La Ventana de OVERTON


1. Introducción

 

En las últimas décadas, hemos asistido a un proceso de cambio social profundo, no solo en las instituciones políticas, sino en los marcos simbólicos que configuran el pensamiento colectivo. Ideas que décadas atrás eran consideradas impensables hoy gozan de legitimación legal, académica y mediática. Esta mutación cultural no ha sido espontánea, sino resultado de una estrategia discursiva que ha movido gradualmente los límites de lo aceptable: la Ventana de Overton.

Este artículo se propone analizar cómo el progresismo contemporáneo ha utilizado esta herramienta para desplazar ideas desde la marginalidad hasta el centro del poder normativo. Partiendo de un análisis teórico del concepto, se examinan sus aplicaciones en el campo educativo, mediático, jurídico y cultural. Posteriormente, se aborda una reflexión crítica desde la ética y la teología moral sobre los riesgos y límites de este modelo. Se concluye con un llamado a fortalecer la conciencia crítica como condición para una verdadera ciudadanía deliberativa.

 

2. Marco conceptual: la Ventana de Overton como instrumento sociopolítico

 

Joseph P. Overton propuso que el rango de ideas aceptables por la sociedad no es estático, sino móvil. Lo que una sociedad considera discutible, razonable o legal está determinado por una "ventana" que puede desplazarse (Mackinac Center for Public Policy, s.f.). Esta ventana abarca seis etapas:

  1. Impensable
  2. Radical
  3. Aceptable
  4. Razonable
  5. Popular
  6. Político/legal

Este modelo ha sido utilizado para explicar cómo los consensos morales y legales cambian, no tanto por argumentos racionales sólidos, sino por la progresiva exposición, normalización y legitimación de ciertas ideas (McCombs & Shaw, 1972). La repetición mediática, la apelación emocional, la representación simbólica y la presión social actúan como catalizadores de ese movimiento.

Desde la psicología social, este proceso se relaciona con la conformidad grupal (Asch, 1951), la disonancia cognitiva (Festinger, 1957) y la influencia normativa (Cialdini, 2001), que explican por qué las personas tienden a modificar sus creencias cuando perciben un cambio en la norma colectiva.

 

3. El progresismo como agente de desplazamiento cultural

 

El progresismo contemporáneo ha adoptado un enfoque activista que busca reformular las bases culturales desde perspectivas como la ideología de género, el ambientalismo radical, el anticolonialismo, el feminismo interseccional, entre otras. Esta corriente ha demostrado gran eficacia en desplazar la Ventana de Overton en temas como la redefinición de familia, identidad sexual, aborto, lenguaje inclusivo, y más recientemente, en debates sobre inteligencia artificial, derechos animales o "ecojusticia".

Una de sus herramientas más efectivas ha sido el lenguaje. La introducción de términos como persona gestante, identidad autopercibida o micromachismo ha reformulado la percepción pública. Como advirtió Orwell (1949), "el pensamiento corrupto comienza con el lenguaje corrupto". Modificar el léxico transforma lo pensable.

En la educación, se ha promovido una revisión curricular que reinterpreta la historia, los roles sociales y la ciencia a la luz de categorías críticas. El aula se convierte así en un espacio de reproducción ideológica más que de debate plural.

En el ámbito jurídico, propuestas como el matrimonio igualitario, leyes de identidad de género o penalizaciones al discurso "no inclusivo" responden a esta lógica. No se trata solo de proteger derechos, sino de institucionalizar visiones del mundo mediante el marco legal, desplazando a los disidentes hacia la marginalidad.

 

4. Medios, redes y viralización: el ecosistema de la persuasión

 

Los medios de comunicación, junto con las plataformas digitales, han sido actores centrales en este desplazamiento. Como indican Herman y Chomsky (1988), los medios no son neutrales, sino espacios que reproducen estructuras ideológicas dominantes.

Hoy, la viralización en redes como TikTok, Instagram o X permite que una consigna ideológica se convierta en norma cultural en tiempo récord. Las narrativas se construyen no con argumentos racionales, sino mediante apelaciones emocionales, testimonios selectivos y eslóganes replicables. La censura algorítmica ha reemplazado a la censura estatal: el silencio del adversario se consigue sin necesidad de leyes, basta con la cancelación social.

El entretenimiento también cumple un rol fundamental. Series, películas y música visibilizan causas y naturalizan cambios de valores. Como señaló McLuhan (1994), el medio es el mensaje, y ese mensaje no siempre pasa por el filtro de la deliberación.

 

5. Perspectiva ética y teológica: ¿todo cambio es progreso?

 

Desde una visión ética, el desplazamiento de la Ventana de Overton plantea interrogantes sobre los criterios morales del cambio. ¿Todo lo que se vuelve aceptable es bueno? ¿El consenso sustituye a la verdad? ¿Existe un límite a lo que se puede normalizar?

Juan Pablo II, en Veritatis Splendor (1993), recuerda que la moral no puede depender del contexto sociocultural, sino de principios objetivos anclados en la dignidad humana. La ley natural, inscrita en la conciencia, actúa como límite frente al relativismo moral.

La ética del discernimiento exige evaluar cada idea a la luz de su verdad antropológica, su impacto en el bien común y su coherencia con la justicia. Como advierte la Biblia: “No os conforméis a este mundo” (Romanos 12,2). El cristiano está llamado a ser signo de contradicción cuando la cultura se vuelve incoherente con la verdad.

 

6. Conclusión: pensar críticamente en tiempos de desplazamiento ideológico

 

El progresismo contemporáneo ha hecho un uso estratégico y efectivo de la Ventana de Overton para transformar sociedades. Ha logrado cambiar no solo leyes y políticas, sino el modo en que las personas piensan, sienten y se relacionan. Su eficacia radica en el dominio del lenguaje, los medios y la emocionalidad colectiva.

Sin embargo, el hecho de que una idea logre entrar en la ventana no garantiza su legitimidad moral. La Ventana de Overton es una herramienta de visibilización, no de veracidad. Por ello, el gran desafío contemporáneo es reconstruir una ciudadanía crítica, capaz de distinguir entre lo popular y lo justo, entre lo normado y lo verdadero.

Recuperar la libertad interior frente a la presión del consenso, resistir la manipulación cultural y actuar con discernimiento ético son actos de rebeldía responsable. En un mundo donde todo se mueve, pensar con fundamento es el verdadero acto revolucionario.

 

Referencias

 

Asch, S. E. (1951). Effects of group pressure upon the modification and distortion of judgments. En H. Guetzkow (Ed.), Groups, leadership and men (pp. 177–190). Carnegie Press.

Cialdini, R. B. (2001). Influence: Science and Practice (4th ed.). Allyn & Bacon.

Festinger, L. (1957). A theory of cognitive dissonance. Stanford University Press.

Foucault, M. (1980). Power/Knowledge: Selected Interviews and Other Writings, 1972–1977. Pantheon Books.

Herman, E. S., & Chomsky, N. (1988). Manufacturing consent: The political economy of the mass media. Pantheon Books.

Juan Pablo II. (1993). Veritatis Splendor. Libreria Editrice Vaticana.
https://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/index_sp.htm

Mackinac Center for Public Policy. (s.f.). The Overton Window.
https://www.mackinac.org/OvertonWindow

McCombs, M. E., & Shaw, D. L. (1972). The agenda-setting function of mass media. Public Opinion Quarterly, 36(2), 176–187. https://doi.org/10.1086/267990

McLuhan, M. (1994). Understanding Media: The Extensions of Man (Rev. ed.). MIT Press. (Original publicado en 1964)

Orwell, G. (1949). Nineteen Eighty-Four. Secker and Warburg.

Santos, B. de S. (2013). Human rights as an emancipatory script? Cultural and political conditions. En B. de S. Santos (Ed.), The Rise of the Global Left (pp. 3–40). Zed Books.


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