Hay dos opciones políticas para la presidencia de Colombia, Iván Duque y Gustavo Petro. Los electores fuimos encasillados en solo estos dos candidatos para la primera y segunda vuelta. Y con adjetivos bien marcados. “Candidato de derecha y candidato de izquierda”. Esa es la realidad política de hoy, donde tendremos que decidir quién gobernará en los próximos cuatro años.
Ya se ha dicho, Petro se convirtió en un fenómeno político. Y Duque llevado por, “el que diga Uribe”, también es otro fenómeno. El plato está servido, pero el nerviosismo cunde en todos los estratos sociales. Unos comentan que si gana Petro, Colombia será otra Venezuela y otros piensan que si gana Duque, volveremos a la guerra, falsos positivos, persecuciones e interceptaciones, desapariciones, asesinatos selectivos y lo peor, trizas los acuerdo de paz. Todas son grandes mentiras de campaña. Ni Petro ni Duque serán capaces de ir en contra de lo ya establecido. El imaginario colectivo lo han construido con la guerra y la paz.
Como también nos han encasillado los Centros de Pensamiento Político en el mundo, que los líderes son de derecha, de centro o de izquierda. Palabras acuñadas que benefician a algunos y perjudican a otros. Son términos que polarizan la política, dividen opinión, mientras el modelo económico sigue su crecimiento dominante. El gran capital se aprovecha de todo. La corrupción de lo privado hacia lo público y viceversa tienen cooptados los gobiernos y sus instituciones sin importar la ideología.
En realidad, se deben aceptar son los nuevos liderazgos que emergen con el apoyo de muchos ciudadanos que están cansados de siempre ver los mismos con las mismas. El desgaste es reconocido por los partidos tradicionales, ante lo cual se inventan estrategias mentirosas y calumniosas para mantenerse en el poder, cueste lo que cueste. Colombia es una democracia tergiversada. Los resultados de las elecciones siempre dejan su manto de dudas, y esta no va ser la excepción.
No voy a votar en blanco como dijeron, Robledo, Fajardo y De la Calle, y seguramente el presidente Santos podría terminar haciendo lo mismo. Y muchas personas votarán por Petro y aparentan votar por Duque y al revés también. Mi voto va ser por Gustavo Petro. Jamás he estrechado su mano, no nos conocemos, pero es costeño, para más señas de Ciénega de Oro, Córdoba. Y solo nos une esta condición, ser de la costa. -Si gana Petro se podría escribir una nueva historia política en Colombia. El momento es este 17 de junio y nadie podrá encasillar a los electores si somos de izquierda o de derecha, si somos paramilitares o guerrilleros. – Nada que ver- Somos ciudadanos.