Para Cartagena y el Caribe Colombiano, la declaratoria de los Corales de Varadero como nueva área marinocostera protegida representa una oportunidad histórica. Sin embargo, este proceso solo puede consolidarse sobre una base legítima y participativa: una consulta previa favorable con las comunidades reconocidas para este proceso, por parte del Ministerio del Interior. Estas poblaciones, ubicadas en los alrededores de la bahía de Cartagena, canal del Dique e isla de Barú, han sido testigos directos de la resiliencia de este ecosistema coralino, y han solicitado en distintos momentos —como en las mesas de diálogo de 2018 y 2022— su protección formal frente a las presiones de dragados, contaminación y proyectos de canales adicionales al actual canal funcional de Bocachica.
Un “SÍ” favorable en la consulta previa marcará el inicio de una nueva etapa: la formulación participativa del plan de manejo ambiental. Este instrumento debe recoger no solo las expectativas de las comunidades, sino también las evidencias científicas acumuladas sobre el valor ecológico de Varadero, que albergan una biodiversidad única en condiciones de alta turbidez (como es la porción de coral entre isla Draga y el hoy bajo Abanico). Las reuniones posteriores deberán realizarse con metodologías de diálogo intercultural y técnico, que armonicen el conocimiento tradicional con la investigación académica.
Recordemos que la propuesta de protección de Varadero incluye todo el arrecife y el manglar desde Draga hasta Punta Gigante, incluyendo toda la cobertura hasta la ciénaga de Coquito. Así mismo, los saberes y conocimientos tradicionales y ancestrales que van a favor de la conservación de este ecosistema. Por último, y dada la existencia de pastos marinos cercanos a Coquito y en plena bahía de Cartagena, es imperativo que también se estudie a fondo este ecosistema para que pueda ser incluido en la protección formal.
Por su relevancia científica y social, se espera que Cardique convoque de manera permanente, en calidad de consultores técnicos, a la Academia, al movimiento Salvemos Varadero por ser el gestor y garante desde el año 2018 de la designación internacional de los Corales de Varadero como un Hope Spot de Colombia para la Humanidad, al gremio de buzos certificados de Cartagena, a consultorios jurídicos ambientales y a otras entidades que han contribuido con estudios, monitoreos o acciones de sensibilización. Incluir a estos actores fortalecerá la legitimidad del proceso, brindará más elementos de análisis para las decisiones a tomar por las comunidades sujeto de la consulta previa, y permitirá construir un modelo de gobernanza ambiental inclusivo, el cual podrá replicable en otros ecosistemas costeros de Colombia y con posibilidades enormes de ser estudiado en otros ámbitos como cátedras universitarias, medios de comunicación y publicaciones sociales y científicas.
Finalmente, la declaratoria de Varadero como área protegida no solo tendrá resonancia nacional, sino también proyección internacional. La comunidad mundial, organismos multilaterales y redes globales de conservación observarán este proceso como un ejemplo de articulación entre conocimiento, participación y política pública. Una consulta previa transparente, técnica, enfocada en su real objetivo y oportuna enviará un mensaje claro: que Cartagena y su gente están dispuestas a proteger uno de los últimos tesoros coralinos del Caribe colombiano, con justicia ambiental y compromiso colectivo. Un ejemplo interesante en la aplicación del Acuerdo de Escazú.
Los más de 400 años de evolución de Varadero y sus 12 años de redescubrimiento siempre han valido la pena. Su correcta protección y manejo, también. Una decisión corresponsable como esta Declaratoria, merece toda la atención del caso. Los cartageneros, colombianos y la Humanidad esperamos ese SÍ.