La unidad nacional.


En esta columna, nos gusta la constitución, hay que reconocerle  que es bonita, inspiradora, pero en ocasiones lejana a la realidad. Para la muestra el artículo 188: “El presidente de la República simboliza la unidad nacional y al jurar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes, se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos”.

Dirija su atención a la primera parte de ese enunciado “simboliza la unidad nacional”. Será que el actual presidente, ¿si representa la unidad nacional? Revisemos:

Hace poco más de un mes, los sectores de oposición convocaron una marcha con el objeto de protestar en contra de las reformas del gobierno, dicha marcha se programó inicialmente para el día 14 de febrero. Conforme pasan los días, el descontento aumenta, las encuestas muestran que la favorabilidad del presidente ya no es tan alta y para rematar las declaraciones del ramillete de ministros que tenemos, disparan el dólar cada vez que abren la boca. ¿La solución? el presidente decide convocar a sus simpatizantes a  las calles el 14 de febrero. El mismo día que la oposición había planteado salir a manifestarse.

Para nadie es un secreto, que sectores de la población que apoyan al gobierno actual, no se caracterizan por su moderación y pacifismo. Cuentan entre sus logros, hazañas tales como torturar personas, decapitar motociclistas, quemar CAI  y matar policías a golpes, y un largo etc. Ese llamado del presidente sonó más a: “salgan y les mando a la primera línea”, sonó más a una amenza. ¿Y el artículo 188? Bien, gracias.

En teoría el gobierno  llama a sus simpatizantes a las calles a  discutir en plaza pública las sus reformas, solo se les olvidó que las reformas se discuten en el congreso, no en la plaza; pero eso es lo de menos,  acá lo que se busca es llenar con discursos grandilocuentes de candidato los vacíos de trasparencia y rigor técnico que no han logrado mostrar  en ninguna de sus propuestas.

En una democracia seria, las reformas se hacen de cara a la opinión pública, mostrándolas a la ciudadanía y no escondiendo los textos, que a estas alturas son una cueva de sabrá Dios cuantos micos y leguleyadas que esperan ser aprobadas a pupitrazo limpio, mientras la mayoría de la población desconoce de que se tratan.

Yo pregunto: ¿Qué es lo que tanto esconden?¿Si sus propuestas son tan buenas, por qué no dejan que la gente las conozca?, ¿por qué presentarlas a la carrera, impidiendo que sean motivo de análisis o de  crítica? Sabrá el ciudadano que sale el 14 a marchar, exactamente ¿Qué está apoyando? La respuesta es no, nadie lo sabe porque todo es un secreto.

Reza el proverbio, que un país divido no prosperará, con tristeza reconozco que mi país está dividido y el gobierno celebra que así sea. En el populismo el odio de clases y la polarización sirven, y el que nos odiemos e insultemos entre nosotros resulta muy útil. Mi gente, salgan a marchar, 14 o 15, pero recuerden que tenemos la misma cédula y que para pelear se necesitan dos.


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