pasado, con estos fragmentadas letras:
Yo tenía una palenquera, muy curiosa y muy ligera,
Trabajando noche y día, no quiso que me moviera,
si así es como se quiere me dijo la palenquera…
Sin embargo, si de fiestas de noviembre (Hoy Fiestas de la independencia) se trata hay que mencionar “El Buscapié”, un fandango instrumental de Rufo que se convirtió en “himno nacional” para los amantes del peligroso explosivo y que mis manos morirán vírgenes pues jamás tocaron ni tocarán nunca  un aparato de estos; pero eso sí: mi cuerpo aún se rumbea esta pieza cada vez que la pongo a sonar cualquier día del año.
Pero andando de fiesta en fiesta, Rufo y sus muchachos  no podían olvidar las de diciembre y un día x, Crescencio Camacho, y no el Pibe Velasco como dice el CD, Historia Musical de…  grabó con la orquesta  en ritmo de parranda, un ritmo poco reconocido en el Caribe, y muy propio del artista cartagenero, “El 31 de Diciembre”,  del cual recuerdo de manera vaga unos fragmentos de su letra:
Cartagena está de fiesta el 31 de diciembre,
 venga pa’ que se divierta y contente para siempre,
un sabroso mapalé lo bailaré  allá en la plaza
 yo  lo bailaré contento con mi negrita Tomasa.
Tampoco olvidó Rufo Garrido y Su Orquesta, uno de los más deliciosos fenómenos ambientales del Caribe como es el de los vientos Alisios que soplan  de diciembre a marzo en nuestra región impactando nuestra forma cotidiana de vivir; inspirado en el ambiente cartagenero, el Maestro se inspiró  y con la voz de Tony Zúñiga grabó una de las canciones imperdibles  de  la época de Navidad: “Brisas de Diciembre”:
Diciembre llegó con su ventolera, mujeres
 y la brisa está, está que lleva el mundo de placeres.
Recuerdo ahora que era,  esa época de inspiración aquella cuando las mujeres usaban  polleras como vestido y la brisa impertinente e irrespetuosa soplaba con tanta fuerza que levantaba el vestido  hasta arriba de la cintura, despertando el pudor de la víctima del fenómeno  y el silbido de admiración de los indiscretos al ver la ropa interior que cubría un lindo cuerpo y que echaba a volar la imaginación sana o insana del afortunado observador.
Después cuando la moda femenina trajo el “vestido medio paso”  la ventolera quedó neutralizada en aquellas que usaban el ajustado vestido y peor aún le va  en nuestro días con la minifalda pues esta no necesita  de la brisa para mostrar unas hermosas piernas y más.
Un proceso  semejante vivió la camisola,  la batahola y el corpiño que cedieron su ancestral uso al brassier europeo en sus múltiples modalidades, desde la copa mágica que  eleva al máximo los más delicados encantos femeninos, hasta aquellas formas que sólo cubren el pezón como muestra del pudor en los senos   de millones de féminas en el mundo.
No obstante lo anterior, Moisés Angulo Volvió a revivir  en un afortunado disco compacto la ventolera de diciembre, más los Alisios afectados por el actual cambio climático quedaron  neutralizados y lo estarán hasta cuando , de nuevo las faldas  anchas y las polleras de nuevo se pongan de moda. 
Continuando con la fidelidad que guardo a mi amigo el compositor  Dionisio Páez no puedo olvidar jamás por sus propios y deliciosos méritos musicales y no tanto por su letra, a canciones como Ten con Ten  y No Vales Nada; esta última con tres versiones  por mi conocidas:
La tropical de Rufo Garrido, la vallenata de Los Betos  Villa y Zabaleta y la de la salsa de Johnny Pacheco y Pupy Legarreta, cuál de las tres para escoger por gusto, pero con el mejor de los gustos, las tres  a su vez.
Ya en el comienzo del final no podía faltar Compadrito  la composición  en ritmo de porro del Curro Fuentes vocalizada por el Gran Crescencio Camacho, también en el cielo de los artistas  y de los hombres buenos desde el 13 de diciembre del 2014.
Compadrito que causó y causa furor todavía en los Carnavales Barranquilla y nuestras Fiestas de Independencia es una canción con derroche de música alegre para gozar con un destello de despecho y de reproche para el Compadrito que ya no jala nada ni con una grúa.
Tampoco podía faltar el más grande trabalenguista del Caribe con Mon Rivera: Eliseo Herrera quien pasado de calidad se jala los paseaitos: Entre Chanza y Chanza y el Topotoropo,  un trabalenguas sabroso para bailar y vacilarla, y recordar  así  a aquella planta silvestre con frutas muy parecidas a la uchuva, pero con el defecto de enfermar los ojos a quien después de  jugar con ellas se frotaba los valiosos órganos visuales.
Ya en el final final, sólo queda, a mi gusto otra de las creaciones inmortales de Rufo cantada por el Pibe Velasco y el Maestro Crescencio a quienes al igual que a nosotros  Falta La Plata, pero la pinta la tenemos.
Genial, toda la vida me ha parecido ese duelo musical entre el Pibe y Crescencio; de manera básica por la calidad musical de la pieza y también  porque fue un duelo que presencié en vivo y en directo, cuando era un muchacho hace muchísimos años atrás:
Cuando voy por el mercado que muchachas tan preciosas
 que compiten con las rosas
Con frescuras y fragancias…
Tu vistes con elegancia  pero nada puedes  hacer,
a ti te falta  la plata para poderlas tener…
Yo soy Crescencio Camacho un hombre muy popular,
Como sufren  las mujeres cuando me oyen cantar.
 Yo soy el Pibe Velasco el del corazón de oro,
 hago sufrir las mujeres con mi canto  pero no lloro…
Espectacular es también el video que grabó Joe Arroyo con mi amigo el Guachi Meléndez, el cual permitió el rescate de una de las canciones más sabrosas de nuestra música tropical y caribeña, mostrando la alta calidad de toda la orquesta y de quienes hicieron la grabación. Este próximo  3 de noviembre, cuando Rufo cumple 37 años de estar en el cielo de los hombres  buenos lo imagino parrandeando con mi papá Rafael,  tomando ron anisado  de la Licorera de Bolívar, y cantando con Tony Zúñiga:
Camina vaca  vieja  que me voy,
Ay camina que camina que allá alante hay agua pa’ bebé
 Camina vaca vieja que yo tengo un whisky para ti…
Con los afectos de siempre: Ubaldo Elles Quintana.
Uellesq@hotmail.com
