Y con el agua lejos


¿Hay alguien en Colombia que hoy pueda decir, “que chévere que intervinieron mi EPS”, “uff qué tranquilidad me da la reforma a la salud”?  

Negar que se sintió un alivio cuando se hundió la reforma a la salud en la comisión séptima del senado sería mentir de la forma más descarada, pero el alivio duró poco. Estamos ante un gobierno que impone su voluntad  a la brava, aplasta quienes se les opone con la bota del Estado con intervenciones  sin soporte técnico y que  solo aporta “esqueletos” de sus razones  cuando los entes de control los requieren, un gobierno que ignora las decisiones de las otras ramas del poder como el senado y que menosprecia las peticiones que hace la ciudadanía en las calles invalidándolas y tildándolas de débiles. 

 

Los pacientes comienzan a vivir la tan anhelada “crisis explícita” del oficialismo: escasez de medicamentos y retrasos en la prestación de servicios;  pero lo que considero peor en todo este panorama es someter a gente inocente a la incertidumbre y angustia sobre lo que ocurrirá con su salud en los meses por venir. Y razón les cabe en estar angustiados, solo es darle un vistazo al “borrador del manual tarifario del Ministerio de Salud” y sacar cuentas con cualquier ábaco de preescolar, para darse cuenta que bajo los términos del gobierno, el funcionamiento de los hospitales y clínicas sería insostenible y que ningún actor del sector se salvará en esta arremetida. Que afán tan berraco del de este gobierno por devolvernos al Seguro Social que dejó morir tanta gente.

 

No conformes con esto, otra vez el ministro de salud, Guillermo Jaramillo, arremete nuevamente contra sus colegas al estigmatizar las cirugías radicales que en ciertas indicaciones se llevan a cabo en las pacientes con cáncer de seno.  Yo entiendo que en el mundo exista gente fanática, lo que me causa contrariedad es cuando los ponen al frente de carteras tan importantes como la salud, al punto de negar lo que la evidencia científica ha mostrado contundentemente: la cirugía oncológica, la quimioterapia y la radioterapia salvan vidas. 

Volcar nuestro sistema completamente en estrategias de prevención ¿evitará que la gente siga teniendo enfermedades catastróficas como el cáncer?, ¿desaparecerán las fracturas por arte de magia?,¿ya nadie le va a dar apendicitis? No, no  es real y quien diga cosas como “haremos que ningún paciente padezca cáncer”  está mintiendo. Las enfermedades no van a desaparecer ni  el alto costo no va a desaparecer, solo por imponer una visión cubana de la medicina y si desafortunadamente usted se enferma y llega a necesitar una de estas intervenciones, le conviene que el sistema de salud funcione. 

 

Al final del día hay un solo chivo expiatorio: los pacientes.  Quienes se quejan de que la salud no es un negocio, han reducido el cuidado de la salud de seres humanos al nivel de una moneda, de un billete, en últimas la pelea es por quien se queda con la UPC, la plata que el gobierno destina para el cuidado de cada uno de nosotros. Esa es toda la pelea. Es de no creer, que nuestro sistema de salud resistió la pandemia del COVID, pero no aguantó 2 años del Gobierno Petro. Juzgue usted, cuál de los dos será peor. Y así vamos…. Y con el agua lejos. 


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