Johnny Ventura:( Primera Parte)Un “Dilema” de la vida real.
Sucedió en el año 1965 Cuando conocí al cantante Johnny Ventura en el encantador balneario “Cielo Mar”, en el Barrio Crespo de Cartagena.
El sitio era espectacular, bañado por el Mar Caribe, el cual se mostraba agreste antes que los espolones domaran su fuerza natural, construyeran la “Vía al Mar” que eliminó la trocha que conducía a La Boquilla y comunica hoy con Barranquilla, e iniciaran la construcción del adefesio ambiental, llamado con mucha gracia : El túnel de Crespo.
Las palmeras tropicales emulando la belleza de la mujer cartagenera, ofrecían una sombra deliciosa, acompasada con la brisa marina que contrastaba con el ambiente del Barrio “Las Delicias2, donde yo residía en ese entonces, en las estribaciones del Cerro de la Popa.
Con su orquesta de la República Dominicana, el merenguero e intérprete de salsa llegó a Cartagena, cargado de expectativas sobre una ciudad de la que había escuchado maravillas en torno a lo” chévere” que somos los cartageneros, la valentía de Benkos Biojó y de los Pueblos de San Basilio, de María La Alta y María La Baja y de las fortalezas que habían construido sus hermanos de raza, los africanos, bajo el látigo opresor de los chapetones, los españoles invasores y esclavistas.
En esa oportunidad Johnny alternaba con Toño y su Combo, con la voz líder, de Hernando Barrios, de la orquesta de planta del balneario, y cuando me subí a la tarima, ante el llamado del músico, la simpatía con Johnny fue mutua.
Ya en ese entonces, sus canciones se escuchaban con alta frecuencia por las emisoras radiales, especialmente por Radio Vigía, La Voz de Cartagena, Radio Miramar y Emisoras Fuentes, por lo que la presentación del dominicano causó sensación entre nosotros, quienes nos deleitamos escuchando y cantando la producción musical del “Caballo Ventura” como le llamaron sus paisanos.
Ese día Johnny me pidió que le ayudara a preparar la presentación en el balneario, por lo que ni corto ni perezoso me di a la tarea de identificar los temas más exitososen este medio ,y de inmediato le presenté la siguiente lista de canciones para interpretar con su Combo-Show, como lo llamaba él:
Dilema, (1965)
1920,( 1965).
Capullo y Sorullo,
La resbalosa (1965)
Patacón “Pisao”,
Popurrí: Ese Disco se Rayó, La Pilandera, y Mi machete ,
La Protesta de los Feos, y
La Piragua, del gran maestro José Barros.
Antes de empezar la presentación conversé con el” Caballo “sobre el tema “Dilema” y me confesó que cualquier coincidencia con la vida real, era la pura verdad, pues fue una situación que ,tal vez, vivió el compositor con la mujer que soñó que sería siempre su compañera , pero que por esas situaciones del destino le tocó vivir las siguientes circunstancias
Que dilema tan grande,
se presenta en mi vida:
Ella tiene otro hombre y yo otra mujer.
Ella dice que me ama,
con pasión desmedida ,
y yo la quiero con todas,
las fuerzas de mi ser.
Señor, como podré resolver, Señor,
Este dilema tan cruel,
Señor que puedo hacer?
Si ella dice que mía tan sólo quiere ser…
Guardo el recuerdo de tu hermosura,
Tus dulces labios yo he de besar,
como un alivio a mi desventura,
tus labios busco para besar,
tus labios busco para besar.
Cúantas veces soñando,
tus manos suaves sentiré,
Cuantas veces llorando,
El día me sorprendió,
Cual triste ciego errante,
siempre en busca de luz,
busco unos labios que besen,
como me besabas tu,
como me besabas tu…
Esa tarde marinera, no pude acompañar a Johnny, con el coro que dice:
y me besabas tu, y me besabas tu;
La tristeza invadía el alma mía y mi mente me decía que era imposible que yo a mis 15 años estuviera viviendo esta tragedia, pues a pesar de tener mi novia, a pesar que la amaba con esa fuerza de la adolescencia, amaba el amor prohibido de la mujer casada.
La situación era un verdadero drama, por ello:
“Cuantas veces llorando el día me sorprendió
Cual triste ciego errante, siempre en busca de luz,
Busco unos labios que besen
como me besaba” ella
como me besaba” ella¡
En el desenlace de estos afectos prohibidos ,los amores juveniles se los llevó el viento, más el recuerdo del amor censurado por la sociedad se mantuvo en mi ser hasta el momento del matrimonio.
Sin embargo, ella, en su condición de mujer, mucho más inteligente que nosotros los hombres, tomó una sabia decisión: cortar el romance y viajar a un país europeo.
Es posible que un día regrese ya hecha toda una señora abuela o bisabuela, y juntos como buenos amigos, tal vez podamos tomarnos un café en uno de esos sitios encantadores del centro histórico de esta ciudad hecha para el amor y la música, aunque a muchos le cueste trabajo creerlo.
Estoy convencido que la toma de ese café será al estilo de Piero cuando cantaba:
Tomamos un café,
después otro café,
y ahora yo recuerdo
historias ya pasadas,
Me pregunto en tus ojos,
Sobre el amor , sobre el mar…
Pero a pesar de todo, la coincidencia de “Dilema” con la vida real no se detiene ahí :
En medio de las circunstancias que me tocó vivir fui testigo de primera línea de un drama más trágico que el narrado.
En un barrio de los llamados hoy “estrato cuatro” “Dilema” se convirtió en el tema favorito de aquel amigo que amaba a mi amiga,( la mujer de mi otro amigo), de manera prohibida y que el primero lo hacía sonar en un refinado equipo de sonido dedicándoselo a ella, de manera especial, cuando el marido llegaba de descanso de los turnos que hacía en el Cerrejón.
Dando rienda suelta a la imprudencia y a la prepotencia que aún caracteriza a mi amigo Arthur, este ponía a sonar en ese entonces a “Dilema” que se oía con mucha fuerza en las noches de serenata a ella, lo cual unido a la acción de los “informantes” desataron los celos más terribles que he podido presenciar.
Mi amigo Elmer en una de esas trágicas noches, ebrio hasta la saciedad destruyó los muebles y adornos de la familia, los más lujosos en cuatro cuadras a la redonda ,y no contento con esto, embriagó hasta el revólver, uno de calibre 38 largo el cual lucía aterrador en sus manos morenas, cuando exudando olores a ron y plomo, complacido pasaba de la una a la otra
Aún recuerdo aquella noche lluviosa, como la de este 19 de julio, en la cual el largo cañón brillaba en la oscura calle, “deseoso de cobrar el desquite” y los alocados gritos de aquel quien siempre había dado muestras de una gran prudencia y de una cordura única durante toda su vida.
Los improperios más gruesos salían de aquella garganta atormentada, mientras que el amante prohibido, se trasladaba a un sitio más seguro, lejano de su residencia.
Este tipo de escenas se repitió dos o tres veces más y en algunas ocasiones la canción del dominicano era reemplazada por un magnífico bolero que había hecho famoso la cantante cubana Blanca Rosa Gil y que durante los dos años del drama, Nando Barrios lo había puesto de moda, hasta convertirlo en un himno de la ciudad.
Se trataba de” Pecado Mental”, una hermosa canción que dice:
Te estoy amando en silencio,
Desde la primera vez
Y por la ley de los hombres,
Tu secreto callaré.
Yo se que tu eres casada,
Y que yo lo soy también,
y por ser un hombre honrado, olvidarte trataré.
Pero estamos castigados por maldición
del destino ,
vivo de ti enamorado
Y tu lo vives conmigo,
pero no rompas tu enlace , no quiero verte pecar,
Tu tienes muy buena clase
y no quiero hacerte mal
deja que te ame en silencio,
con mi pecado mental.
Sin embargo, a pesar de estas intenciones , este silencio era un secreto a voces y desde aquella fatídica noche , todo quedó formalmente al descubierto; incluso el mismo Elmer, en los momentos cuando compartíamos música y whisky, confesaba sin pena, que estaba convencido
del amorío de su compañera, pero que no tenía maneras de probarlo y por eso se aguantaba tan delicada situación
Pero un día cualquiera,” la maldición del destino” cayó sobre la pareja del amor prohibido y un embarazo salió a relucir en medio del romance; Arthur era el padre de la criatura que pronto nacería, pues mi amigo Elmer había quedado estéril después de una intervención quirúrgica.
Pero la vida es más cruel de lo que un ser humano imagina: la partida de defunción de mi amiga certificó su muerte por problemas de eclampsia, al momento del parto.
Desde entonces, la vida siguió su rumbo: “Dilema” y Pecado Mental dejaron de escucharse en nuestro barrio mientras duraron las nueve noches de velorio; más la música de Johnny siguió sonando con propiedad en otras localidades de Cartagena.
“Dilema” alternaba con otra canción del dominicano referida a las dos primeras décadas del siglo XX:
En 1920 , vengo pulsando mi lira,
Luchando con los soneros , y ninguno
Me ha hecho nada.
En mi Quisqueya señores,
Donde yo mejor viví, un llamado José Luis,
Ese si que estaba bueno,
Pero yo me mantuve sereno, el tiempo que estuve allí,
Como se acabó el maíz, ajá, ahora canto mi guajira…
48 años después de haber compartido esta canción con “el Caballo Ventura” recuerdo una tarde cuando en compañía de mi hermano Jorge Luis y mi amigo Rodolfo Mina Soler,(qepd ) dueño de una voz agradable y fuerte, quien me hacía la segunda voz en el coro de mi conjunto “Pasión Vallenata”, los tres cantamos esta estrofa de 1920:
Una tarde estaba yo , tranquilito y merendando,
Me subí a una mata e” mango, cargadita de ciruelas,
Me puse a tirarle piedras creyendo que eran manzanas,
Salió una vieja y me llama :oye “Ubaldo “ deja esas nueces,
No le estés tirando piedra que son limones franceses,
Bururún bararán donde esta Miguel?…
Esta hermosa canción antillana rodó por todo el mundo Caribe, por lo pegajoso de su música, por lo ingenuo y gracioso de la letra que recoge estrofas de la primera mitad del siglo XX, tales como la de la Chinita, lo cual recordaba muy a menudo, mi padre Rafael :
En un bosque de la China,
Una chinita se perdió,
y como yo era perdido,
nos encontramos los dos…
Bururún bararán donde está Miguel?
Así, durante muchos años, las canciones de Johnny Ventura han continuado presentes en el pentagrama de mi vida individual y social, pero “Dilema” es la más significativa de todas…aunque continúan otras muy especiales también, dignas de compartir con Uds.: los salseros del mundo. CONTINUARÁ…