Por: Alejandro Salgado Baldovino // Coordinador del Club de lectura de Ábaco
Hace ya casi 10 años, el 20 de enero de 2010, se inauguraba en una sala de la Universidad Tecnológica de Bolívar en la sede de Manga, el Club de Lectura de la UTB, como inicialmente se le llamó, bajo la dirección de Ignacio Vélez Pareja y Haroldo Calvo Stevenson. En un ambiente muy académico, pero con muchas expectativas flotando en el aire y ante una concurrida asistencia, se realizó la primera sesión, dedicada a El Extranjero de Albert Camus. La presentación estuvo a cargo del reconocido escritor Oscar Collazos (q.e.p.d.), uno de los amigos del Club de Lectura. Esa primera sesión, contó con la presencia de directivos de la universidad, intelectuales de renombre de la ciudad y algunos estudiantes que asistieron por curiosidad y con la ilusión de contar con un espacio dedicado a la lectura. Uno de esos estudiantes era yo. Confieso que, como la mayoría de estudiantes, era normal estar nervioso, incluso me sentía cohibido para manifestar alguna opinión por temor a quedar en ridículo al asistir por primera vez a una tertulia que estaba integrada por tantas personas letradas. Varios amigos y estudiantes, cuando asisten por primera vez, me han manifestado que se sienten así y que por este motivo, algunos no se atreven a seguir asistiendo a las sesiones.
Ese mismo día se propuso la primera programación del Club de Lectura, estructurada bajo la modalidad de ciclos. El primer ciclo fue conformado por otras dos obras de Albert Camus, “La Peste” y “El Mito de Sísifo”. Durante ese ciclo que fue muy productivo, abordamos de manera profunda la obra del gran escritor y fuimos estableciendo una estructura en la forma de desarrollar las sesiones. El resultado fue que acordamos llevar a cabo una lectura semanal, que luego discutíamos en las tertulias de nuestros encuentros presenciales. En los días intermedios a estas, fuimos conformando un grupo virtual, a través de correos electrónicos, por donde seguíamos conectados compartiendo nuestras impresiones sobre la lectura. Ese sistema logró poco a poco que las sesiones del Club de Lectura se convirtieran en un ritual para cada uno de los miembros que, como era previsible, luego de la primera sesión, se fue reduciendo en número, hasta quedar con un grupo base quienes, más de 10 años después, aún seguimos esperando las reuniones semana tras semana con mucho entusiasmo. Algunos se han retirado por distintas razones, pero otros nuevos han llegado cada año. Contamos inclusive con un grupo virtual, quienes nos siguen desde la distancia, porque no viven en la ciudad o en el país -Medellín, Valledupar, Bogotá, Palma de Mallorca, Alemania y Suiza, Australia…- son algunos lugares desde donde nos siguen.
Ese 20 de enero de 2010, día de la primera sesión del Club de Lectura, fue un miércoles, y a partir de ese día, los miércoles se transformaron en los miércoles sagrados del Club de Lectura. Un espacio donde se siguen reuniendo personas de distintas edades, profesiones, ideología política, sexo, etc. reunidos por una simple y poderosa excusa… el amor a la literatura.
A pesar de que siempre he sido una persona reservada, me atreví a hacer algunos aportes desde la primera sesión presencial, pero mayoritariamente lo hacía por correo electrónico, ya que escribir se me facilita más que la expresión verbal. Fue así como empecé a hacer las crónicas post-reuniones, y me fui convirtiendo poco a poco en el “amanuense del Club de Lectura”, como llegaron a llamarme, hasta que hoy soy el Coordinador del Club.
Durante todos estos años he presenciado el crecimiento del grupo. Cada uno de los miembros nos hemos ido convirtiendo en una familia emparentada por la literatura y las artes; ya no somos sólo un grupo de personas reunidas con la excusa de un tema afín, sino que hoy somos un grupo de amigos que se reúnen semanalmente con ilusión en deliciosas tertulias literarias.
Poco a poco el Club de Lectura fue adquiriendo reconocimiento y ha sido invitado a realizar sesiones en distintos sitios, desde la Casa Rafael Núñez en el Cabrero, Proexport (hoy Procolombia) en el Centro de Convenciones, en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, hasta que finalmente llegó a la Librería Ábaco, en su sede del Centro Histórico en la Calle de la Iglesia. Su dueña, María Elsa Gutiérrez, quien ha sido miembro del Club desde sus inicios, pero a quien se le dificultaba la asistencia por su trabajo en la librería, nos acogió con cariño y generosidad, y fue así como poco a poco nos fuimos tomando Ábaco. Es un lugar mágico, cálido y especial, que al fusionarse con la energía y vitalidad de los miembros del Club de Lectura, instauró una simbiosis especial que le fue imprimiendo un nuevo rumbo al club, hasta que unos años después, el club trasladó sus sesiones semanales de manera permanente a Ábaco Libros y Café.
Hoy, las sesiones de los miércoles son realizadas en este lugar que es un pequeño paraíso para cualquier lector. Un cálido sitio, lleno de libros, con música de jazz de fondo que además ofrece el mejor café de la ciudad.
Durante todos estos años hemos tenido algunas sesiones y lecturas memorables que nos han consumido más de una sesión. Recuerdo cuando leímos Muerte en Venecia de Thomas Mann; esa nouvelle nos embarcó en una aventura que se prolongó 5 sesiones, en las cuales, además del análisis literario, vimos juntos la famosa película, basada en el libro y dirigida por Luchino Visconti. Esta última nutrió los temas a discutir, y finalmente buscar la relación entre los personajes del libro y la vida real de los actores de la película, y cómo se veían en el presente.
Inolvidable también aquella sesión de poesía, dedicada al poeta español Pedro Salinas, donde en medio de la lectura de poemas, se acercó con curiosidad una pareja a nuestra tertulia. La mujer nos solicitó leer uno de los poemas; el elegido hablaba de los amantes clandestinos. Cuál no sería nuestra sorpresa cuando de repente se le llenaron los ojos de lágrimas y se puso a llorar. Nos imaginábamos que era producto de la emoción del poema, y sí, pero además nos confesaron que ella y su compañero eran amantes, habían sido profesor y alumna en una época y estaban escapados en Cartagena por unos días. Una situación exactamente igual a la que había inspirado la mayoría de los poemas de Salinas. Quedamos conmovidos y fascinados por esa coincidencia. Es una de las ventajas de estar en Ábaco, se pueden unir contertulios inesperados que nos regalan esos momentos humanos de gran sensibilidad.
Además de la literatura y el cine, también hemos dedicado sesiones a presentaciones de obras de arte o pintores famosos, obras de teatro, presentaciones de ópera, de bolero, de tango (una con clase de baile incluida), y más recientemente tuvimos una presentación sobre música electrónica. Hasta de gastronomía hemos conversado.
Unas de las sesiones más emblemáticas, además de la de Muerte en Venecia y Salinas, fueron las que hicimos sobre Sor Juana Inés de la Cruz, recordando su vida y obra, complementada con la excelente película de María Luisa Bemberg sobre su vida; la de Charles Baudelaire, recitando a coro y con energía las Letanías de Satán en la sala cuando la sede estaba en la UTB; y así, ha habido varias memorables como la que hicimos sobre Rayuela de Cortázar, La casa de las bellas durmientes de Kawabata, la de Pessoa, Whitman, y un especial que tuvimos dedicado a escritos eróticos, lujuriosos y pornográficos, con selección de autores conocidos, incluyendo la producción de algunos miembros.
Memorables también fueron los múltiples lanzamientos de “Plátano en tentación”, el libro de cuentos de nuestro muy querido miembro fundador Francisco, Sícalo, Pinaud (q.e.p.d.). Una de las sesiones de esos lanzamientos incluyó la degustación de un suculento plato de plátano en tentación que cocinó otro de nuestros miembros, Rafael Martínez para la ocasión.
Ha habido otros lanzamientos de libros de algunos miembros del Club de Lectura; y en los últimos años, los inolvidables ciclos de las Damas del Sur de la Literatura de USA; el de escritoras mujeres de África, Medio oriente y Asia; el de las mujeres latinoamericanas; entre tantos otros.
Hemos contado con la suerte de tener invitados especiales, a los que dedicamos la sesión para tener una conversación íntima con ellos, como fue el caso de Gerald Martin (biógrafo de Gabo), Oscar Collazos, Roberto Burgos Cantor, Chantal Mouffe, Daniel Samper Pizano entre otros que han llegado a la librería, han mostrado interés por nuestra tertulias, se quedan a escuchar, muchas veces se unen y algunos se convierten en miembros asiduos.
Es un grupo que sigue creciendo y que desde sus inicios hemos descrito como:
“Un grupo muy bien organizado… anárquicamente. Mejor dicho, es algo así como un caos perfectamente ordenado. Invitamos a toda la comunidad académica y a amigos a disfrutar de la lectura y las tertulias. Los enlaces a libros que aparecen aquí no tienen propósito comercial.”
Ese texto aparece en la cabecera del blog del Club, donde pueden encontrar casi todas las lecturas que hemos compartido durante todos estos años:
http://elgrupodeabaco.blogspot.com/
La invitación continúa abierta a todos los que quieran unirse y formar parte de este grupo. ¡Bienvenidos todos los miércoles a las reuniones del Club de Lectura de Ábaco Libros y Café!