Estamos a 18 años del Juicio Final: Viernes Santo de 2043, hora cero


Estamos a 18 años del Juicio Final:

Viernes Santo de 2043, hora cero.

Este Viernes Santo (18 de abril de 2025) el reloj de la cuenta regresiva del Apocalipsis marca exactamente 18 años para la llegada de la hora cero del Juicio Final, que será el Viernes Santo del año 2043. Por lo que hemos considerado el 2025 como un año eminentemente apocalíptico, por la significación cabalística del número.

El 9 es el número que simboliza el fin, el cierre. Igualmente, todas las reducciones teosóficas o cabalísticas de números que terminen en nueve simbolizan ese concepto, lo resaltan.

Para nada es gratuito que el año 2025, cuya reducción cabalística es nueve (2+2+5: 9), esté a 18 (1+8:9) años exactos de la cuenta regresiva del Juicio, y que, además, este Viernes Santo sea 18 (1+8: 9), esta precisión remarcada tres veces, significa manifestación, fruto, producto, realización, el concepto que representa el 3 (todo en la naturaleza es dual, trino en su manifestación). La relación del hombre y la mujer produce hijo. 

Como si fuera poco, este, su servidor, quien firma esta nota, en este año 2025 también está signado por el poder y la fuerza del número del fin, puesto que soy el escriba de Dios, su testigo aquí en la tierra ante la humanidad. Veamos la reducción teosófica de la fecha de mi cumpleaños, este año: 23-04-2025. Esta, señala igualmente el 9 como reducción teosófica. Día (2+3):5, + (4) del mes cuarto, sería (5+4):9, que luego, sumado a la reducción del año (2+0+2+5): 9, sería 18 (1+8), cifra con reducción final en: 9.

Como hablamos de un año eminentemente apocalíptico todo debe señalar el 9. De igual forma, el divulgador del plan también está bajo esa regencia estricta. Asimismo, los 55 años que cumplo este año también señalan el 1, que es reducción teosófica del 10. El 1 significa unidad con Dios. En el Primer sello del apocalipsis se indican todas estas relaciones numéricas y regencias del número sobre los dos testigos del apocalipsis.

De otro lado, la realidad deviene en tiempos duros, aciagos, terribles. Vemos que todos los caminos conducen a Roma. Los signos y acontecimientos lo muestran. Es de ciego no querer verlo.

Queda poco tiempo, ya es tarde para el hombre, y toda esta civilización como ahora la conocemos acabará. En el año 2043 será el Juicio Final, fecha exacta en la que los que se hayan preservado, los que aún sean luz ante tanta tiniebla sabrán que sobrevivieron para la eternidad, y serán puesto a salvo fuera del planeta, porque la Tierra estará yerta, enferma, agónica, desequilibrada, convulsa, enfadada como elemental. Y, en los años que queden para la hecatombe final, únicamente ofrecerá a los que aún pisen su suelo 10 años preinfernales: terremotos, tsunamis, inundaciones, calores extremos, sequías, hambrunas, etc., hasta el año 2052, año crítico en el que se efectuará la rotura del equilibrio del eje de la Tierra, en el que la falta de los casquetes de hielo polares y el bamboleo de las aguas generarán consecuentemente un giro brusco del planeta, y no sobrevivirá ningún tipo de vida. Solo será salvo lo que antes fue preservado.

El día 27 de febrero de 2025 (justamente ese día publiqué en este blog un artículo que se titula: La alineación planetaria avisa un final de era), en efecto, terminó una era y comenzó una nueva era del fin para la humanidad. Las revelaciones que allí se describen ilustran las características de esos cambios; entre esas revelaciones está la batalla entre el bien y el mal, y se simboliza a la humanidad como ‘esposa de Dios’; sin embargo, no relaté un efecto fundamental que comenzó a regir a partir de ese día, el cual relato ahora.

Comenzó a cernirse sobre la tierra una energía densa que tiene dos propósitos:

1. Las personas que tengan fervor por los mandatos y los negocios del Creador, la pureza de corazón, la dignidad, entre otros aspectos importantes de la vida espiritual, ese vínculo se volverá cada vez más consistente, y su relación con Dios será cada vez más estrecha.

2. Contrariamente, las personas que no tenga ese vínculo con lo espiritual, la gracia de Dios, para ellos, será cada vez más lejana.

La energía a la que me refiero se mueve en esos dos sentidos, y con efectos contrarios. Es decir, opera una especie de cernidor, que procura decantación, del que obtendremos finalmente: arena muy fina y cascajos burdos y ripiosos. Todo por separado.

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Solo Yo, Ramiac, y por orden de mi Padre, brindo toda esta información del Plan del Fin, del Apocalipsis, a la humanidad, en artículos, que son guía y preservación, así como en los 7 sellos del apocalipsis. Seré para ustedes fuente y manantial, como lo afirmó Dios, mi Padre, en una revelación: “Tú eres un río largo de información, un río de agua viva”. La misma agua que fue y ofreció Jesús en su momento, y de la que beberán solo los que se sitúen en el lado correcto del río, ese que señaló el profeta Daniel. Ahí podrán disfrutar del manantial.

Tú que eres digno, busca la luz, complementa la información con los artículos del blog referidos al tema.

La paz sea con todos ustedes.

 

Crédito: Imagen generada por META AI.

Nota de advertencia

Todos nuestros artículos en el que Dios Padre envíe mensajes a la humanidad a través de sus dos testigos tendrán esta advertencia, y el costo personal y familiar puede ser muy alto:

Quien no esté en capacidad de ver en el mundo espiritual y de comprobar o no lo que decimos, mejor que permanezca en silencio, reflexione y le deje todo juicio al tiempo, que no haga ningún comentario en contra, no sea que por hacerle pulso al mensaje de Dios sea blanco de su ira. Toda persona que ataque la palabra de Dios en boca de sus dos ungidos, de los dos testigos del apocalipsis, se vincula a que la severidad de la ley divina lo castigue con tragedia y muerte, y con juicio sumario lo hagan descender a las mazmorras del Infierno. De forma idéntica a como cuando la autoridad policial captura a un delincuente, a un infractor de la ley, que los lectores consideren la debida advertencia, que reza: “Todo lo que usted diga podrá ser usado en su contra”. La ley se cumplirá de forma implacable. Ya llegó el momento, en consideración de la jerarquía celestial, que no se puede dejar pasar ningún tipo de faltas, y mucho menos afrentas e insultos al ejercicio de la autoridad de Dios y de sus plenipotenciarios aquí en la Tierra, en este periodo del fin de los tiempos

Una persona por desatender la advertencia ya fue castigada.


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