Pie de la Popa: De Barrio señorial a defecadero público distrital.
- El PIE DE LA POPA UN BARRIO SEÑORIAL
En este caluroso día soleado de inicios de enero del 2022 evoco aquellas fechas, de los años 50 del siglo pasado, cuando con mi abuelita Ana Hercilia caminaba las calles del Pie de La Popa y el aroma del café Almendra Tropical embriagaba mis sentidos infantiles, aroma que se esparcía por toda la carrera 22 y sus calles adyacentes.
Era también la época del delicioso olor de los chicles globos en el Camino de Arriba, olor que aromatizaba varias cuadras a la redonda, a lo largo de una caminata casi cotidiana, rumbo a mi casa en la Esperanza, luego de salir de la Escuela Normal de Varones, ubicada en los años 60 en el local ocupado hoy por una empresa distribuidora de sistemas a gas para vehículos automotores.
Luego, llegar a la casa consultorio del doctor Manuel Lefranc, también en el Camino de Arriba ,era otra agradable experiencia a los sentidos y el espíritu: el canto de las legendarias mariamulatas y maríamulatos, las palmeras airosas, y los estupendos árboles de nísperos con frutos caídos al suelo picoteados por las derrochadoras cotorras, y otros intactos; se trataba de unos deliciosos premios a aquellos pacientes que acudían a la cita mañanera con tan importante y magnífico médico, pionero de la medicina homeopática en esta ciudad.
Caminar también por la calle Real del Pie de la Popa (Camino de abajo, hoy calle 30) era otro placer exquisito, al contemplar las mansiones señoriales que se alineaban a lo largo de la calle, por ejemplo, la del local actual de Unilibre, la derruida de mi extinta Normal de Varones y otros espacios importantes, como el del Teatro Miramar y los de los Colegios Octaviana del C. Vives y Nuestra Señora de la Candelaria.
Luego, en esos años 70, el espíritu se recreaba también al llegar a la Ermita de nuestra Señora de la Candelaria, con su mini bosque de gigantescos cauchos y otras especies vegetales, no sin antes pasar por Villa Moraima, la residencia del exalcalde Vicente Martínez Martelo, y en algunas noches disfrutar de las fiestas organizadas por los estudiantes del Liceo de Bolívar y de la Normal de Señoritas en el Club Popa para financiar las excursiones de fin de año.
Se trataba de un espacio de viviendas señoriales, y todavía las hay extendiéndose por un largo tramo, comprendido entre la ermita y la Avenida del Lago.
En síntesis, el Pie de La Popa fue un barrio lleno de encantos por sus paisajes, por la calidad de sus habitantes, entre humildes, clases medias y altas y dirigentes políticos y sociales, aspectos que condujeron a Claudia Eugenia Abello Gómez a publicar en 1999 el magnífico libro: “El encanto de un barrio cartagenero: Historia del Pie de La Popa”.
2. LA CARRERA 22 CON CALLES 29 B Y D: DEFECADERO PÚBLICO Y ALCANTARILLA A CIELO ABIERTO.
Más hoy, 50 años después, de aquellas deliciosas caminatas, casi todo ha cambiado, aunque varios sectores conservan, todavía, el encanto; sin embargo, el desastre ambiental y humano es grande:
La carrera 22, la del antiguo Café Almendra está convertida en un espacio infernal en el cual los trancones de los automóviles son el pan de cada día, acompañados de sus imprudentes y ensordecedores pitos, acompasados con los cuatro sonidos que produce la sirena de las ambulancias que desde temprano circulan por el sector, y a manera de cierre los gases tóxicos que emanan por toneladas diarias los miles de vehículos que por allí circulan.
De igual manera, esta carrera 22 a la altura del semáforo diagonal al antiguo Albercón se convirtió en un DEFECADERO PÚBLICO, en el cual los desventurados y desamparados indigentes, satisfacen sus necesidades de expulsar excrementos y orines; sin embargo, los más pudorosos se ocupan de depositarlos en bolsas, como la que hoy, desde el 1 de enero pisotean y olfatean los miles de desprevenidos transeúntes que se dirigen al cercano centro comercial.
3. VEOLIA O LA MEDIOCRIDAD DE UN MAL SERVICIO DE RECOLECCIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS.
A ello se une el pésimo servicio de recolección de residuos que presta la empresa VEOLIA, que después del tirón de orejas que le dio la procuraduría y la alcaldía dejó de prestar un servicio menos pésimo; pero al iniciar el 2022 volvió a la mediocridad anterior, dejando de prestar el servicio el pasado lunes 3 de enero, quedando ese día las calles llenas de basura.
Peor aún es el servicio de los llamados “escobitas”, quienes cuando aparecen se dedican a barrer los desperdicios de la carretera, pero que casi siempre ignoran el barrido de los andenes, cuya parte terminal, viniendo del puente Jiménez está convertido en el DEFECADERO PÚBLICO referenciado y en basurero satélite de VEOLIA, en el cual se acumula toda clase de inmundicias.
Cierra con broche de oro las corrientes de aguas servidas y malolientes que dos o tres veces a la semana arroja un reconocido edificio de la calle 29 D., las cuales bajan a la calle 29 B con su pestilencia contaminante buscando el lecho del putrefacto caño de Bazurto.
Más como si fuera poco a esta misma altura, de la calle29D, después del local de Ara, varias corrientes de aguas servidas con excrementos y toda clase de inmundicias corren, también, en la vía pública afectando la salud y la dignidad de los miles de transeúntes que de manera obligatoria deben andar la maloliente senda, plagada de mototaxistas que a altas velocidades andan en contravía y sobre los andenes.
4. LA CALLE REAL UNA VERDADERA PESADILLA.
Hoy, también la calle Real está convertida en un feo y peligroso tramo, en el cual los baches del pavimento, los andenes destruidos, el ruido infernal de los automotores, el parqueo de vehículos en plena vía y andenes, y algunos horribles talleres y negocios convirtieron “la realeza” en una real pesadilla que atemoriza a los transeúntes.
5. A LA BÚSQUEDA DE SOLUCIONES INMEDIATAS.
La presente crónica periodística tiene como objetivo central buscar soluciones inmediatas a la delicada situación ambiental y social que se vive en este sector del Pie de La Popa, clasificado como estrato cuatro, cuando hay otros sectores de la ciudad de los estratos dos y tres que presentan mejores condiciones ecológicas y sociales.
Por lo anterior, la remitimos a la dirección de Asopopa, nuestro vocero comunitario, para que gestione, de manera corporativa, ante las autoridades la solución a la delicada situación que se presenta; de igual forma servirá de base del inmediato derecho de petición que presentaremos a la alcaldía mayor de la ciudad.
Así mismo, hago el requerimiento pertinente a la Secretaría de Participación Ciudadana para que de inmediato gestione la solución a la delicada problemática social que viven nuestros desdichados compatriotas: la serie de cuatro o cinco indigentes quienes a diario viven debajo de un árbol de la calle 29 D, con carrera 22, en la peor de las condiciones humanas conocidas. y hacen sus necesidades fisiológicas en plena vía pública.
Finalmente, solicito la intervención inmediata del DADIS y la personería distrital para que de manera conjunta con la mediocre empresa VEOLIA implementen un plan de saneamiento ambiental en los sectores aquí referenciados.
A manera de cierre, hago un llamado a nuestros vecinos para que presenten “múltiples derechos de petición” ante las autoridades distritales y la empresa referenciada, para que solucionen las delicadas situaciones ambientales y sociales que hoy vive el otrora señorial Pie de La Popa.
Con los afectos de siempre:
UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.