El Castillo con un Legado Presidencial
Construido entre 1898 y 1901 por el hijo del expresidente José Manuel Marroquín, esta edificación fue diseñada por el arquitecto francés Gastón Lelarge, el mismo que estuvo a cargo de la reconstrucción del Capitolio Nacional. Su estilo ecléctico, que combina elementos del medieval francés con toques renacentistas, lo convierte en una obra única en el país.
El castillo fue la residencia privada de la familia Marroquín y, a lo largo de los años, ha sido testigo de un sinfín de historias, desde intrigas políticas hasta leyendas y mitos urbanos que lo han convertido en un lugar enigmático.
Lujo y Ocupación en sus Muros
Al adentrarse en sus salones, el lujo es palpable. Sus interiores están adornados con detalles refinados, techos altos, escaleras de madera tallada y grandes ventanales que permiten una vista espectacular de los jardines. Aunque fue concebido como una residencia de élite, su historia ha sido tan variada como fascinante. Con el tiempo, ha servido como:
- Cabaret y discoteca: Un lugar de fiesta y entretenimiento.
- Hospital psiquiátrico: Donde se cuentan historias de sucesos misteriosos.
- Residencia de un narcotraficante: Incautado por las autoridades como parte de una operación.
Actualmente, el Castillo Marroquín es un importante centro de eventos y convenciones donde se celebran bodas, reuniones corporativas y ferias. De hecho, recientemente se anunció que parte del castillo será utilizado como una sede para la Universidad Pedagógica Nacional, lo que demuestra su constante evolución.
Un Oasis de Belleza Exterior
Los jardines que rodean el castillo son tan impresionantes como la edificación misma. Sus vastas áreas verdes, árboles centenarios y un paisajismo cuidado, ofrecen un ambiente de tranquilidad y exclusividad. Es el escenario perfecto para un picnic o para simplemente disfrutar de la naturaleza en un entorno de cuento de hadas.
¿Cómo puedes visitarlo?
El Castillo Marroquín, aunque es un espacio privado, a menudo abre sus puertas al público para eventos especiales. Si estás en Bogotá o sus alrededores, vale la pena estar atento a sus redes sociales o sitio web para enterarte de actividades como recorridos guiados, ferias de emprendimiento o conciertos.
Visitar el Castillo Marroquín no es solo una oportunidad para ver una hermosa edificación, es un viaje a través de una de las historias más interesantes y cambiantes de la arquitectura y la élite colombiana. Es la prueba de que el lujo y la historia se entrelazan de forma sorprendente en el corazón del país.