La vitamina E, pertenece a un conjunto de siete compuestos que se llaman genéricamente tocoferoles, los cuales tienen un alto valor biológico y nutricional. Se encuentra en cantidades abundantes en el arroz, soya, maní, semillas de girasol, germen de trigo y vegetales frescos. La vitamina E es uno de los más potentes antioxidantes, cuya función es barrer los radicales libres; productos de desecho que se acumulan en el interior de las células como consecuencia del paso de los años, la exposición solar intensa, los inadecuados hábitos alimenticios, consumo de tabaco y licor entre otras. Estos radicales libres producen inflamación, destrucción, formación de arrugas, pérdida de la luminosidad, pigmentaciones en la piel, y en algunos casos degeneración cancerosa de las células.
La vitamina E juega un rol destacado en la respiración de las células de todos los músculos, incluyendo los cardíacos, además previene la formación de trombos. En la piel, junto con otros antioxidantes como la vitamina C, evita el daño de las membranas celulares por parte de los radicales libres, lo cual permite mantener la integridad de la epidermis como primera barrera cutánea. También favorece la microcirculación en la piel, permitiendo que llegue mayor aporte de nutrientes a la misma; igualmente interviene en los procesos de cicatrización y protección contra los efectos nocivos de la exposición al sol sin protección.
Una vez ingerida, la vitamina E es transportada al hígado por el torrente sanguíneo, donde se almacena para cubrir las necesidades del organismo, el resto es eliminada a través de la orina. El mejor momento para tomarla, es justo antes de las comidas, especialmente el almuerzo, ya que se absorbe mejor en presencia de grasas. Solo 20 a 40% de la dosis ingerida pasa del intestino a la circulación. La vitamina E también es producida en el organismo, por lo cual es importante tener cuidado con la dosis ingerida. No hay certeza de cuál es la dosis ideal, pero como antioxidante la máxima dosis recomendada es de 400 UI. Altas dosis pueden producir náusea, diarrea, dolor abdominal, debilidad, dolor de cabeza, visión borrosa, y formación de hematomas.
La vitamina E, se absorbe también al ser aplicada en la piel, siempre y cuando esté disuelta en el vehículo ideal, que debe variar de acuerdo al tipo y al estado de la piel. La aplicación directa de una cápsula de vitamina E, no garantiza su absorción; de la misma manera, no tiene ningún efecto cuando se adiciona a champús o jabones. La vitamina E está contraindicada en personas que padecen trastornos hemorrágicos. Es recomendable suspenderla al menos dos semanas antes de una cirugía, para evitar un probable aumento del sangrado.