“… siempre que la muerte viene tras mi pista, me escapo por pies”.
Joaquín Sabina
Escapar del desprecio,
reanimar a los muertos
que todavía no lo reconocen,
y evitar otro descalabro.
Que ha dolido ser blando con las espuelas,
y que donde no hay besos
no existe realmente un hogar,
sino un cadalso.
Que se levanten océanos
como fórmula contra el resentimiento,
Y que nadie te amague
cuando te largues de Auschwitz.
Abre ventanas a los campos de pan,
duerme al raso,
y no seas cobarde ni avaro.
Detrás de la sexta indignación, reaparece Ítaca.