¡La retirada!


A todos los ciudadanos que postularon su nombre como candidatos a gobernadores, diputados, alcaldes, concejales y ediles, en las próximas elecciones del 29 de octubre, un saludo de mi parte, en especial a los que declinan de su aspiración faltando pocos días, consientes que no tienen oportunidad de obtener la votación necesaria para ser elegidos al cargo que aspiraban.

Elegir y ser elegido es un derecho político, contemplado en nuestra constitución artículo 40,

Todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político. Para hacer efectivo este derecho puede:

“1. Elegir y ser elegido.

2. Tomar parte en elecciones, plebiscitos, referendos, consultas populares y otras formas de participación democrática.

3. Constituir partidos, movimientos y agrupaciones políticas sin limitación alguna; formar parte de ellos libremente y difundir sus ideas y programas.

4. Revocar el mandato de los elegidos en los casos y en la forma que establecen la Constitución y la ley.

5. Tener iniciativa en las corporaciones públicas.

6. Interponer acciones públicas en defensa de la Constitución y de la ley.

7. Acceder al desempeño de funciones y cargos públicos, salvo los colombianos, por nacimiento o por adopción, que tengan doble nacionalidad. La ley reglamentará esta excepción y determinará los casos a los cuales ha de aplicarse.

Las autoridades garantizarán la adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles decisorios de la Administración Pública.”

Derecho inalienable, más que un derecho, es un deber participar en el control político del estado, como ya es costumbre precandidatos y candidatos que consiguieron avales, recogieron firmas y a pocos días de las elecciones se retiran de la aspiración, con argumentos y justificaciones que ni ellos mismos se las creen.  El tema es que las campañas políticas requieren de gran cantidad de recursos económicos y no hay bolsillo que aguante, menos quien sabe con seguridad que no tiene oportunidad ni el dinero suficiente, quedando solo la opción de negociar con quien tiene la capacidad y el músculo económico para convencer al incauto elector, sin olvidar que quien paga para gobernar, ¡gobierna para robar!

Mientras la democracia continúe y el pueblo sea el soberano, precandidatos y candidatos seguirán aspirando a ser elegidos mediante el voto popular a cargos públicos y tienen el derecho a dimitir a sus aspiraciones, en busca de un mejor futuro, para la sociedad y por supuesto para ellos, “el circo político” necesita de estos personajes, ¡que inician campañas con compromisos efímeros y faltando pocos días para las elecciones anuncian su retirada y a que candidato van a apoyar!

A todos aquellos ciudadanos que aspiraron a ser elegidos y han presentado su renuncia en ejercicio de sus derechos politicos, no me queda más que decirles que lo sigan intentando, tal vez dentro de cuatro años tengan mejor suerte.


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