Quiénes somos los que escribimos estos artículos perturbadores...


Quiénes somos los que escribimos estos artículos perturbadores, y autores de ‘los siete sellos del apocalipsis’

Por René Arrieta Pérez

Para responder a la pregunta que muchos se hacen, de por qué hablamos de cosas ocultas con una certeza terrible, permítasenos, primero, presentar un contexto y conceptualizar acerca de la condición de lo que realmente es un iniciado.

Los iniciados son personas con una curiosidad por el conocimiento del porqué de las cosas y unos clarividentes, y sobre todo, de las cosas que se ocultan al hombre: leyes, dimensiones, configuraciones, dinámicas, etc., del hombre mismo, de la naturaleza y del cosmos. En síntesis, los iniciados son filósofos, alquimistas y magos. Filósofos, porque aman el conocimiento, se consagran a su búsqueda y lo logran. Alquimistas, porque obtienen el poder de cambiarse a sí mismos (convertir el ser burdo que son – plomo–, en oro). Magos, porque son diestros en el manejo del poder mental, son capaces de pasar de la tercera dimensión a la cuarta,  quinta y otras, y conocer cómo funciona la tercera, puesto que desde la cuarta dimensión –especialmente–, o mundo espiritual, es de donde se maneja la tercera, y así también poder cambiar u operar situaciones en la tercera dimensión, dentro de lo permitido por las leyes.

En la antigüedad este conocimiento era integral, pero se escindió, y por eso el conocimiento del hombre se atomizó. Actualmente los filósofos y científicos solo admiten las evidencias materiales o lo que las leyes ocultas únicamente permiten ver en el mundo material que vivimos. No obstante, a que el hombre tiene una poderosa curiosidad (porque Dios lo creó a su imagen y semejanza, lo que Dios ahora lamenta) él encuentra lo que busca, la naturaleza le puso límites con la paradoja y el comportamiento de lo cuántico, que burlan su curiosidad; por eso Heráclito, afirmó con absoluta rotundidad que ‘a la naturaleza le gusta esconderse’. (Esto lo simboliza el misterio de lo cuántico y el experimento de la ranura, y lo hace manifiesto el experimento del gato de Schrödinger o la paradoja del gato). Lo cual no se ha entendido de la manera más totalizante, pero el experimento comprueba que el gato está muerto y vivo a la vez, porque muere en tercera dimensión, en su representación física, pero sigue vivo en cuarta dimensión, en el mundo espiritual. Es tanta la fuerza expresiva y el dolor que siente el gato cuando muere, que muestra su espíritu –estructura energética que conforma su unidad como ser—, porque en la tercera dimensión, lo energético no se ve; sin embargo, el gato por la fuerza de su agonía muestra su espíritu y lo hace visible en el mundo físico. Así existe en ambas dimensiones, como cadáver y como espíritu.

En la antigüedad, los sabios griegos viajaban a iniciarse a la cuna de la civilización: India, Egipto, Persia. Cuando obtenían sus objetivos, regresaban a su país e instituían escuelas y centros de filosofía (iniciación). Platón tenía dos niveles en su filosofía: el nivel exotérico, que podía brindar a sus estudiosos muy bien elegidos y a los que probaba, y un conocimiento esotérico u oculto, que transmitían solo a un selecto grupo, que hacía un mérito especial para que le fuese otorgado ese conocimiento oculto, más valiosos que todos los metales preciosos, y debían jurar y cumplir votos a costo de su propia vida. Aristóteles tuvo escuelas de esa misma manera, y Pitágoras también. Alejandro Magno, que fue discípulo de Aristóteles, le envía una carta desde su campaña de conquista en el Oriente, y le dice a su maestro que por qué iba a publicar su doctrina secreta. Aristóteles le contesta que se despreocupara, porque quien no tuviera las claves para decodificarla, no la entendería. Todas esas doctrinas, igual que los libros sagrados, tienen encriptadas mucha información, que solo está dada para el conocimiento de los iniciados, quienes manejan esas claves (clave significa llave). El profano solamente hace lecturas literales, que de hecho son superficiales, y no halla las gemas escondidas en el interior de los textos.

Hechas estas aclaraciones de lo que significa ser iniciados, para que ahora comprendan por qué razón hacemos afirmaciones con un convencimiento profundo, les participamos, que efectivamente, nosotros, los dos autores de los siete sellos del apocalipsis, fuimos enviados por Dios para que nos formáramos como iniciados y recibir así esta rigurosa formación, y poder recibir sus instrucciones, sus mensajes, que Él quiere hacer llegar a la humanidad en estos momentos en los que se cumple el fin del ciclo que se le dio a la humanidad para que evolucionara y regresara al Paraíso. Debemos advertir adicionalmente, que no a todos los iniciados se les abren las puertas de los salones donde se encuentran la biblioteca de Dios o archivos akásicos, los tribunales divinos, los distintos templos, y el contacto o la dignidad de hablar con Dios, sus ángeles o Maestros de su Corte. Algunos iniciados tienen misiones restringidas y muy particulares. Y algo cierto también, desde hace cientos de años, los aspirantes a iniciaciones en escuelas de misterios no despiertan, están bloqueados y envueltos en la ceguera del mundo.

El doctor José Vicente Arias es iniciado gnóstico, y médico de profesión. Él logró con una disciplina, que mantiene desde niño hasta ahora, la videncia y su visita al mundo divino. Fue guiado y custodiado por su abuelo. Tiene el don de desintegración de espíritus de los inframundos y demonios, por el manejo y canalización de energías cósmicas (fuego sagrado, rayos gamma y energía cósmica y telúrica). Centenares de sus pacientes pueden dar testimonio de su don, porque fueron desahuciados por muchos médicos después de ir de sitio en sitio buscando cura para sus enfermedades, y él los sanó. También ha liberado a mucha gente de trabajos de brujería que los tenía sumidos en la ruina, la depresión, el dolor y la muerte.

Yo, René Arrieta Pérez, soy iniciado gnóstico y Rosacruz, de padre y abuelo iniciados en los misterios. Mi padre, Jaime Arrieta Arroyo, fue un sabio, un vidente y un mago que estuvo en silencio. Su misión fue custodiarme y guiarme por el camino iniciático. Mi abuelo, Manuel Arrieta Angulo, tuvo el don de la curación y era vidente. Estaba asistido, además, por el arcángel Rafael. Curó a cientos de personas en la región de los Montes de María. Me inicié en La Orden Rosacruz de España. Igualmente, manejo la canalización de energías cósmicas, y fui guiado por mi maestro interior para lograrlo. Y en compañía de José Vicente, que ya es diestro en ese manejo, he ido lográndolo; pero, en especial, lo que ahora me concierne es la sistematización, la escritura y la divulgación de los siete sellos, por ser escritor. José Vicente y yo buscamos la información, él la corrobora doblemente, y yo la escribo. Es una misión de coautoría de dicha información. En escena ya, nos corresponderá hacer las cosas que decrete Dios. La Biblia lo dice en Apocalipsis 11. Nunca antes hablé de estas cuestiones. Siempre las mantuve en secreto. Así cumplía con mis votos de iniciado. Lo hago ahora porque cumplo un mandato divino.

Nosotros, estábamos a la espera de la autorización de Dios para hacer ostensible Su poder en la Tierra, y ha llegado ese momento.

De otro lado, existen doce constelaciones del zodiaco, cada una de ellas, en su regencia, tiene una duración de 2148 años, y ahora estamos en el final de Piscis. La humanidad ha estado bajo el signo de seis eras. Ellas son: Leo, Cáncer, Géminis, Tauro, Aries y Piscis. En Piscis acaba todo. El nuevo Paraíso comenzará bajo la regencia de Acuario. Dios envió a su hijo Jesús para que anunciara el fin del ciclo y el comienzo de la nueva era, para que fuera modelo del tipo de personas que quería en el nuevo Edén, pero los que han cumplido ese ejemplo han sido pocos, y por eso la humanidad es un caos, un laboratorio del mal y una especie fallida, signo de horror y de muerte.

Por otra parte, un ser humano tiene un periodo de vida corto. Entonces, para vivir las distintas vidas bajo la regencia de estos seis signos debía nacer con distintas identidades (de lo que habla la doctrina de la reencarnación) que ha sido vilipendiada por las religiones (que tampoco cumplieron su papel). Así lo he explicado en mi ensayo Discurso contra las religiones.

Pueden leerlo en https://www.eluniversal.com.co/blogs/index.php/parmenidea/discurso-contra-las-religiones-primera-parte

Entre otras cosas, Jesús habla de la resurrección de los muertos. Una expresión codificada, para no acudir a la denominación de reencarnación, usada por culturas anteriores. Si vemos. No tiene ningún sentido que cadáveres salgan de su tumba para el Juicio Final. Los cadáveres, fueron cuerpos usados, que ahora, polvo son y eso seguirán siendo. Lo que si tiene sentido es que todos los seres humanos de su época sí podían estar ahora, en esta época del fin en otros cuerpos, con distintas identidades del mismo espíritu del hombre o la mujer que son y que fueron, tal y como Dios los hizo en el Paraíso, espíritus concebidos por esta creación de Dios. Recuérdese que Dios hizo al ser humano a su imagen y semejanza, y, por lo tanto, (este puede crear y concebir a otros seres, a partir de la procreación). Esa creación primigenia de la que se habla en la Biblia, son los 144.000 –mitad hombres y mitad mujeres–, a los que Dios llama ‘mis elegidos’ o ‘mis sellados’, de los que habla Apocalipsis 7. Son los únicos que hasta ahora tienen la salvación. Los hijos de estos han conformado a la humanidad. Para ser más exactos: Adán y Eva son los 144.000. La humanidad es Caín y Abel. Jorge Luis Borges de forma sabia e intuitiva ha nombrado a la humanidad, cuando declara, en los versos finales del poema “Milonga de dos hermanos”:

Así de manera fiel

conté la historia hasta el fin

 es la historia de Caín;

 que sigue matando a Abel.

En la Biblia se habla de la figura de los dos testigos, en Apocalipsis 11, como ya se dijo. No se dice quiénes son, ni se habla mucho de la fecha del fin, porque como dice Jesús, en Mateo 24: 36, “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aún los ángeles del cielo, solo mi Padre”. Recomendamos leer todo Mateo 24, así como Apocalipsis 11 y el libro de Daniel. A propósito, Daniel pregunta cosas que en ese momento no debían saberse, sino solo ahora. Igualmente, es el deseo de Juan, en sus Revelaciones, y el ángel le dice que eso está sellado.

Sellado. ¡Interesante! Pues, Dios nos envió como iniciados a romper los sellos y a entregar la información del Fin, porque ya estamos en el fin de los tiempos. Por tal razón el conocimiento que Él nos entrega, y nosotros sistematizamos, reciben el nombre de ‘los siete sellos del apocalipsis’, que son siete libros o tratados. Y ellos son:

Primer sello del apocalipsis. Versa sobre el pecado original, que es la brujería, y por lo cual el hombre fue expulsado del Paraíso. Además, trata de forma somera los restantes seis tratados. Ya está escrito.

Segundo sello del apocalipsis. Versa sobre la violación de las leyes y los castigos en el infierno por violarlas. En proceso.

Tercer sello del apocalipsis. Versa sobre el cosmos y las intimidades de la creación de Dios. En proceso.

Cuarto sello del apocalipsis. Versa sobre Economía, cómo el hombre devora a los otros hombres con el poder de la dinámica económica y los reduce a la miseria.

Quinto sello del apocalipsis. Versa sobre el planeta Tierra, la joya de la creación de Dios que el hombre ha destruido.

Sexto sello del apocalipsis. Versa sobre la sanación del hombre (física y mental), porque esta quinta raza (la humanidad) está enferma.

Séptimo sello del apocalipsis. Versa sobre el fin de los tiempos. Fin de esta raza. Fin de los demonios, y entrega las nociones del nuevo Paraíso, y anuncia quienes estarán en él.

Ya es hora de develar, por mandato de Dios, quiénes somos los dos testigos del apocalipsis, y así lo hacemos. Por favor, leer completo Apocalipsis 11. Vamos a dar algunas claves de lo que no dicen las Revelaciones de Juan, ni Daniel, ni ninguno de los evangelistas, porque estaba sellado, no era la hora de que se supiese y porque de esa forma estaba diseñado el plan de Dios. El hombre seguía a prueba y debía ganarse con mérito estar incólume, puro, hasta el fin de los tiempos, y poder entrar al reino.

Aparte de ser quienes rompemos los siete sellos, o escribimos el mensaje de Dios en el fin de los tiempos, somos sus dos ungidos, los dos olivos, dos de sus siete candeleros. Somos raceros: quienes medimos a los hombres por orden de Dios; somos profetas del fin, somos Noé (representación de salvación, quienes no creyeron su mensaje no entraron al arca, y así volverá a suceder); somos jinetes del apocalipsis, y tendremos potestad sobre la vida de la humanidad, como lo dicen las declaraciones de los dos testigos al final del Primer sello, porque investidos con el poder de Dios en la Tierra podremos decretar plagas, podemos ordenar a los elementales (espíritus de la creación) y a los cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua,  que nos obedecerán. Ya la historia lo conoce con Moisés. A propósito de Moisés, llegó la hora de decir que efectivamente lo que han planteado los estudiosos bíblicos, de que los dos testigos son Moisés y Elías, es cierto. Somos nosotros. El doctor José Vicente Arias encarnó a Moisés. Yo no encarné a Elías (el personaje bíblico), sino que, Elías, la palabra, significa profeta, y me representa en su significado. Yo, René Arrieta Pérez, soy Ramiac, el cronista, el que escribo, quien encarnó en Mitra. En el Primer sello del apocalipsis están todas nuestras anteriores reencarnaciones. Los dos testigos somos igualmente quienes nos encontramos con Jesús en el Monte Tabor. Apocalipsis 11, dice que la humanidad nos matará. Eso es falso. Adviértase que se dice que quien quiera hacer daño a los dos testigos, ese daño tendrá para sí. Lo que significa es que nos quieren muertos, porque somos quienes incomodaremos a toda la humanidad con la verdad y el plan de Dios para el fin de los tiempos. Nadie quiere saber nada de esto, porque todos prefieren seguir en su fiesta de libertinaje. Todos querrán hacerse los sordos y los locos. Y los religiosos están enceguecidos con sus dogmas y no admitirán esta verdad. A Jesús, en su época, le dijeron blasfemo, falso profeta y mentiroso, pero la verdad triunfó, porque el tiempo es el juez más riguroso. Así nos dirán ahora a nosotros, pero el poder con el que nos inviste Dios se sobrepondrá y nos temerán.

En relación con la pregunta que muchos se hacen, que por qué Dios permite atrocidades y no hace nada. Les manifestamos: Dios dejó escritas las tablas de la ley para que la acogieran y respetaran, y envió mensajes y disposiciones a través de sus patriarcas y profetas. Todo su mandato fue violado. Entonces, se alejó del mundo y guardó silencio hasta ahora. Lo que digamos nosotros, quedará escrito, e igualmente guardaremos silencio. El amor y la misericordia de Dios siguen siendo inconmensurable, y como ya se cumplió el ciclo asignado a la humanidad, ya Él no puede permitir que sigan agrediendo Su planeta ni a las especies de su seno.

En cuanto a agnósticos, escépticos y ateos, quienes en su libre albedrío adoptan, esa posición, que de hecho es respetable; no obstante, juega en detrimento para ellos.  A todos les espeto este verso del teólogo y poeta del Caribe colombiano, Gustavo Ibarra Merlano: “Dios no cree en los ateos”. La postura de estos ante la voluntad y el poder de Dios es cosa nimia y banal que los pierde. Mota insignificante en medio de la majestuosidad de su creación.

Daremos a conocer a la comunidad científica datos verificables, que comprobará que el conteo regresivo de los tiempos es el deshielo de los glaciares del planeta, y especialmente del Polo Norte. Eso sucederá en el año 2052. Ya están dispuestos una serie de artículos científicos, académicos, con información perturbadora y desconocida para los científicos, quienes la corroborarán con sus instrumentos.

Antes del fin, habrá diez años precedentes (que se cuentan desde el 2042, fecha en la que se dará el Juicio Final), donde a la humanidad le tocará vivir lo que se denomina la abominación desoladora, la gran tribulación. Años que todas las películas apocalípticas han mostrado.

 El Juicio Final se efectuará en el mundo espiritual, y va desde 2042 hasta el 2052. En tal juicio se condenará a los que vayan muriendo y serán enviados a las mazmorras del Infierno. Los que sean elegidos por Dios por su pureza y corrección entrarán al arca (naves extraterrestres subsidiarias para esa labor), ellos no vivirán la tribulación. El inicio de ese juicio lo marca en nuestra realidad visible Jesús de Nazaret. Exactamente inicia el Viernes Santos del año 2042, porque Jesús, quien ahora es un niño, en ese momento cumple 33 años, los mismos que tenía cuando lo sacrificaron. La señal de que el Juicio Final comienza se conocerá en la Tierra por el acontecimiento de un terremoto en Israel, en donde lo crucificaron.

Pronto entraremos en escena. La antesala de esa aparición es el azote del coronavirus a la humanidad. El contundente aviso del fin de los tiempos. En el Primer sello del apocalipsis lo decimos, al inicio y en el epílogo:

“Cuando se abra el Primer sello del apocalipsis se abre la caja de Pandora para la humanidad”. Dios nos dictó la frase para que la escribiéramos, la dijéramos y todos se enteraran.

Subimos en principio el libro a la plataforma virtual e hicimos una edición impresa, muy reducida, del Primer sello del apocalipsis, para que un puñado de personas lo leyeran y así se cumpliera la palabra de Dios. El libro será presentado después de la pandemia. De igual forma, escribimos un artículo, publicado en este blog que se titula: “La información que anunció Mercurio en la pasada alineación con el Sol”, publicado el día 6 de diciembre de 2019. En donde damos a conocer que allí estaba un mensaje del cielo para la Tierra, y se afirma que una frecuencia vibratoria signaría a toda la humanidad, y allí, describimos estos momentos de muerte y confinamiento, así:

“Serán objeto de este impacto las actividades de los hombres en todos los ámbitos: política, economía, orden social, salud, proyectos, ciencia, tecnología, religión, entre una larga lista. En efecto, en estos momentos todas las naciones están bajo esa regencia particular y sus sociedades estarán bajo el signo de la inestabilidad, el desorden, el desasosiego (el temor, la duda y la incertidumbre), las cuales son señales apocalípticas o del fin de los tiempos”. Y es literalmente lo que está ocurriendo.

Pueden verlo en  https://www.eluniversal.com.co/blogs/parmenidea/la-informacion-que-anuncio-mercurio-en-la-pasada-alineacion-con-el-sol

Asimismo, Dios, nuestro Padre, después de avalar el decreto de la naturaleza de contraatacar con el poder de lo invisible y oculto, para quitarse de encima las agresiones de la humanidad contra la Madre Tierra, que se ha manifestado a partir del ataque del coronavirus, nos otorga la potestad a ‘los dos testigos del apocalipsis’ de darle la orden al elemental del coronavirus de que diezmen toda la élite del poder en Venezuela, y deja a nuestra consideración cualquier otra determinación. De inmediato le impartimos esa orden de atacar de forma inclemente a todos los áulicos de Maduro. Y es cuestión de días para que todo el mundo se percate de que se está cumpliendo este veredicto.

Para concluir, testificamos que:

Dios nos envió a cumplir con la misión de romper ‘los siete sellos del apocalipsis’, para hacer circular su mensaje, para fungir como los dos testigos del apocalipsis y como jinetes del apocalipsis, para guiar a sus elegidos al arca y hacer que parte de la humanidad entre a ella (los dignos y los que se hayan ganado ese derecho). El devenir de estos últimos 22 años que quedan para el fin, que ya se marcan en una cuenta regresiva, así lo reafirmará. “Los que tengan oídos para oír, que oigan. Todo lo que digamos se cumplirá a raja tabla. Aún hablamos para un círculo reducido. En breve, hablaremos para la humanidad. Las predicciones y datos que demos a conocer serán avalados por la verificación de la comunidad científica. Los siete sellos serán instrumentos de despertar espiritual y traen ejercicios prácticos para hacerlo. Solamente les será posible al coro de ángeles de la jerarquía de Dios y a los Maestros celestiales guiar a las personas, si son receptivas a mensajes divinos en su estado de meditación y sueño, para que sorteen esta etapa final de la humanidad.

Venimos a cumplir con la misión que manda el amor de Dios, de guiar y salvar, pero también a hacer ostensible Su poder en este plano, cuando sea necesario y las situaciones lo requieran (y de estas situaciones tendremos muchas, porque el mundo es un caos, un desenfreno de libertinaje y un laboratorio de maldad).

Mucha atención a esto, porque el costo personal y familiar puede ser muy alto:

Quien no esté en capacidad de ver en el mundo espiritual y de comprobar o no lo que decimos, mejor que permanezca en silencio, reflexione y le deje todo juicio al tiempo, que no haga ningún comentario en contra, no sea que por hacerle pulso al mensaje de Dios sea blanco de su ira. Toda persona que ataque la palabra de Dios en boca de sus dos ungidos, de los dos testigos del apocalipsis, se vincula a que la severidad de la ley divina lo castigue con tragedia y muerte, y con juicio sumario, lo hagan descender a las mazmorras del Infierno. De forma idéntica, a como cuando la autoridad policial captura a un delincuente, a un infractor de la ley, que considere la debida advertencia, que reza: “Todo lo que usted diga podrá ser usado en su contra”. La ley se cumplirá de forma implacable. Ya llegó el momento, en consideración de la jerarquía celestial, que no se puede dejar pasar ningún tipo de faltas, y mucho menos afrentas e insultos, al ejercicio de la autoridad de Dios y de sus plenipotenciarios aquí en la Tierra, en este periodo del fin de los tiempos.

La paz sea con todos ustedes. En vuestro criterio queda el despertar espiritual. Ya las religiones no tienen nada que decir (lamentamos, asimismo, que millones de personas estén atrapadas en sus dogmas y sabemos que no reaccionarán a tiempo, porque cuando los signos muestren la insoslayable realidad ya será demasiado tarde para hacerlo). Ya es tarde para el hombre.

 

Crédito de Imagen: tomada de Wikipedia.


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR