El reto inaplazable de gestionar la reputación


“El reto de las personas y de las organizaciones es ser coherentes, sin ello no hay ejemplo ni un verdadero liderazgo”, es la reflexión que desde mayo de 2017 fijé en mi perfil de X y cada que entro a esta red social y la veo, ratifico que no pasa de moda, que es un mensaje que nos invita a poner foco en algo que es vital para las organizaciones en su propósito de construir reputación y confianza con sus grupos de interés.

No pasa de moda porque es el gran desafío, sin que ello implique en principio inversiones cuantiosas de dinero o poner en marcha planes robustos. Construir confianza apela a nuestras características básicas, al sentido común que como seres humanos debemos tener y a las habilidades que debemos desarrollar para no perder de vista el verdadero rumbo, para no olvidar la misión que hemos trazado, los objetivos que buscamos, el propósito superior que nos moviliza.

Ratificamos esto en la reciente edición del Foro El rol estratégico de la comunicación que se realizó en Cartagena, como una iniciativa de ANDI Bolívar y Colectivo TRASO. En cada una de las conferencias y espacios de conversación hubo un mensaje constante y un llamado inaplazable: las empresas que no diseñen y ejecuten una estrategia para gestionar su reputación y la confianza con sus grupos de interés corren el riesgo de desaparecer.

La reputación es hoy uno de los activos intangibles estratégicos de negocio más valorados por las audiencias que, cada día deben enfrentarse a elecciones, a tomar decisiones frente al infinito de marcas que ofrecen productos y servicios de similares características. Y para lograr influir de manera positiva en esa percepción de quienes hacen parte de la organización y de quienes desde afuera la siguen y se interesan por conocerla hay que trabajar muy fuerte en la generación de confianza, que finalmente será el resultado de hacer lo que dices, de actuar en consecuencia de la promesa de valor que has enunciado en tu página web, en las redes sociales, en los espacios de relacionamiento que has activado.

La gestión de la reputación es un trabajo de todos, no es una labor en solitario del director de comunicaciones; solo cuando logremos que en nuestras organizaciones esa conciencia esté plenamente activa, que los equipos trabajen de manera unificada con el propósito de salvaguardarla, incorporando esa nueva visión en el quehacer del día a día, tendremos altas probabilidades de acertar.

Fortalezcamos las capacidades de los equipos para lograr que una mejora en sus habilidades nos sume a la meta de mantener en óptimas condiciones ese activo que es la reputación. Monitorear las tendencias globales es una gran ayuda, nos permite identificar dónde poner los esfuerzos. Actuar hará la diferencia. No aplacemos lo inaplazable.  

*Comunicadora social - periodista, MBA. 

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