La Crianza de los hijos ¿Sólo las mamás tienen el poder de la telepatía?
Introducción
Lo primero que quiero aclarar es que no existen evidencias científicas que demuestren que exista algo que podamos relacionar con la definición de lo que es el "poder telepático", si por telepatía entendemos la "coincidencia de pensamientos o sensaciones entre personas generalmente distantes entre sí, sin el concurso de los sentidos, y que induce a pensar en la existencia de una comunicación de índole desconocida", podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la telepatía no existe.
Sin embargo algunas mamás y algunos papás parecería que tienen comunicaciones telepáticas con sus bebes, es casi mágica la sincronía que permite decir que adivinan lo que sienten, lo que piensan, lo que quieren sus hijos. ¿Cómo lo logran?
¿Puede haber verdadera comunicación con un bebé?
En condiciones normales desde que el niño nace viene capacitado para la vida social. El instinto básico de supervivencia con el que viene programado genéticamente el recién nacido lo impulsa a tratar de crear una relación muy fuerte con sus padres; para ello con importantes recursos físicos que le permiten llamar su atención de diversas maneras. Uno de estos recursos es su misma apariencia pequeña y frágil, otra es llorar o mirar a sus papas a los ojos, sonreír y emitir seductores sonidos. El bebé tiene muchas formas de atraer nuestra atención y despertar el instinto protector de los mayores. La comunicación que establezcamos con él será la base para el desarrollo de sus emociones y de su inteligencia.
La voz humana tiene un poder de atracción muy grande para los bebés, su respuesta ante ella será determinante, entre otras cosas, para evaluar la salud física, mental y emocional del bebé desde el nacimiento y su posterior desarrollo. En condiciones normales su atención se dirige de inmediato a quien le habla (padres o familiares o conocidos con quienes convive). Es verdad que aunque el bebé no entiende lo que le decimos, sí sabe que nos dirigimos a él, y entonces responde haciendo ruiditos y mirándonos atentamente.
Como ya dije antes, uno de sus recursos de atracción más poderosos de un bebé es su sonrisa y el se irá percatando de ello en la convivencia diaria. Esa sonrisita es capaz de disipar el cansancio de una madre, el mal humor de un padre, la envidia de un hermano, ella hace que encontremos nuevamente la energía para responder a sus necesidades. Casi todos los adultos nos las ingeniamos para hacer sonreír a un bebé pues sentimos que estamos creando un vínculo personal con él, y lo disfrutamos enormemente.
Conclusión
No existe la telepatía, existe el conocimiento mutuo, intimo y profundo y éste se construye y se fortalece en la convivencia, en la cotidianidad, en el día a día que nos permite pasar tiempo con el bebé, mirarlo, oirlo, sentirlo, cargarlo, acariciarlo, hablarle, alimentarlo, jugar con él, educarlo; es así como se genera ese mágico conocimiento que casi nos hace pensar que tenemos con él o con ella una intima comunicación, casi como si fuéramos uno sólo con él o con ella.
En ausencia de esa comunicación íntima el niño inevitablemente sufre la desconexión, el abandono, la frustración y el resultado puede resultar nefasto para quién posteriormente será un adulto, esposo(a), padre o madre, empleado o jefe, es allí justamente donde se siembran las semillas de la salud mental de los individuos.
"Si supieran que en la infancia se define la salud mental de un adulto, pensarían dos veces antes de corromper el alma de un niño con palabras y acciones tóxicas" (Anónimo)