Una copa de vino


En épocas difíciles, escribir sobre Política o temas sociales de corrupción y otros males incluyendo los escándalos presidenciales, es como gritar en el desierto ante un público ensordecido y poco atento.

A pocos días de elecciones no quiero estresarme con tantas sandeces que pronuncian los candidatos en los debates, acusaciones e irrespetuosos ataques de unos contra otros, son cosas normales, que el uno es un ladrón, que el otro está siendo investigado, al final de cuentas ¡difícil encontrar un político honrado!

Votaré porque es mi deber como ciudadano, tal vez lo haré por el menos malo de los candidatos.

La verdad se ha dicho, el futuro político es incierto, razón por la cual  prefiero dedicar mi tiempo a algo más ameno, para salir de la rutina y relajar mi mente, el fruto de la vid es una opción excelente.

El vino, bebida espirituosa grata y deliciosa. ¿Que cual es el mejor? me suelen preguntar, a lo que respondo: aquel que se pueda disfrutar con una buena compañía, con un buen libro o una buena cena, el vino es ideal para subir el ánimo y olvidar las penas, con calor o con frío un sorbo de vino siempre será bienvenido.

¿Cuál es el mejor? Para mí lo son todos el tinto, el blanco, el rosado, sean chilenos, argentinos franceses, italianos, españoles o californianos, todos, todos tienen su delicia;  todos tienen su encanto.

No nos enredemos con política ni con tanta violencia,  démosle a nuestra vida tranquilidad y alegría, mientras podamos tomemos una copa de vino al día, que no vale la pena perder el tiempo prestando atención a la politiquería.

*El exceso de alcohol es perjudicial para la salud*


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