A la memoria del muerto


El Joe y Mary
Foto tomada de El Heraldo https://www.elheraldo.co/entretenimiento/en-imagenes-el-joe-arroyo-un-hombre-musical-una-leyenda-274309

Barranquilla, una tarde de brisa de 2011.

Mary, aunque sabes que la noche me inspira anoche no fue mi noche. Caí profundo, ¿sabes? No tengo ni idea porqué pero empecé a soñar y aparecí en Sudáfrica. ¡Carajo! Tantas veces que Dios me ha parao, y tú lo sabes, ¿qué tanto es que ahora no me mande a viajar?
Caminé por las calles de Soweto y la gente me reconocía... ¡Qué vaina bacana! Yo veía a la gente que me saludaba y a mi no se me dio otra por tararear "Las Cajas". ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! Los pelaítos me hacían la clave y yo "a que tú me tira a mi las cajas y yo te tiro los cajones...". Tú no sabes qué felicidad tenía, Mary. En una de esas me llama un policía diciéndome que Nelson Mandela me quería ver. ¡Erda, tronco de honor!

Y yo entré al palacio donde él vivía, todo nervioso hasta que lo vi entrar. Lo vi todo chiquitico pero el hombre es una vara. Me sonreía y me abrazaba y yo era feliz. Me pidió pasar a su oficina para conversar...
Cuando nos sentamos me preguntó "Joe, ¿Cómo se hace para ser feliz si a quién tú amas no está contigo?". Yo le pregunté: "¿Cómo así, presidente?" y me contó su historia.

"Winnie fue el amor de mi vida, Joe. Luchó conmigo mientras estuve preso. Fue la que peleó por mi y batalló en la calle contra nuestros opresores. Winnie fue mi voz. Cuando salí de la cárcel y pude presentarme a la Presidencia, me sentí fuerte porque ella estaba a mi lado. Pero no me di cuenta que entre más me interesaba por la gente, entre más me veían y me sentía líder para ellos más se acentuaba la distancia entre los dos. Fui luz para mi pueblo y oscuridad para mi casa. La vi tan diferente después de mi libertad y tan grande fue nuestra discordia que si el universo entero intentara convencerme de que me reconciliara con ella, no lo haría... Y nos separamos".

Me sentí triste, Mary, porque pensé en ti. El presidente me decía "aunque se que volveré a ser feliz, el sentimiento de haber podido hacer más me persigue... Tal vez mi historia y la de este país habría sido diferente si..." Lo interrumpí. "Usted hizo lo que Dios tenía destinado para usted, presidente.", y timidamente sonrió y yo, triste, desperté de mi sueño.

Pensé en los tiempos que vivimos juntos en Cartagena, Mary. En lo mucho que me apoyaste cuando yo no tenía nada más que mi voz y un tanque. Ya no me acuerdo porqué nos separamos pero hoy que no estás conmigo, no tengo más que darle gracias a Papa Dios por tu vida, por hacerte mi musa. Porque aunque hoy sea yo el que se siente preso. Aunque mi mujer me mire feo cuando empiezo a zumbar la canción que hice pa' ti, se que la hice con mi corazón... porque tu risa rompió el cristal de mi soledad.

Me despido de ti con esta brisa loca que cada vez que sopla me canta tu nombre, mi Mary.

 

SORBO FINAL: Este es un relato ficticio y, aunque pueda estar lleno de imprecisiones, fue mi visión del amor que por siempre llevó el Joe -a quien cariñosamente llamo mi tío- a su querida Mary. Confío plenamente no haber irrespetado la memoria del mejor cantante de música afroantillana que haya parido este pedacito de tierra. Sin embargo, pido perdón si ha sido así.


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