"Naty, qué van a hacer si de verdad no hay hombres."
Y sigue
"Es que va uno a ver y en la calle y los tipos bonitos, son casados o ya son separados. Y el resto no valen la pena".
Siempre le saco 300 mil argumentos:
"Es que uno para conseguir novio, tiene que cambiar de entorno, cuando el tradicional de unos e ha agotado. Eso fue lo que me pasó a mi con Cami."
"Los hombres separados no tiene problema. El lío es si tienen una ex intensa."
"La verdad es que si hay hombres, tu te preocupas mucho"
Pero a veces creo que sí tiene razón.
Tengo varias amigas, churras, inteligentes, con trabajos estables, independientes, con criterio y lo único que se levantan es el típico mantenido que vive a las enaguas de su santísima madre; el perdedor sin carrera que vive del rebusque; el sucio hippie que no se baña; o el lengüisopa dos veces separado a quien su segunda mujer lo dejó por un torero.
Si vamos a los profesionales bonitos y exitosos, son perros, andan detrás de nenas ensiliconadas o tienen una novia eterna con la que seguramente se casarán.
Y si entramos al ámbito de los casados acabados de separar, ya tenían una moza cuando se separaron, entonces el divorcio para ellos es un mecanismos para cambiar a la esposa por la moza.
No quiero ser pesimista, queridas lectoras solteras -pero es que me preocupan mis amigas solteras-, pero me pueden explicar ¿dónde se metieron los hombres que valen la pena?