«Se murió Popeye», escuché en la mañana del 6 de febrero y pensé: «Mucho tipo para suertudo. Mató y ordenó matar a tanta gente y no murió en su ley». Luego me asaltó otro pensamiento cubierto de cierta preocupación y decepción anticipada: «Ahora no es na’ que salgan los que se las tiran de ciudadanos de bien a lamentar y endiosar a este vil sicario»… Colombia es increíble, no tuvieron que pasar tantas horas para que nada más y nada menos que el mismísimo Comandante Mayor General del Ejército de la República de Colombia Eduardo Zapateiro le enviara -no en nombre propio, sino en nombre del aparente honorable Ejército de la República- condolencias a la familia de John Jairo Velásquez “Popeye”.
Pero, ¿quién fue este pintoresco personaje como para que un general se conduela por su muerte como si se tratara de un viejo amigo? El ilustre Dr. John Jairo Velásquez Vásquez, oriundo de Yarumal, Antioquia, fue Comandante Mayor General del Ejército de la República Traqueta de Pablo Escobar, hombre temerario e infalible, respetado y temido entre sus hombres, admirado y elogiado por los militares de la República Aliada de Colombia...
No sé para qué sirve estar diciendo, por ejemplo, las cifras de líderes sociales asesinados si al fin y al cabo a la gente no le importa que maten a unos cuantos líderes (seguro se lo buscaron -dirán algunos-); todos los días asesinan a algún líder o lideresa social pero nuestro querido y muy respetado Comandante Mayor general Eduardo Zapateiro considera que es más importante mostrar empatía y algún tipo de estima por su “homólogo” Popeye.
Mientras que a Pablo Escobar lo acorralaron como rata y asesinaron en el techo de una edificación, al excelso John Jairo Velásquez lo encarcelaron, cuidaron y educaron para luego otorgarle una libertad condicional, aunque más adelante lo volvieron a aprehender hasta el día de su muerte en la camilla de un hospital, con médicos, enfermeras y buenas atenciones. Publicó libros, hizo videos, marchó en las calles contra el Gobierno apoyando al partido Centro Democrático y disfrutó en la medida de lo posible la vida que por suerte no le arrebataron.
Sin embargo, como dice mi abuela: «el que se porta mal, paga una parte aquí y el resto en la eternidad». No sé si en la eternidad de la muerte, después de la putrefacción del cuerpo, la gente siga sufriendo o gozando, pero lo que sí sé es que Popeye no estaba muy feliz de tener cáncer, el cual luego de unas metástasis le provocó lo que muchos colombianos hubieran querido hacer con sus propias manos.
Se dice que asesinó a 250 personas y más de 3 mil colombianos cayeron bajo sus operativos… ¿y aún así las condolencias se las lleva su familia y no las de sus víctimas? ¿Pobrecito Popeye? Esperen, ¿cómo fue que dijo nuestro General Zapateiro? Vamos a transcribirlo, porque el lenguaje es muy claro y este señor afirmó que el Ejército Colombiano lamenta mucho la muerte de este paisa tan querido: "Hoy, como comandante del Ejército, presento a la familia de Popeye nuestras sentidas condolencias. Hoy ha muerto un colombiano, haya pasado en su vida lo que haya pasado. Estuve también comprometido en la lucha contra el narcotráfico en ese año 1993, decirle que lamentamos mucho la partida de Popeye, somos seres humanos, somos colombianos" (Semana, 2/6/2020, 11:51:00am).
Tan lindo nuestro General: «Hoy ha muerto un colombiano, haya pasado en su vida lo que haya pasado». Es decir, según nuestro General, Popeye no mató a nadie, esas muertes fueron acontecimientos en su vida que a la final no importan, porque sea lo que sea “que haya pasado”, es un colombiano y “lamentamos mucho” su partida… ¿Qué? Lo siento, se me había olvidado que Popeye también era un ser humano y nosotros los colombianos somos las personas más empáticas -entre toda Latinoamérica- con las muertes de nuestros compatriotas… “¿Y los líderes sociales?” (pregunta una voz)… “Deje de estar jodiendo con ese tema” (responde otra voz)… “¡Murió Popeye!” (dice una voz)… “Lamentamos mucho la partida de Popeye”… dice el General Zapateiro en nombre del Ejército.
De esta manera, el General de nuestro Ejército, despide a John Jairo Velásquez Vásquez como todo un héroe de la patria, mientras que nosotros los que luchamos cada día por los derechos humanos, por la educación, la salud, la cultura y los valores de una sociedad en paz, nosotros no merecemos la atención ni del Gobierno, ni del Ejército (perdón, si nos prestan atención, pero para matarnos). Nosotros, los colombianos, no somos nada en comparación a Popeye, porque más de 3 mil de los nuestros fueron asesinados por ese sicario antioqueño y para el General del Ejército de Colombia, todas esas vidas arrebatadas no fueron más que cosas que pasaron en la vida de nuestro querido y siempre amado Popeye.
Gracias Colombia, te amo.
[Imágenes tomadas de Google, fuente Revista Semana]