¿QUÉ PASÓ, MAESTROS?


Todos sabemos que los gobernantes, la mayoría de veces, se apropian de los dineros para su provecho; dineros que deberían utilizarse en beneficios de la sociedad. Muy poca es la inversión en la solución de los problemas que agobian a la sociedad. Ejemplos tenemos a tutiplén. Pues, una atmósfera de corrupción cubre nuestro cielo y una camada de ladrones solapados dilapida el erario como hienas carroñeras y no sucede absolutamente nada. Los órganos de control, de investigación y de justicia se hacen los de la vista gorda. No hay investigación y, si la hay, los ladrones de abolengo y de corbata pagan casa por cárcel y no pasa nada.
Se crean talanqueras jurídicas para proteger y justificar el derroche y el sinsentido de gobernantes corruptos que sólo tienen intereses individuales, pero no colectivos. Entonces, vienen más impuestos, reformas para “sanear las arcas del Estado”; el sonsonete que siempre se escucha desde el Ministerio encargado de las finanzas de la Nación. Llegan los recortes presupuestales a la salud, a la educación, a la inversión social, saneamiento básico y todo lo relacionado con ello es reducido y nuevamente se vuelve a lo mismo: ajustes fiscales y apretones del cinturón. Se habla de austeridad como única solución; en fin, los trabajadores, los menos favorecidos, los ninguneados, los de a pie deben pagar los derroches y la repartición de la mermelada de la clase dirigente. Y el pueblo, por estar viendo realitys, telenovelas y fútbol a la lata, sigue creyéndole el cuento a los canales nacionales de que la guerrilla, los paramilitares, el narcotráfico y los grupos al margen de la ley son los verdaderos culpables de que este país esté en la inopia total. No hay criticidad y la mayoría se deja arrastrar por las opiniones de los versados analistas de los medios; pareciera que nuestro sentido crítico se adormeciera y sólo hubiera una forma de ver el mundo y nuestra realidad.
Pero, analicemos lo siguiente y quitémonos un poco la venda que cubre nuestros ojos. Esta información salió en el periódico Tribuna Magisterial de septiembre 2017. Allí se presentan las siguientes perlitas que nos muestran una realidad contundente y aplastante. “Según la Secretaría de Educación Distrital y la Fuente Predis, el presupuesto de la Educación en Cartagena se redujo de $415 mil 801 millones de peso a $376 mil 081 millones de pesos entre 2016-2017, siendo los recursos provenientes del S.G.P de Educación los que más se reducen al pasar de $360 mil 602 millones de pesos a 313 mil 137 millones de pesos, esto es un recorte de 47 mil 482 millones de pesos entre 2016-2017,…”. Es decir, el hueco fiscal se va a tapar con la reducción que se aplicará a la educación oficial de los cartageneros, en este caso particular en los años venideros. Qué exabrupto más grande se puede cometer contra los intereses de Cartagena, no la fantástica, sino la expoliada.
No obstante, lo anterior, que tiene mucho de veracidad y con el respeto de los colegas del magisterio, es de extrañarnos aún más cuando observamos que muchas veces algunos maestros distritales no aprovechan las pocas oportunidades que nos brinda la S.E.D a través de cualificaciones, sean seminarios, congresos o eventos académicos. La participación es poca o nula en el peor de los casos. Y esta afirmación se hace con conocimiento de causa. Muchas veces nos echamos la soga al cuello y no somos capaces de controvertir ni sustentar con evidencias contundentes las críticas que nos hacen desde todos los frentes enemigos de la educación oficial.
En esta oportunidad hago referencia a la escasa participación a un evento de alcance nacional e internacional como lo fue el IV SEMINARIO NACIONAL Y II INTERNACIONAL PARA EL MEJORAMIENTO DE LA LECTURA Y LA ESCRITURA, CÁTEDRA UNESCO MECEAL que se llevó a cabo los días 19 y 20 de octubre en esta ciudad, promovido por la Fundación, Universitaria Tecnológico Comfenalco. Con todas las contingencias que se pudieron presentar a última hora con la no llegada del conferencista e invitado internacional.
Creo que la S.E.D hizo una inversión, no sé con qué criterio o interés, pero lo hizo. Quizás con la intención de justificar egresos de la actual vigencia o para, verdaderamente, contribuir a la cualificación de los maestros y aprovechar las experiencias y propuestas de los maestros nacionales e internacionales que investigan sobre lectura y escritura.
En este evento se inscribieron por S.E.D aproximadamente 142 docentes del Distrito, muchos de los cuales pertenecen al P.T.A. Programa que desarrolla acompañamiento a muchas instituciones en lectura y escritura Allí vi sólo a los comprometidos con esto de la lectura y la escritura. Los otros quizás no recibieron la información o nunca pensaron en llegar al evento, porque no les llamaba la atención. Eran muy pocos los maestros oficiales con la voracidad de aprovechar estos espacios. Si mal no estoy unos 70 ó 60 profesores fueron los que aprovecharon el encuentro académico; los otros, el resto que, tal vez dijo que asistiría, se escabulleron, brillaron por su ausencia.
Entonces, después de leer y analizar lo que dice Tribuna Magisterial y lo que se le viene a la educación distrital, creo que es hora de revisarnos y comenzar a tener argumentos para contrarrestar, luchar y comprometernos con nuestras tareas magisteriales. No es desgañitarnos y criticar tras bambalinas, sino ser inteligentes y demostrar que la mejor manera de atacar al enemigo es prepararnos y sacar provecho de lo que beneficie a todos y cada uno de los maestros y estudiantes de nuestras comunidades. La preparación intelectual, la creación de comunidad académica, la integración con quienes trabajan en educación para compartir experiencias y aprender de ellas, es una tarea ineludible e inaplazable, puesto que los administradores de la educación distrital, si seguimos apáticos a la preparación intelectual, tendrán argumentos para negarnos estas oportunidades y desdecir de nuestra loable labor. Como se dice en el argot popular, no podemos dar papaya ante situaciones como éstas. ¿Dónde estaban el resto de maestros invitados? ¿Por qué no se aprovechan las oportunidades de compartir y conocer otras percepciones intelectuales que pueden contribuir a mejorar los procesos académicos de nuestras escuelas y de consolidarnos como un grupo de intelectuales preparados desde nuestros saberes específicos? Si en este momento nos pusiéramos a analizar que esa inversión se hizo y no se le sacó el máximo provecho, seguramente demostramos nuestra indolencia ante un egreso que nos cuesta a nosotros mismos como contribuyentes, independientemente de la intencionalidad de los administradores de la cartera educativa. Según mi parecer, por mucho que estemos en contra de las políticas y criterios con que se maneja la educación distrital, esta oportunidad no debió perderse, porque nos perjudica como gremio y contradice el papel que deberíamos desempeñar en nuestra cualificación profesional. No podemos seguir dando papaya; si vamos a exigir que los dineros no se dilapiden en superficialidades y negocios oscuros, tengamos el valor de sacar tajada de lo que nos brindan para ir mejorando y demostrando que merecemos más.
*Edinson Pedroza Doria, profesor de Castellano y Literatura del Distrito de Cartagena de Indias en la Institución Educativa Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y de Comunicación oral y escrita de la Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco. Maestrante de Neuropedagogìa de la Universidad del Atlántico.


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