¿Quién manda en Cartagena?


La heroica está secuestrada, mancillada en sus dignidades. Es indigno lo que todo el mundo hace con ella. Pareciera que nadie la defendiera. Y los que aparecen en su defensa, lo que hacen es robarla más en sus entrañas. ¿A nombre de quién están sus predios baldíos hoy en día? ¿A nombre de quién están sus terrenos de baja mar? ¿Quién o quienes dirigen la administración distrital? ¿Quién o quiénes no pagan impuestos? ¿Quién o quienes tienen el poder de direccionar investigaciones judiciales personales? ¿Quién o quiénes ordenan atracos, asesinatos, extorsiones? ¿Quién o quiénes controlan el sistema de trasporte? ¿Quién o quienes deciden sus grandes construcciones e inversiones? Mejor dicho, ¿quién manda en Cartagena?

Son tantas preguntas sin respuestas. Las respuestas van saliendo a medida que los interesados, mejor aún, los traficantes de información confidencial, así lo determinen. En otros términos, cuando los delincuentes estén urgidos de dinero o quieran dañar a alguien, abren su espectro judicial y comienza la extorsión, la amenaza, envío de emisario, negociación, permuta de propiedades, entrega de letras o pagarés, en fin de todo aquello que represente valor y sea susceptible de dinero rápido.

De estos personajes abunda la ciudad. Y a decir verdad amigo lector, ¿usted nota alguna diferencia de estos personajes con los extorsionistas de tiendas y negocios comerciales? ¿No, cierto?, no hay diferencias. Algunos lo hacen con la fuerza de las armas y otros lo hacen con la fuerza de la corrupción. En ambas modalidades se llaman vacunas.

Transcaribe se ha tragado casi 500 mil millones de pesos. Fue el primer proyecto de este tipo en el país, las ciudades que lo implementaron lo tienen en funcionamiento, aquí después de siete años, sigue tan atrasado que cuando quiera funcionar ya no será atractivo para los ciudadanos. Y sus dos gerentes incólumes en sus actividades, como si nada, y el alcalde sin cumplir su promesa de campaña.

No hay derecho que con tanto despilfarro de dinero en este macroproyecto no exista un reclamo de los veedores o de los entes de control, por lo menos no se sabe nada. En cambio, la Contraloría General de la República, seguramente engañada en su buena fe, abre juicio fiscal contra la Mariamulta, que lo que hizo fue potencializar el proyecto ubicando a los vendedores en un solo sitio. No jodas, como dice un amigo Valluno. “Los pájaros tirándole a las escopetas”, adagio popular y muy sabio por cierto.

Encuentra dos inmuebles vendido por el gobierno anterior. Por su talente de buen gobierno, realizó ajustes en este proceso con el fin de hacer más asertiva la compra, y se decidió por reconversión económica para beneficiar a los directos afectados. Hoy el centro está más despejado.

¿Quién no reconoce el gran trabajo que hizo la Mariamulata por Cartagena? Su gobierno fue premiado, como nunca antes, por entidades nacionales e internacionales en medición de gestión de lo público. Planeación Nacional le hizo reconocimiento por el manejo de sus finanzas y el país entero le reconoció su loable labor de disminuir la pobreza en su ciudad. También como nunca, los funcionarios distritales quedaron empoderados de abrir los espacios para que los ciudadanos tengan acceso a los servicios del estado.

Su gobierno cambió el paradigma, es decir, la gente pensaba y creía que los servicios que el estado les brindaba era por la buena gestión del político de turno, pero con la Mariamulta, se esclareció que las acciones del distrito hacia los más necesitados era una obligación del estado, por lo tanto los ciudadanos podían exigirlos como derechos fundamentales para su bienestar y desarrollo. Esto es un gran avance social por donde se le mire. Los ciudadanos logran entender su rol dentro de la administración pública. Es un logro enorme en los imaginarios del ciudadano común y corriente.

Ahora que, Judith Pinedo está ventilando la posibilidad de lanzarse al congreso para seguir apoyando a su ciudad en la senda de la prosperidad y el desarrollo desde el orden nacional, sacan semejante investigación con el fin de impedir sus aspiraciones. Esa es la manera de actuar de los dueños de la ciudad. Hay que cerrarle el paso. Judith es una figura visible a nivel nacional.

Así funciona la política. Según sus sabios impulsadores es una jugada a tres bandas. Carlos Díaz, la vivió hace poco. Dionisio Vélez la vivió en carne propia y no es de extrañar que sigan saliendo para esta época electoral. Entonces, la ciudad está dirigida tras bambalinas por unos francotiradores de la política. Nuevamente pregunto, ¿quién o quiénes mandan en Cartagena?

Bueno, “no hay mal que por bien no venga”, afirman, esto podría propiciar que tengamos nuevamente a la MARIAMULTA aspirando a la alcaldía de Cartagena de Indias, su ciudad, tú ciudad, mi ciudad, la ciudad de todos y todas.


TAMBIEN TE PUEDE GUSTAR