Transcaribe, un elefante blanco


El proyecto pareció exitoso, que en el gobierno de Alvaro Uribe se propagó en todo el país apoyado financieramente a través de un Conpes. Las ciudades más importantes entraron en la modernidad de la movilidad urbana.

En Cartagena llevamos más de seis años desde su inicio y como van las cosas no hay fecha cierta para entrar en operación. Transcaribe se volvió un elefante blanco para todo el país. Todo los macroproyectos están operando, menos el de aquí. ¿Será que falta voluntad política?
Curitiba, según los estándares de medición y desarrollo, tiene unos altos niveles de infraestructura, su municipalidad es demasiado avanzada, sólo está por debajo de Sao Pablo y Rio de Janeiro. Se pueden imaginar el gran auge de desarrollo que tiene esta urbe con un poco más de un millón seiscientos mil habitantes. Y Bogotá amplió sus vías para darle paso a Transmilenio.

Y nosotros con la avenida Pedro de Heredia, pretendemos convertirla en la solución a la movilidad vial. La pobre no aguanta más. Que estrechez mental tienen nuestros dirigentes. Tenemos más un millón de habitantes. Las dobles calzadas deberían llegar hasta el Banco Popular en el centro.
¿Dónde están las vías alternas o secundarias? Toda la movilidad no la resiste la Pedro de Heredia.

Y Cartagena se la sigue jugando como epicentro del desarrollo del país. Pero, pregunto: ¿Dónde está su competitividad? ¿Las inversiones que recibe son regionales o extranjeras? ¿Será que estamos en presencia de una ciudad fallida? No lo creo. Cartagena es “más que murallas”, como ya dijo alguien. Si no hay inclusión y equidad sociales, todo será en vano.

¿Convidados de piedra seremos, ahora más que nunca? Como van las cosas, creo que sí. Se podría presentar una pérdida de nuestra propia identidad. Nuestra cultura, nuestros abolengos, nuestra idiosincrasia, seremos otras personas con costumbres diferentes. La tecnología condiciona comportamientos foráneos sutilmente, sin darnos cuenta. Lo de afuera es lo novedoso, lo nuestro es obsoleto y anticuado. Error histórico para las nuevas generaciones.

La construcción de Transcaribe ha movido los cimientos más profundos de nuestras entrañas. Nadie se explica por qué no está en funcionamiento. Si las otras ciudades fueron después, por qué nosotros seguimos en las mismas y no se avizora su terminación. ¿Somos incapaces? ¿El remedio resultó peor que la enfermedad?

Ahora bien, el Sistema Integrado de Trasporte, que nació como una solución de la movilidad, hoy es otra cosa. Atraviesa por difícil situación financiera. Su rentabilidad se ha venido desvaneciendo, los inversionistas andan nerviosos con su capital en juego. Y Transcaribe, durmiendo el sueño de los justos. No sabe ni se imagina lo que le espera. Es entendible la licitación desierta. Ojalá que con la nueva licitación salgan proponentes.

Transcribe, está de moda en este gobierno. No le alcanzará el periodo para entregarlo funcionando, señor alcalde, Dionisio Vélez, se le abona su interés. Pero, no se le ocurra siquiera sugerir que la operación la podría asumir el distrito, en caso que no salga un proponente. Por su afán de ponerlo en operación y pasar a la historia. Entonces la demora seguirá aumentando.

No se haga ilusiones. Eso es incierto y peregrino. No fuimos capaces de dirigir, Aguas de Cartagena, las empresas de energía, los puertos marítimos, los aeropuertos, las empresas públicas municipales, mejor dicho, usted propone que nos regresemos. Ya es demasiado tarde. La obra la hace el gobierno nacional y el distrito y los agentes privados deben explotarla, así es el negocio. No se meta en lo que no conoce. Cartagena tiene muchas cosas por hacer, que asumir el papel de operador de Transcaribe. ¡Qué locura! Sólo imaginar el alcalde vendiendo pasajes.

En conclusión, los inversores privados, están temerosos en la operación del macroproyecto. Asumir ellos los costos de la construcción del Patio Portal y todo el proceso de chatarrización, para recuperarlos con la venta de tiquetes, es un riesgo. Sabiendo de antemano el comportamiento de otras experiencias y la idiosincrasia del cartagenero. Es una ciudad llena de pobreza. Transcaribe lleva casi 500 mil millones invertidos y no va ni por la mitad para entrar en operación.

P.D. ¿Cuál riesgo financiero? Da risas. Caso de Interbolsa, hay mucho dinero en juego y todo el mundo pasa de agache, para evitar el escándalo, y dicen, los entendidos, que la debacle es más grande que la pirámide DMG. Murcia no le hace ni cosquillas a los de Interbolsa. Las pérdidas son cuantiosísimas. Involucra empresas y personajes de la vida nacional. Les tocará tragarse el sapo sin chistar.


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