Por LENA REZA GARCÍA*
Beatriz Vanegas Athías es una muy leída y reconocida escritora del Caribe colombiano nacida en Majagual, Sucre. Sé de sus orígenes en la poesía porque la he visto crecer en el Encuentro Internacional de Mujeres Poetas de Cereté al que asiste casi de manera constante desde el año dos mil uno. Su nombre se convierte poco a poco y debido a su persistencia, en un referente literario ya sea que escriba cuentos, crónicas, columnas de opinión o poesía.
En 2018 ofreció a los lectores tres poemarios que trabajaba desde hace más de diez años. Se trata de Llorar en el cine, Goles, chilenas y gambetas y ABColombia, que vieron la luz en Ediciones Corazón de Mango, editorial independiente que nació y crece con la intención de publicar trabajos literarios de mujeres que asisten al Encuentro de Cereté, pero también apuesta a voces en ciernes de la literatura colombiana y latinoamericana. La colección Dos poetas en una, por ejemplo, ha publicado seis títulos que en verdad recogen la poesía de doce poetas de latino e Hispanoamérica conformando así una bella y rigurosa biblioteca de voces poéticas femeninas.
En esta nota quiero referirme a los poemarios infantiles ABColombia y Goles, chilenas y gambetas.
Un viaje poético por Colombia
ABColombia es un libro de poemas que además es un bello objeto estético estructurado con igual número de poemas que las letras del alfabeto del idioma español. Está bellamente ilustrado a todo color por la artista bogotana radicada en Buenos Aires, Adriana Matallana. La poeta Vanegas Athías recorre el país geográfico, religioso, gastronómico, literario, artístico, arquitectónico con poemas rítmicos por la precisión de la rima consonante de estrofas pareadas, de tres versos y cuartetos que rescatan la comunión entre la forma y el contenido porque cada poema dice y tiene un cómo estético agudo para decir a niños y adultos de qué van muchos sitios, sabores e historias de Colombia: I de Isla de San Andrés : (…) Perla caribeña del mar azogado/ lejos de Colombia siempre has volado. /Tus límpidas aguas besan al turista/ colgado en la cresta de una ola amatista/”.
En este libro que se acompaña además de una glosa didáctica para cada poema, el lector pasará del cálido y rítmico acordeón a la ensoñación y temor de que la Sierra Nevada de Santa Marta (con una sutil manera de poetizar el miedo) se derrita; disfrutará del ñame o del mute santandereano; irá del desierto a la montaña, del río al llano, hasta conocer sus pueblos y objetos singulares. ABColombia es una fiesta poética que reivindica la metáfora de que leer es viajar a los más remotos lugares: T de Totumo/ En el patio de la casa/ hay un árbol de mi raza, /al que le nacen frutos/ que parecen calabazas. / Con el totumo mi abuelo/ me hizo un bello sonajero/ una totuma preciosa/ y un par de maraqueros. / Y después para mamá/ el abuelo totumero, / hizo totumas pal manjar/ y también para el suero/.
Goles, chilenas y gambetas
Para quienes han seguido la creación literaria de Beatriz Vanegas Athías quien nos tiene acostumbrados a la dureza lírica de sus versos y prosa, encontrarnos que este poemario dedicado al fútbol ha sido una prueba de ese constante reinventarse que caracteriza a la escritora sucreña. Bellos poemas narrativos que son un juego de metáforas, imágenes y analogías para nombrar al árbitro: Ave de mal agüero/ pájaro carpintero, / hoy te odio/ mañana te quiero/”. Para simbolizar el objeto idealizado en los ámbitos del fútbol: La camiseta. Dulce piel en que me meto/ para no quedarme quieto. / Dulce piel que me sostiene/ cuando el gol de frente viene/”.
El poemario es ilustrado por los jóvenes artistas Nicolás Parra y Laura Leal Gamboa y está dedicado a su hijo Pedro Pablo a quien la autora escribe un poema que encarna a todos los Pedrospablos que fueron, son y sueñan marcar un gol: Pedro Pablo pata dura/ Pedro Pablo pura risa/ con un pase de campana/ desatabas la locura/”. El fútbol con sus derrotas, triunfos, con su cancha-templo, con sus filigranas, goles y faltas son poetizados por Beatriz con un lenguaje juguetón que es coherente con la naturaleza de esta práctica deportiva.
Dos bellos poemarios infantiles escritos por la poeta Vanegas Athías que llegan al desértico panorama de la poesía infantil colombiana. Libros para que goce el niño que siempre somos y también los que tenemos a nuestro lado. Cierro esta reseña con una cita que recoge las palabras de Santiago José ángel Sepúlveda un niño de diez años que escribe el Prólogo: “Este poemario de mi amiga Beatriz me hizo sentir orgulloso de mis raspones, de mis goles, de mis amigos y hasta de lágrimas cuando me caigo o cuando no puedo hacer el gol o cuando mi equipo pierde”.
*Directora Encuentro Internacional de Mujeres Poetas de Cereté.