LEONARDO FAVIO: PATRIMONIO ROMANTICO DE AMERICA LATINA.
Los románticos  hemos existido  siempre a través de la historia de la humanidad, expresando nuestros  afectos por la naturaleza y  los humanos, los  sueños, ternuras y toda de una serie de  manifestaciones  espirituales y culturales, que evolucionaron con los cambios que se dieron en los modos de producción de los bienes materiales de las sociedades, acordes con las características de las regiones y localidades.
Más no sucede igual con el romanticismo, un movimiento político y cultural que surge a fines del siglo XVIII en Europa , como respuesta al naciente racionalismo de la burguesía, la nueva clase social  , sepulturera  de los feudales, presentando nuevas opciones en el ámbito de la música, el teatro, la literatura y otras áreas de la creatividad del espíritu l humanos
Un poco trasnochado, el romanticismo llega también a” Nuestra América” y como expresión de el , surgen las obras inmortales de las creaciones de José María Vargas Vila, del gran Pablo Neruda, de Gabriela Mistral y tantos otros latinoamericanos, largos de enumerar, cuyas obras cuestionaron la injusticia ( aún vigente) y enternecieron  con sus creaciones los corazones, el alma , el espíritu y la vida misma  de millones de hombres y mujeres de la región.
La música  ,otra de nuestras grandes manifestaciones, siempre ocupa un sitio destacado, de manera especial con la bolerística del  Caribe, con la cual muchos soñamos y enamoramos en las décadas de los 60 y 70,  y más todavía, cuando llega la balada con su esencia propia de lo nuestro y surgen con ella, unas de las más bellas creaciones del alma popular: las creaciones sonoras de Leonardo Favio, a quien Dios, en estos día de noviembre llamó a su coro celestial
Al digitar estas notas siento en la metáfora que ahora inicio , que la teoría de las vidas paralelas es cierta , o mejor ,de manera más fantástica, en mi otra vida en Argentina, o en cualquier parte de América Latina  fui  el  personaje de inspiración de Leonardo y   de los compositores de sus canciones, por que sigo pensando, de acuerdo con el poeta cantor, que para  ella, la mujer amada,” lo mejor es la rosa,” o más bien ,los perfumados jazmines que cultivo, en un apretado patio del Pié de la Popa, para tener siempre a mi lado su aroma de mujer.
Hoy, con más de 60 años vividos con la gracias de Dios,  recuerdo mis” Chiquilladas”, vistiendo”  los  pantalones corticos” y andando la rueda que se me antojaba era mi automóvil , que competía con sus adornos y pinturas, con los  muchachos de la barriada.
Pero la vida transcurre inexorable y de la escuela de “banquitos” he de pasar a la escuela oficial primaria  y de esta a la Escuela Normal ,  de la cual aún conservo “ la foto de carnet”, entonces la miro y siento como han pasado  los años y veo que aquellos ojos soñadores, acompasados con mi cerebro, se convirtieron en órganos escrutadores de la realidad para investigarla , escribirla y contarla  ahora, pero que ellos todavía reflejan las fantasías de aquellos 14 años de la foto de carnet. ,divino tesoro del álbum familiar
Mi adolescencia  temprana, llena de sanas pasiones, pronto me hace vivir “esas cosas del amor” y el ding dong, ding dong” de las campanas de mi corazón laten con la fuerza intensa  de las hormonas que despiertan los más bellos sentimientos hacia la mujer, los sueños hermosos de los primeros besos, a  los cuales la calidez del trópico convirtió  en los iniciales  encuentros  amorosos, donde la unión de las entrañas culmina en la sublime ternura y el afecto hacia  ellas, en forma de espiral, cuya zaga no tiene final.
Entonces, ella se torna “ como Carolita” frágil y tierna, como una niña descalza, como un pájaro en cinta y siento que lindo es querer y quiero , asi,,aprender de memoria con mi boca su cuerpo virginal.
En este instante recuerdo la pasión de Leonardo por los pájaros, manifiesta en una de las creaciones más hermosas del cancionero popular y   siento la tristeza del” Niño y el canario” al cavar  la sepultura  de su más preciado valor, la cual se disipa con la alegría de “Vuela, vuela pajarito”; es la misma pasión que sentí desde niño ,hasta hoy, cuando años atrás con un grupo de amigos y amigas creé la Pajarera Distrital , un valioso experimento para que las aves  de nuestra Cartagena de Indias continuaran haciendo el amor, protegido por los humanos.
Luego vino la universidad y tras esta los nuevos sueños de ver el “Milagro de amor”, de ver la primera  unión y “ tan joven y con barriguita” que después se convirtieron  en tres hermosas niñas y  dos apuestos muchachos.
Ya al final de estas metáforas, con 50 años a cuesta pude participar en el único concierto en vivo que Hizo Leonardo en Cartagena ,esa es una de las noches más maravillosas que he vivido; una a una fluyeron las canciones en la mágica voz del cantor latinoamericano; mi éxtasis perduró hasta el día siguiente; la mujer amada me acompañó ese instante celestial y así haciéndole el coro al artista canté “O quizás simplemente le regale una Rosa”; sin embargo esa noche  no le regalé rosas sino el aroma de la Flor de la Habana.
Ahora recuerdo también cuando a su lado recorría  las calles vacías  del centro histórico,  y llovía a chorros y nuestras miradas se alegraban  entre si, soñando la inmortal canción de los últimos románticos que aún quedamos.
Tal  vez una  de estas tardes de diciembre, quizás el cambio climático nos mande un inesperado aguacero  en   la ciudad amurallada y caminando con ella cantaré el poema hecho canción, y allí acompañado del espíritu de Leonardo simplemente le regalaré una rosa, convencido que Favio  y sus cancitos continuarán por siempre viviendo en el alma de los latinoamericanos.
