TREPADORES(AS) CON CORONA


Introducción

"El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Dios mira el corazón." (1 Samuel 16, 7b)

En la vasta historia de la literatura y la sabiduría popular, encontramos recurrentemente personajes y proverbios que nos advierten sobre los peligros de la superficialidad y la falsedad. Trimalción, del "Satiricón" de Petronio, es un ejemplo clásico de un individuo que intenta trepar socialmente mediante la ostentación y las apariencias. A través de él, así como de varios refranes populares, se revela una profunda verdad sobre la naturaleza humana: las cualidades innatas prevalecen sobre cualquier esfuerzo por cambiarlas externamente. Este artículo, titulado "Trepadores(as) con corona," pretende abrir el diálogo sobre cómo las apariencias engañosas y los intentos de camuflaje social son inútiles frente a la verdad intrínseca de la naturaleza humana.

Trimalción: El Rey de la Ostentación

"No os dejéis engañar; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también recogerá." (Gálatas 6, 7) 

Trimalción es un personaje del "Satiricón" que ilustra perfectamente el concepto de un "trepador con corona". Un liberto que ha amasado una gran fortuna, Trimalción organiza banquetes fastuosos para impresionar a sus invitados y consolidar su posición social. Sin embargo, a pesar de sus riquezas y esfuerzos por parecer un sofisticado aristócrata, sus modales vulgares y su mal gusto lo traicionan constantemente. Es un claro ejemplo del refrán "aunque la mona se vista de seda, mona se queda". La riqueza y las ropas finas no pueden ocultar su verdadera naturaleza.

Los Refranes: Sabiduría Popular sobre la Naturaleza Humana

Varios refranes populares encapsulan la misma sabiduría que encontramos en la historia de Trimalción. Por ejemplo:

  • "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda": Este refrán subraya que las apariencias externas no pueden cambiar la verdadera esencia de una persona. A pesar de los intentos de Trimalción por parecer sofisticado, su comportamiento revela su naturaleza innata.
  • "Lo que natura no da, Salamanca no pone": Aquí se destaca la idea de que las cualidades naturales innatas no pueden ser reemplazadas por la educación y la cultura. Trimalción, por mucho que intente exhibir su riqueza y educación, no puede ocultar sus raíces humildes y su falta de refinamiento innato.
  • "Camina como pato, nada como pato y vuela como pato, ¿qué será?": Este refrán enfatiza que las acciones y comportamientos de una persona son reveladores de su verdadera identidad. Trimalción, al igual que un pato, muestra su verdadera naturaleza a través de sus excesos y vulgaridad.
  • "Blanco es, gallina lo pone y frito se come": Finalmente, este refrán nos recuerda que la verdadera naturaleza de algo es inconfundible a pesar de cualquier intento de disfrazarla. Trimalción, a pesar de todos sus esfuerzos por aparentar ser algo que no es, sigue siendo un hombre vulgar.

La Verdad de la Naturaleza Humana

"Así que, por sus frutos los conoceréis." (Mateo 7, 20)

Estos ejemplos y refranes nos enseñan que la verdadera naturaleza de una persona se manifiesta inevitablemente a través de sus acciones y comportamientos. Las apariencias externas, por lujosas o sofisticadas que sean, no pueden ocultar la esencia innata de alguien. En el caso de Trimalción, su vulgaridad y falta de verdadero refinamiento son evidentes, a pesar de su riqueza y ostentación.

En la sociedad contemporánea, esta lección es igualmente relevante. A menudo encontramos personas que intentan trepar socialmente mediante la adquisición de bienes materiales y la adopción de comportamientos superficiales. Sin embargo, como nos recuerdan Trimalción y la sabiduría popular, la verdadera naturaleza de una persona siempre se revela. Las cualidades innatas y esenciales prevalecen sobre cualquier intento de camuflaje externo.

Conclusión: La Corona de la Autenticidad

"El justo anda en su integridad; bienaventurados serán sus hijos después de él." (Proverbios 20,7)

En última instancia, "trepadores con corona" como Trimalción nos enseñan una lección valiosa sobre la autenticidad. La verdadera grandeza y refinamiento no se pueden comprar ni aparentar; son cualidades que emanan de la esencia innata de una persona. La corona de la autenticidad, entonces, no se gana a través de la ostentación y las apariencias, sino a través de la integridad y la coherencia entre la verdadera naturaleza de uno y sus acciones.

En últimas, identificar a un "Trepador con corona" no es tan difícil, en ellos aplica el adagio que dice: "Blanco es, gallina lo pone y frito se come". Las señales claras y las características inherentes siempre revelan la verdadera identidad de una persona o cosa, sin importar las apariencias externas. Los trepadores con corona pueden intentar disfrazarse, pero tarde o temprano, terminan "pelando el cobre".

Para no darle un cierre negativo al articulo, les anticipo lo que bien podría ser su continuación, el próximo articulo se titulará: "Cambiar no es dejar de ser", ahí les ampliaré con más detalle el asunto.


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