Malas decisiones


La improvisación y hacer las cosas por salir del paso llevan a la administración a tomar malas decisiones. 

La instalación de reductores de velocidad en la vía al mar entrando a La Boquilla fue una mala decisión; “el remedio resultó ser peor que la enfermedad”. 

La accidentalidad y el control de velocidad en el sector son un tema delicado que se debe tratar con estudios, inmediatez e inteligencia. 

El principal generador de accidentes es la ocupación ilegal de los retiros que, por ley, deben existir entre la orilla de la vía y las construcciones; por cierto, la mayoría ilegales, que solo pueden estar presentes por falta de autoridad o corrupción de los entes de control. 

La entrada a la ciudad por la vía al mar es un desastre, un “gueto”; no solo pone en riesgo la vida de quienes transitan, sino la vida de los que habitan en la invasión, muchos de ellos en humildes ranchos de tabla y algunos en block y cemento. 

Siendo coherentes con el medio ambiente y los derechos humanos, y con el derecho fundamental a una vivienda digna (establecido en el artículo 51 de la Constitución Política), las personas que ocupan estos espacios, que deben ser protegidos por su importancia ecológica y por seguridad, deben ser reubicadas y los terrenos de baja mar deben ser recuperados y cuidados. 

La solución no está́ en instalar reductores; la solución es recuperar las zonas invadidas, respetar las áreas de retiros, así como los terrenos de baja mar, considerados de especial importancia y merecedores de protección.


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR